Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC)de Galicia- España, descubren como controlar un cáncer a través de un mecanismo que controla la aparición del colangiocarcinoma, un tipo de cáncer de hígado. El estudio, que se publica en The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha identificado una proteína que, al ser bloqueada, reduce drásticamente la incidencia y la progresión del colangiocarcinoma.
El trabajo del CNIC, abre la puerta a que en el futuro puedan desarrollarse sistemas de diagnóstico temprano y terapias para tratar el colangiocarcinoma, uno de los tumores de peor pronóstico y menos estudiados
Colangiocarcinoma, un cáncer de hígado
Es un tumor silencioso. No avisa ni advierte de su presencia. Cuando se detecta suele ser ya demasiado tarde, porque el diagnóstico coincide con la colonización de otros órganos. La temida metástasis.
Es el colangiocarcinoma, el segundo cáncer de hígado más común y uno de los más agresivos y con peor pronóstico de toda la amplia familia de tumores.La ciencia apenas ha descubierto nuevos tratamientos y tampoco ha sido muy estudiado,por eso la importancia de este estudio que ha descubierto un mecanismo molecular que controla su aparición
Investigación Proteína PPARalfa
El estudio ha sido posible gracias a que los investigadores han desarrollado un modelo animal en el que las alteraciones en la producción de ácidos biliares causan este tipo de tumor. De hecho, el colangiocarcinoma se genera en las vías biliares.
Los científicos han identificado una proteína, la PPAR alfa, que resulta esencial en el proceso tumoral, ya que regula el metabolismo de ácidos biliares y de lípidos del hígado.
Los ratones que carecen esta quinasa «presentan un número de tumores mucho menor. Casi la mitad de ellos ninguno», según explica Alfonso Mora, que ha liderado el trabajo junto con Guadalupe Sabio
Los científicos generaron un tipo de ratones cuyo hígado no contiene las proteínas JNK1 y JNK2, que se activan cuando comemos y que son responsables en parte de que el hígado almacene grasa en exceso, lo que deriva en hígado graso o esteatosis, según explica Sabio
Hay varios ensayos clínicos enfocados a la supresión de estas dos quinasas ,JNK1 y JNK2, enfocados al tratamiento del hígado graso. Pero lo que ahora se ha visto es que si se inhiben se produce una hiperactivación de PPAR alfa, lo que se relaciona con el cáncer de hígado.
"Si en el hígado no tienes JNK1 y JNK2 se produce una hiperactivación de PPAR alfa, que activa el metabolismo hepático en el hígado, pero también la producción de ácidos biliares, que altera la producción de ácidos biliares que generan toxicidad y pueden desencadenar el cáncer", explica Guadalupe Sabio.
Conclusiones
El trabajo tiene una aplicación inmediata, aunque no en el ámbito del cáncer. Es una llamada de atención para los tratamientos que se están probando para controlar la esteatosis hepática, ya que si la eliminación de las proteínas JNK1 y JNK2 se mantiene a largo plazo pueden producirse efectos secundarios importantes. "Quizás habría que replantearse este tipo de terapias a más corto plazo", advierte Sabi
El hallazgo también tendrá una implicación en el desarrollo de nuevas terapias y sistemas de diagnóstico precoz para el cáncer de hígado, pero aún habrá que esperar. Los estudios prometedores continuarán.
Ref :JNK-mediated disruption of bile acid homeostasis promotes intrahepatic cholangiocarcinoma
Edición: Hepatitis 2000