Vías de transmisión. Conocerlas ayuda a saber si hay que hacerse análisis. La enfermedad no tiene síntomas tempranos y, cuando avisa, ya suele haber complicaciones graves
Córdoba, Argentina - La hepatitis C, enfermedad por la cual se inflama el hígado para defenderse del virus C, es una infección "silenciosa", porque no se manifiestan síntomas en el período agudo pero, mientras tanto, avanza, y cuando los signos aparecen, el paciente generalmente llega muy enfermo, con cirrosis o cáncer hepático, cuadro que requiere entre diez y 30 años.
La mayoría de las detecciones tempranas se deben a que el paciente concurre a realizarse un control médico, donde se le pide análisis de transaminasas. Si se encuentra que están altas; entonces se hacen las pruebas para el virus C.
Si bien en Argentina la hepatitis C tiene baja incidencia –menos del dos por ciento de la población–, se estima que alrededor de 800.000 personas están enfermas y es indispensable conocer las vías de transmisión del virus, para que quienes estén en riesgo se hagan los controles necesarios, pues así podrán acceder al tratamiento y curarse.
"Con tratamiento, el virus C es el único que, hasta el momento, se puede eliminar totalmente del organismo; en el caso de los demás virus, una vez que entran, el sistema inmune los acantona en algún sitio y allí permanecen", señala Guillermo Ortiz, gastroenterólogo, experto en Hepatología y docente de la UNC y la Universidad Católica de Córdoba (UCC).
Vías de contagio. Ortiz explica que "se transmite fundamentalmente por sangre, dada en transfusión o por alguna herida que atraviesa la piel o las mucosas y llega a la sangre y se localiza en el hígado, donde se multiplica y vuelve a circular en grandes cantidades por el flujo sanguíneo".
De todos modos, cuando uno dona sangre, entre otras pruebas, se hacen las que detectan virus B, C y HIV y ante la más mínima duda se descarta.
Otra vía por la que el virus llega al organismo es el uso de jeringas y agujas infectadas y esto se da frecuentemente entre quienes se inyectan drogas por vía endovenosa y comparten las agujas. "Se estima que entre el 30 y 40 por ciento de los drogadictos endovenosos tienen hepatitis C", apunta Ortiz.
Quienes aspiran cocaína también son un grupo en riesgo, ya que la droga perfora el tabique nasal, así se produce pérdida de sangre y al compartir los elementos para aspirar, si alguien está infectado, transmite el virus.
Quienes se realizan tatuajes o se colocan piercings también tienen que tomar precauciones, aunque quienes realizan estas prácticas toman cada vez más recaudos y, de hecho, hay locales habilitados por Bromatología de la Municipalidad de Córdoba.
Carina Lazarte, propietaria de un muy concurrido local céntrico, exhibe la habilitación municipal correspondiente, al tiempo que informa que utilizan "agujas descartables, pigmentos en mini envases descartables" y agrega que "se prepara un campo estéril donde se trabaja".
Las personas que concurren allí, como a otros centros que aplican técnicas de decoración corporal, suelen firmar un consentimiento en el que admiten haber sido informadas sobre "los riesgos para la salud que pueden derivarse de la realización de tales prácticas, así como los de protocolo de preparación de la zona anatómica donde se llevará a cabo la decoración y los posteriores cuidados", entre otras aclaraciones.
Más vías. Otra forma de transmisión del virus "es algo de lo que no se quiere hablar demasiado, pero es una realidad que preocupa a muchos –dice Ortiz–, es el contagio en las prácticas que se realizan en los centros asistenciales, en circunstancias de esterilizaciones y limpiezas desprolijas.
Sobre este aspecto, hay que tener en cuenta que el virus puede sobrevivir hasta 15 días fuera del organismo, periodo en el cual queda activo para infectar.
En cambio, la transmisión por vía sexual del virus C es mínima.
Evolución natural
La hepatitis C sin tratamiento avanza hacia: hepatitis crónica, cirrosis y cáncer de hígado.
La OMS estima que aproximadamente 150 millones de personas están infectadas, lo que representa el tres por ciento de la población mundial.
Entre el 5 y el 20 por ciento desarrolla cirrosis
Entre el 1 y el 5 por ciento de los casos muere como consecuencia de cirrosis o cáncer hepático. La hepatitis C crónica es la causa número uno de trasplante y de cáncer de hígado en Argentina.
En Diario La Voz – Sección La Voz Salud - Córdoba, Argentina - Marzo de 2013 - Nota completa
*Una versión de este artículo fue publicada en la edición impresa del Miércoles 20 de marzo de 2013