Para detectar el hígado graso en forma precoz investigan la posibilidad de lograrlo a partir de un análisis de sangre.
Hasta el momento Los análisis de sangre solo detectaban daño hepático en una etapa tardía en el desarrollo de la enfermedad
Investigadores del centro internacional EMBO, con sede en Alemania, están desarrollando un simple análisis de sangre que es capaz de detectar las etapas iniciales del hígado graso no alcohólico (EHGNA), abriendo la posibilidad de prevenir el desarrollo de cirrosis hepática a través de cambios en el estilo de vida o de la intervención terapéutica.
Una de cada cuatro personas en las sociedades occidentales y asiáticas desarrolla una acumulación de grasa en el hígado como resultado de una dieta poco saludable.
Esta enfermedad, conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico, no causa síntomas inicialmente, pero puede convertirse en cirrosis hepática en etapa terminal con opciones de tratamiento limitadas.
El hígado es un órgano importante, filtra las sustancias tóxicas del cuerpo y produce las proteínas necesarias para la digestión, la coagulación de la sangre y otras funciones fisiológicas importantes. "Es muy resistente y capaz de regenerarse, lo que puede ser la razón por la que los daños hepáticos debidos a la excesiva deposición de grasa pueden pasar desapercibidos durante mucho tiempo”, explica Matthias Mann, uno de los autores del estudio, publicado en la revista ‘Molecular Systems Biology’.
Hasta la fecha, el procedimiento estándar para diagnosticar EHGNA es la biopsia de hígado, un procedimiento "engorroso y costoso” que puede llevar a complicaciones. Por lo tanto, los investigadores apuntan que se requieren "con urgencia” métodos no invasivos que detecten de manera confiable el hígado graso no alcohólico en etapas tempranas.
Mann y sus colegas investigaron el proteoma plasmático, el conjunto completo de proteínas presentes en el plasma sanguíneo, de los pacientes con EHGNA. Usando sofisticadas tecnologías de espectrometría de masas, descubrieron un conjunto de proteínas que se acumulan en el plasma de pacientes con esta enfermedad en su modalidad no sintomática.
En un primer conjunto de estudios, determinaron que el proteoma sanguíneo de los pacientes en una etapa tardía de la enfermedad difería considerablemente de la de los controles sanos. Muchas proteínas que se alteraron en la sangre de los pacientes demostraron estar asociadas con aspectos conocidos de la enfermedad, como trombosis, deficiencia de vitamina A y D o defectos en el metabolismo de la glucosa.
En el siguiente paso, al comparar el proteoma de afectados en etapa temprana con el de individuos sanos, los investigadores encontraron solo pequeñas diferencias. Sin embargo, lograron identificar seis proteínas que se asociaron significativamente con la fase inicial del hígado graso no alcohólico.
"Una de las proteínas que descubrimos, denominada PIGR, es de especial interés. "Las personas con EHGNA que no muestran ningún síntoma tienen niveles elevados de PIGR en la sangre. Y la concentración de la proteína aumenta a medida que avanza la enfermedad, lo que hace que esta proteína sea un interesante biomarcador candidato para la inclusión en las pruebas de daño hepático”, explican los científicos.
Si bien los análisis de sangre actuales solo detectan daño hepático en una etapa tardía en el desarrollo de la enfermedad, el estudio supone un "paso importante” hacia el desarrollo de nuevas herramientas de diagnóstico para identificar a los pacientes con EHGNA en una fase muy anterior.
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Edición : Hepatitis 2000
Fuente: El médico interactivo