La hepatitis tiene una incidencia alta en la Argentina, pero menos de la mitad de los afectados sabe que la padece ya que la enfermedad tiene una evolución asintomática, lo que favorece que derive en cirrosis descompensada o cáncer de hígado, advirtieron especialistas
La hepatitis es una enfermedad inflamatoria del hígado producida por los virus A, B o C, que se contagia por contacto familiar o sexual con personas infectadas y transmisión vertical de madre a hijo.
Esos virus, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS), representan "un riesgo enorme" para la salud mundial, y reportó la existencia de unas 350 millones de personas con infección crónica por hepatitis B y 170 millones por el virus de la hepatitis C.
El jefe de Hepatología del Hospital Italiano de Buenos Aires, Adrián Gadano, explicó que "si extrapolamos estadísticas internacionales que registran una prevalencia de entre el 1 y el 2 por ciento de la población total sumando las hepatitis B y la C, tendremos en nuestro país una cifra muy alta de personas infectadas".
El experto advirtió que "lo más alarmante es que se calcula que menos de la mitad conoce su condición, lo que lleva a que la enfermedad evolucione en forma asintomática, pudiendo presentar complicaciones graves como cirrosis descompensada o cáncer de hígado".
La hepatitis C, expresó Gadano, constituye la primera causa de trasplante hepático en Argentina y en el mundo, y sostuvo que "muchas de las personas infectadas siguen contagiando la enfermedad sin saberlo, lo que amplía el universo de nuevos casos, entre los que se encuentran desde sus parejas, niños recién nacidos, o nuevos infectados por diversas vías".
En un informe difundido en el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, que por primera vez se celebra este 28 de julio, la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (AAEEH) recordó las diferentes estrategias de prevención y tratamiento contra la enfermedad.
Para prevenir la hepatitis A existe una vacuna obligatoria para los recién nacidos, sostuvo la entidad, y contra la B hay una inmunización con dosis de refuerzo en preadolescentes y tratamiento.
Sin embargo, advirtió que no ocurre lo mismo con la hepatitis C, para la que no existe vacuna pero sí un tratamiento que suele ser efectivo en más de un 50 por ciento de los pacientes.
El Ministerio de Salud de la Nación, en tanto, informó que la Argentina es uno de los países con mayor cobertura de vacunación contra la hepatitis A y B en forma gratuita.
El jefe de la cartera, Juan Manzur, afirmó en un comunicado que "debido a la incorporación de las vacunas en el Calendario Nacional de Vacunación, en 6 años se lograron disminuir los casos de hepatitis A en más de un 95 por ciento".
La cartera destacó, en ese sentido, que a raíz de la incorporación al calendario de la vacuna contra la hepatitis A "desde marzo de 2007 no se han realizado más trasplantes hepáticos a causa de esta enfermedad".
El presidente de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado, Fernando Bessone, destacó la importancia de "realizar campañas de concientización para la detección de la enfermedad y su tratamiento".
"Estos virus son silenciosos, pueden pasar desapercibidos durante años y generar complicaciones hepáticas graves. Es muy importante tener en cuenta que se pueden evitar consecuencias mayores con un simple análisis de sangre que detecte la hepatitis a tiempo", manifestó el especialista.
El informe reportó que la hepatitis C se hace crónica en 4 de cada 5 afectados, que pueden desarrollar cirrosis o cáncer de hígado luego de 15 a 30 años.
En el mundo unas 170 millones de personas padecen hepatitis C crónica y se infectan de 3 a 4 millones más cada año.
La hepatitis B, según la OMS, constituye una de las infecciones virales más comunes en el mundo, con unos 2 mil millones de infectados, de los cuales 350 millones sufren la infección en forma crónica y entre 500 a 700 mil mueren cada año por esa causa.
En Saludable Infobae - Fuente: DyN - 28 de julio de 2011 - nota completa