Sigue adelante el juicio por contagio de hepatitis C en una clínica de la ciudad de Bahía Blanca de la Provincia de Buenos Aires, que tuvo un desenlace fatal en una de las personas contagiadas
Fue en el año 2012, donde se realizaron endoscopías en un Instituto gastroenterológico ubicado en la calle Gorriti de Bahía Blanca, estos procedimientos sin los cuidados adecuados produjeron el contagio de hepatitis C a muchas personas, una de ellas tuvo desenlace fatal.
Entre el viernes 23 de este mes y el lunes 19 de marzo deberán sentarse en el banquillo de los acusados los doctores Roberto Baroni y Oscar Casalini, el anestesista José Luis Calió y la técnica radióloga Gladys Rivadeo. Todos están acusados de homicidio culposo (un caso) y lesiones culposas (cinco hechos).
Las víctimas -que se habían sometido a distintos tipos de endoscopía entre el 5 y 10 de septiembre de 2012 en la clínica propiedad de Baroni-, contrajeron hepatitis C.
Mónica Graciela García Suárez falleció al tiempo, mientras que Gastón Piazza, Mariano Antonio Palma, Victoria Giaggiotti, Valeria Zappacosta y Mario Engraf contrajeron el virus y durante varios meses debieron ser sometidos a un extenso tratamiento para recuperarse.
La investigación estableció que los seis se atendieron con el mismo gastroenterólogo y anestesista (Casalini y Calió) y con idéntico mecanismo de sedación.
Dos hipótesis
Para la fiscal Olga Herro, quien llevó adelante la causa y será acusadora en el juicio, existen, a partir de las pruebas reunidas, dos hipótesis de contagio: la reutilización de objetos descartables en la sedación o el incumplimiento de las normas de protocolo sobre la limpieza y desinfección de los aparatos endoscópicos.
Los testimonios de varios pacientes que se atendieron para esa fecha constituyen un fuerte indicio sobre las condiciones generales y de higiene de la clínica. Por ejemplo, una médica veterinaria, conocedora en bioseguridad, dijo que le había llamado la atención que el suero y la vía "estaban usados".
Otra testigo remarcó como sorprendente la cantidad de gente que entraba y salía de las salas donde se practicaban los estudios.
El médico Sergio Seri, director de Fiscalización de Región Sanitaria I, concluyó que, de cumplir con todas las medidas de seguridad de esterilización y desinfección (trámite que demanda unos 30 minutos), no hubiera sido posible, en el horario de atención previsto, realizar 22 estudios el día 5 de septiembre de 2012 y 14, el día 10.
Responsabilidades
Baroni no atendió los días de contagio y no podía controlar a todos los profesionales a su cargo, aunque para la justicia de primera instancia, al ser director médico, debía conocer "las circunstancias generales en las cuales se realizaban los estudios".
De hecho, los días 6 y 11 de septiembre de 2012, Baroni hizo estudios y esos días concurrieron más pacientes que los del contagio.
"Otorgar tantos turnos por día era una práctica habitual. No solo no la desconocía (Baroni), sino que la aceptaba", consideró la Sala II de la Cámara Penal, que intervino en el caso.
Rivadeo, en tanto, era asistente de Casalini y de Baroni y "empleaba las mismas técnicas de limpieza y desinfección con ambos". La "modalidad imprudente" era la misma en todos los casos.
Casalini fue quien realizó las endoscopias a los damnificados y Calió quien proveyó los medicamentos de sedación.
El debate
El juez en lo Correccional N° 2, doctor Gabriel Luis Rojas (foto), estará a cargo del juicio, que tendrá lugar en el salón de audiencias principal del Palacio de Tribunales, en el quinto piso de Estomba 34.
Será casi un mes de debate porque está previsto el comparendo de 110 testigos.
Además de Herro y de los representantes del particular damnificado (las hijas de García Suárez), intervendrán los defensores Pablo Radivoy (por Baroni), Sebastián Martínez (Casalini), Andrés Bouzat (Calió) y Mariano Jara (Rivadeo).
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Edición: Hepatitis 2000
Fuente: La Nueva