¿Como mejorar las erupciones de la piel como consecuencia de la hepatitis crónica o por alguno de sus tratamientos?
La hepatitis viral crónica a veces produce síntomas donde la salud de la piel también puede verse altamente perjudicada. Además, los medicamentos para tratarla también pueden producir reacciones dermatológicas negativas.
Las hepatitis B y C afectan a 325 millones de personas y causan 1,34 millones de muertes cada año, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Es una enfermedad estrechamente relacionada con el cáncer hepático y el empeoramiento del estado de salud; incluida la piel.
La hepatitis es una inflamación del hígado provocada por una infección vírica. "Existen distintas tipologías en función del virus infectante”, afirma Jose Luis Rodríguez Agulló, hepatólogo. Las hepatitis A y E, explica, "son agudas salvo en casos excepcionales del virus E” mientras que "los virus B, D y C no solo pueden producir hepatitis aguda, sino también crónica”. Esto quiere decir que "las primeras se resuelven en dos o tres meses, mientras que las segundas persisten más de seis meses y es necesario tratarlas”.
Las afecciones en la piel "son muy pocas o prácticamente nulas” y "se resuelven una vez se trata la enfermedad”, asegura Gerardo Clemente, hepatólogo del Hospital Nuestra Señora del Rosario (Madrid). Rodríguez, por su parte, asegura que "existen numerosas manifestaciones dermatológicas de la hepatitis C, resultado del escape inmunológico y de la persistencia del virus en el organismo”.
Las alteraciones cutáneas de la enfermedad
Entre las manifestaciones cutáneas más frecuentes "se encuentran la xerosis –sequedad-, la ictericia –amarilleo y pérdida de luminosidad- y el prurito y prúrigo –picor-", destaca Olga González Valle, médico adjunta del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario de Getafe, en Madrid. Menos frecuente, reconoce, son casos de liquen plano –enfermedad inflamatoria-, porfiria cutánea tarda – que dificulta la capacidad de cicatrización- , urticaria-vasculitis y vasculitis crioglobulínemicas –que se manifiestan en manchas rojizas y púrpuras-. "La asociación con psoriasis o con el pioderma cangrenoso es menos frecuente todavía”, agrega.
En todas las afecciones mencionadas por González coincide Rodríguez, quien añade a la lista la profiria cutánea, "enfermedad caracterizada por vesículas cutáneas y heridas en la piel por exposición solar”. Según cuenta, "la infección por el virus C es un desencadenante de esta patología”.
Todas las afecciones cutáneas "se resuelven cuando se elimina la infección por el virus C”, afirman tanto la dermatóloga como los dos hepatólogos. Aun así, para mejorar y prevenir estos síntomas, "es fundamental mantener la piel bien hidratada utilizando productos no agresivos durante el baño o ducha y aplicar emolientes con regularidad”, recomienda González. Además, añade, "existen productos tópicos calmantes para el prurito”.
Las afecciones dermatológicas del tratamiento
Más allá de los daños de la piel que puede producir la enfermedad, los medicamentos para tratarla también pueden desencadenar problemas cutáneos. El tratamiento de la hepatitis C "es corto, ocupa entre ocho y doce semanas; y durante el mismo se aconseja no tomar el sol porque puede haber sensibilización cutánea”, destaca Clemente.
Los activos de los medicamentos, además, pueden provocar reacciones dermatológicas no deseadas. El interferón, por ejemplo, "con frecuencia produce prurito y sequedad de piel y mucosa oral, además de alopecia difusa”, comenta González. La ribavirina, por su parte, "también puede provocar sequedad de piel, prurito e irritación cutánea, y alopecia. Con menos frecuencia acné, hematomas, eczema, urticaria y edemas, y muy rara vez ampollosas graves como la necrolisis epidérmica, la cual hace necesario suspender el tratamiento”. El sofosbuvir, el velpatasvir y el voxilaprevir, advierte, "rara vez producen reacciones cutáneas, pero pueden ser serias”.
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Edición: Hepatitis 2000
Fuente: Informe21