Desde siempre hemos sabido que un exceso de azúcar es perjudicial para nuestro organismo, aunque habitualmente asociamos el exceso con el aumento de peso y las calorías vacías, aunque puede ser un problema que va mas allá, y es que puede llegar a dañar órganos internos como el hígado.
Un exceso de azúcar en nuestra dieta puede producirnos una esteatosis hepática no alcohólica, similar a la que se produce por un exceso en el consumo de bebidas alcohólicas. Y es que no solo el azúcar nos proporciona algunos kilos de más, sino que puede producirnos daños muchos más graves. Desde Vitónica vamos a explicar cuáles son los motivos por los que se produce este trastorno.
Según un estudio realizado por la Universidad de Duke en EEUU, un exceso de azúcar es más perjudicial de lo que pensamos. Aunque no solamente debemos entender el azúcar como lo que se encuentra en los dulces, sino que el que contienen los hidratos de carbono es igual de perjudicial, ya que su finalidad es la de proporcionarnos energía que si no las consumimos se acumularán en forma de grasa en nuestro cuerpo.
Según este estudio, esta transformación del azúcar en grasas es lo que se produce en nuestro hígado como consecuencia de un exceso de este nutriente en la sangre. Esto hace que el hígado acumule este exceso de azúcar formando grasa en su interior desembocando en una esteatosis hepática o lo que popularmente conocemos como hígado graso producido habitualmente por una ingesta masiva de alcohol, y que hace que este órgano no funcione correctamente.
Es importante que controlemos nuestros índices glucémicos o el nivel de azúcar en sangre para evitar que esto se produzca, y es que los niveles aconsejados son 100 miligramos por decilitro en ayunas. Si éste es superior significará que nuestro cuerpo no metaboliza adecuadamente los azúcares. Es importante que acudamos a un especialista porque puede haber un problema orgánico de fondo.
Estos niveles de azúcar en sangre se pueden disminuir con el ejercicio físico y con una dieta adecuada, baja en azúcares e hidratos de carbono, ya que el hígado graso es un problema que se puede solucionar y volver a recuperar nuestro estado normal, simplemente debemos ser constantes y reeducar nuestros hábitos para ser más sanos.
Es importante que conozcamos los síntomas de esta enfermedad que son dolor en la parte superior derecha del abdomen, fatiga crónica, malestar general y pesadez después de las comidas. Aunque hay casos en los que no se detectan síntomas porque el paciente tiene el hígado demasiado grande. Aunque es importante que no esperemos a sufrir los síntomas, ya que cuando detectemos un exceso de azúcar debemos poner remedio.
De Proteínas - 22 de octubre de 2009 - nota completa