La nueva Guía Europea de Atención en Diabetes 2024 pone un énfasis especial en la atención al hígado en pacientes con diabetes tipo 2 y obesidad. Este grupo enfrenta un mayor riesgo de desarrollar esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica(MASLD), una condición que puede progresar hacia enfermedades hepáticas graves. Con herramientas de diagnóstico avanzadas y nuevos tratamientos, los especialistas están mejor preparados para mejorar el pronóstico de estas personas.
El Hígado: Un Órgano Vital para Monitorear en la Diabetes
El hígado juega un rol crucial en la salud metabólica de las personas con diabetes tipo 2 y obesidad. Produce triglicéridos y glucosa, ambos factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares y hiperglucemia. Según un estudio de 2024, la prevalencia de esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica en personas con diabetes tipo 2 alcanza el 65.3 %, lo que subraya la necesidad de monitorizar el hígado en estos pacientes.
Identificación de Casos y Diagnóstico
La detección de la esteatosis hepática en personas con factores de riesgo sigue siendo un desafío, en gran parte porque es una enfermedad silenciosa que no muestra síntomas evidentes en sus etapas iniciales. La guía recomienda usar pruebas no invasivas como el índice FIB-4 para evaluar el riesgo de fibrosis hepática. Este índice, calculado a partir de datos de análisis de sangre, permite detectar de forma temprana el riesgo de progresión a enfermedades hepáticas graves.
Las estrategias de evaluación de la fibrosis hepática grave en la esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica incluyen el uso de pruebas no invasivas en personas que presentan factores de riesgo cardiometabólico, enzimas hepáticas anormales o signos radiológicos de esteatosis hepática, especialmente en caso de diabetes de tipo 2 u obesidad o cuando existen uno o más factores de riesgo metabólico.
La Dra. Gastaldelli,directora de investigación del Instituto de Fisiología Clínica del Consejo Nacional de Investigación de Pisa, en Italia, y miembro del grupo que elaboró la guía, enfatizó que la diabetes de tipo 2, el síndrome metabólico y la obesidad, incluida la obesidad abdominal identificada por un gran perímetro de cintura, son los principales factores de riesgo y deberían ser señales de alarma.
"También hay que tener en cuenta la obesidad abdominal: hemos publicado datos en personas relativamente delgadas, con un índice de masa corporal <25, con esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica, pero sin diabetes. La mayoría de pacientes acumulaban grasa visceral y en el hígado y tenían hipertrigliceridemia e hipercolesterolemia", afirmó.
"La guía lo aborda porque la definición de esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica incluye esteatosis más, al menos, un factor metabólico ─el perímetro de la cintura, por ejemplo, que está relacionado con la grasa visceral, la hiperlipidemia o la hiperglucemia─. Cabe destacar que, tanto en la pérdida de peso farmacológica como en la inducida por dieta, la disminución de la grasa hepática se asoció a la disminución de la grasa visceral".
La prueba no invasiva de biomarcadores, fibrosis-4 (FIB-4), puede utilizarse para evaluar el riesgo de fibrosis hepática. El índice FIB-4 se calcula a partir de la edad del paciente y los resultados de tres análisis de sangre: aspartato aminotransferasa, alanina aminotransferasa y recuento de plaquetas.
La fibrosis avanzada (grado F3-F4) "es un importante factor de riesgo de desenlaces graves", afirmó la Dra. Gastaldelli. Un resultado de FIB-4 inferior a 1,3 indica un riesgo bajo de fibrosis hepática avanzada; de 1,30 a 2,67, un riesgo intermedio, y superior a 2,67, un riesgo alto.
"Cuando aumenta la fibrosis, aumentan las enzimas hepáticas y disminuyen las plaquetas", explicó la Dra. Gastaldelli. "No es una herramienta perfecta y hay que añadir la edad, porque a edades tempranas es propensa a falsos negativos y, a edades muy avanzadas, a falsos positivos. Es importante tener una visión global, sobre todo si la o el paciente tiene las enzimas hepáticas persistentemente altas, pero el FIB-4 es bajo".
"Si tienen más de un factor de riesgo metabólico, hay que proceder a más pruebas, por ejemplo, la elastografía transitoria", aconsejó. Técnicas de imagen como esta pueden descartar o considerar la fibrosis avanzada, que es predictiva de los resultados relacionados con el hígado.
"Sin embargo, las técnicas de imagen solo diagnostican la esteatosis y la fibrosis, y ahora mismo, la esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica solo puede diagnosticarse con biopsia hepática, porque no disponemos de marcadores de la inflamación y el abombamiento del hígado. En el futuro, se utilizarán pruebas no invasivas basadas en imágenes y análisis de sangre para identificar a las y los pacientes con esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica", añadió.
Estrategias de Control para la Esteatosis Hepática
El manejo de MASLD en personas con diabetes y obesidad se basa en cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, en intervenciones farmacológicas."Los tratamientos farmacológicos están diseñados para pacientes con esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica y fibrosis de grado F2 o F3, pero no con esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica
La reducción de peso, el ejercicio regular y una dieta saludable son fundamentales. Alimentos ricos en azúcares refinados, grasas saturadas y trans deben evitarse para proteger la salud hepática.
En particular, la guía aconseja controlar la dieta porque algunos alimentos conllevan toxicidad hepática, en especial los endulzados con sacarosa-fructosa, los carbohidratos complejos son menos dañinos que los refinados. Los alimentos procesados deben evitarse en la medida de lo posible porque contienen azúcares, grasas saturadas y grasas hidrogenadas, que son particularmente perjudiciales para el hígado. El aceite de oliva es mejor que la mantequilla o la margarina, ricas en grasas saturadas, y son preferibles el pescado y la carne blanca.
En casos de obesidad severa, la cirugía bariátrica ha demostrado ser efectiva No solo ayuda a bajar de peso, sino que mejora las características histológicas del hígado y se ha demostrado que mejora o resuelve la diabetes de tipo 2 y reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular. En lo que respecta a la fibrosis, lo más importante es el tratamiento nutricional tras la cirugía bariátrica, para mejorar tanto la función hepática como la salud metabólica en general.
Terapias Innovadoras para la Salud del Hígado
La guía también menciona terapias basadas en incretinas, como la semaglutida, que pueden ser beneficiosas en el tratamiento de MASLD. Aunque aún no hay medicamentos específicos para tratar la esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica, la semaglutida ha mostrado potencial para retrasar la progresión de la fibrosis en pacientes en riesgo.
Limitaciones y Futuro del Diagnóstico FIB-4
Si bien el índice FIB-4 es una herramienta útil para la detección de la fibrosis avanzada, tiene limitaciones en pacientes con diabetes tipo 2 y adultos mayores. La guía sugiere que estos pacientes, al ser más vulnerables, se beneficien de exámenes adicionales en el ámbito de la atención primaria. El Dr. Tushy Kailayanathan director médico de la empresa de resonancia magnética hepática Perspectum, quien repasó las limitaciones de la prueba FIB-4. Sostuvo que la prueba FIB-4 identifica a las personas con fibrosis hepática avanzada, por ejemplo, pacientes con hepatitis C; sin embargo, acotó que "su rendimiento es peor en pacientes con diabetes de tipo 2 y en personas ancianas". Existen pocas orientaciones clínicas sobre el ajuste de los umbrales de FIB-4 necesarios para estos grupos de alto riesgo cardiometabólico. Los pacientes prioritarios pasan inadvertidos para FIB-4 porque aquellos individuos con enfermedad temprana y activa pueden no haber experimentado progresión aún a enfermedad avanzada detectada por FIB-4".
Según el Dr. Kailayanathan, estas personas son precisamente las que se prestan a estrategias de prevención en atención primaria. Debido a la naturaleza de la enfermedad hepática temprana y activa en pacientes con alto riesgo cardiometabólico, tendría sentido trasladar algunos protocolos de diagnóstico a la atención primaria, afirmó. También destaca la importancia de mejorar los biomarcadores disponibles para evaluar la inflamación hepática en etapas tempranas y así optimizar la prevención en estos pacientes.
Conclusión: La Importancia de Priorizar la Salud Hepática
Esta nueva guía destaca la urgencia de monitorear la salud hepática en personas con diabetes tipo 2 y obesidad para evitar complicaciones. Dado que la esteatosis hepática es silenciosa, pero progresiva, las intervenciones tempranas y los cambios en el estilo de vida son esenciales. Mantener un hígado saludable en estos pacientes es clave para reducir el riesgo de complicaciones graves y mejorar la calidad de vida.
Edición Hepatitis 2000
Fuente Medscape.com