Seguridad/ la comisión propone un reglamento para evitar errores
Aunque limitada, los datos disponibles muestran una tendencia creciente de la prevalencia y la incidencia de los efectos adversos en los sistemas de salud de los Estados miembro. Se estima que en la UE entre el 8 y el 12 por ciento de los pacientes ingresados en los hospitales sufre efectos adversos mientras recibe su tratamiento.
De este modo, los estudios más recientes provienen de España, con el estudio ENEAS en 2006, que señalaba que un 9,3 por ciento de los pacientes hospitalizados sufría efectos adversos y que el 42,8 por ciento de estos era evitable. Un estudio más reciente publicado en 2007 en Francia indica que durante siete días de observación por unidad se produjo al menos un efecto adverso en el 55 por ciento de las unidades quirúrgicas y en el 40 por ciento de las médicas.
Asimismo, los datos de 2007 de la OCDE señalan grandes lagunas en la información sobre seguridad de los pacientes, si bien, sugieren elevados costes en la salud y en la economía asociados a los efectos adversos (y por lo tanto, potenciales ahorros).
En cuanto a las causas, las infecciones hospitalarias asociadas, los diagnósticos incorrectos, los errores quirúrgicos y los efectos adversos son los más frecuentes. En concreto, las primeras afectan a uno de cada 20 pacientes ingresados y se estima que aproximadamente 37.000 muertes ocurren cada año a causa de estas infecciones, lo que para la comisaria europea de Salud, Andrea Vassiliou, es una "cifra inaceptable". De ahí que la Comisión Europea presentara este lunes una comunicación y una propuesta de reglamento en las que recoge las recomendaciones sobre las medidas que los Estados miembro pueden emprender para evitar esta situación.
Sin embargo, hay obstáculos para llevar a cabo políticas de este tipo dentro de la la UE y es que cada país tiene diferentes grados a la hora de establecer como prioridad la seguridad del paciente dentro de los objetivos de los respectivos sistemas nacionales de salud.
Falta de formación
Asimismo, la falta de datos sobre incidencia de efectos adversos hace difícil comparar los niveles de seguridad y las políticas establecidas para ello. Tampoco hay suficiente investigación en el coste efectividad del control y la prevención de las infecciones asociadas y por lo tanto, hay falta de formación para los profesionales sanitarios al respecto, también hay un problema con las resistencias microbianas cuya causa fundamental es el inapropiado uso de los antibióticos. Todo ello se complica con el mayor movimiento de pacientes entre países y el envejecimiento, que añaden dificultades al trabajo del personal sanitario.
Con la Comunicación de la Comisión y la propuesta de Recomendación del Consejo sobre la seguridad de los pacientes, se pretende inducir el compromiso político de todos los Estados miembro para hacer frente al desafío de la seguridad de los pacientes. Se espera, por tanto, que los países apliquen las recomendaciones y que tomen medidas concretas. La razón de la intervención de la UE es ofrecer economías de escala, compartir buenas prácticas y sostener la actuación en materia de seguridad de los pacientes. Dicha propuesta será presentada en breve al Consejo de Ministros y al Parlamento Europeo para su estudio.
Gaceta Médica - L. Barrera - enero de 2008 - Leer la nota completa