Las victimas olvidadas de la hepatitis C, es un interesante artículo que trata , sobre la falta de atención hacia el 1,6% de la población en España, que se estima no sabe que tiene hepatitis C , este problema es similar en muchos países del mundo.
En Argentina, se estima que entre el 1,5 y el 2% de la población tiene hepatitis C y la mayoría no lo sabe.
Las víctimas olvidadas de la hepatitis C
Por Yolanda Martos
La solución pasa por la detección temprana de miles y miles de personas que padecen, sin saberlo, la enfermedad. Solo en Madrid se calcula que casi 53.000 personas padecen hepatitis C, entre los grados del 1 al 4 Europa tiene,hasta ahora, unas leyes que impiden la fabricación de genéricos, algo que no ocurre ni en China ni en IndiaProtesta de afectados por la hepatitis C Protesta de afectados por la hepatitis C EPHace tan sólo un año, todos los medios de comunicación se hacían eco de las protestas de los afectados por la hepatitis C. Clamaban por un tratamiento que podía salvar sus vidas. El tratamiento costaba hasta cincuenta mil euros en España pero se podía obtener por veinte euros en países como India o China –que usaban un genérico fabricado allí–.
En nuestro país los fabricantes del medicamento imponían su ley y, hasta que se acordaron soluciones parciales y variables (diferentes en función de cada comunidad autónoma), 4.000 personas infectadas perdieron su vida. Actualmente existen lugares, como Madrid,
donde se aplican los acuerdos entre las asociaciones y la Administración, mientras muchos diagnosticados viajan a lugares como Egipto, donde el fármaco es más barato, con la ilusión de sobrellevar la enfermedad antes de que alcance su grado más mortífero. Para las asociaciones de afectados la solución de futuro pasa por la detección temprana de miles de personas que padecen, sin saberlo, la enfermedad en sus fases iniciales.
El 1,6 % de la población española está afectada por la hepatitis C, según cálculos de los hepatólogos
Según cálculos de los hepatólogos, el 1,6 % de la población española está afectada por la hepatitis C. Hace un año, asistíamos a
manifestaciones de las personas afectadas que demandaban una solución. El tratamiento capaz de curar la enfermedad costaba en
España más de 50.000 euros, y el Gobierno no asumía ese gasto. Al rededor de 4.000 pacientes que murieron, podrían haberse salvado
si se les hubiese tratado a tiempo. Hoy, debido a que se está extendiendo el uso del fármaco, el precio ha bajado hasta los 7.000. ¿Si se
hubieran comprado grandes cantidades antes habría bajado antes el precio? Aun así, pese al abaratamiento, la aplicación es todavía
muy desigual en algunos lugares del país, y urge localizar a aquellos enfermos que no están diagnosticados.
El primer aspecto a tener en cuenta es que el tratamiento funciona si se empieza a tiempo, de este modo la recuperación es formidable.
Pero las cifras de afectados por hepatitis C no ha disminuido. Las alertas se mantienen altas porque existe un porcentaje muy elevado de
afectados que no saben que lo están. A esto se añade que hay un 21,3% del total de la población reclusa infectada, de la que sólo se trata
al 2,3%, que no hay campañas de prevención y que no en todas las comunidades autónomas se realizan tratamientos.
El tratamiento funciona si se empieza a tiempo
La Comunidad de Madrid es modelo en aplicación y resultados, ya que desde abril casi todos los hospitales disponen de medicación y
seguimiento de pacientes, por el acuerdo al que llegó con la Administración la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C.
Sólo en Madrid se calcula que cerca de 53.000 personas padecen hepatitis C entre los grados del 1 al 4. De ellas se ha dado tratamiento
a 8.000. Es necesario buscar a los demás infectados en todo el país. Se trata de localizar a aquellas personas que rondan hoy los 60 años y que vivieron una época con condiciones sanitarias poco escrupulosas. Hablamos de agujas que se hervían en alcohol, dentistas que no esterilizaban instrumentos, vacunación masiva en el servicio militar con una misma aguja o transfusiones de sangre que procedía de Estados Unidos. Circunstancias o prácticas que en la actualidad consideramos de alto riesgo.
En busca de personas enfermas que ignoran su enfermedad
Adolfo García, presidente de la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C (PLAFH) de Madrid, señala que es necesario llevar a cabo – como acción prioritaria– una búsqueda activa de posibles afectados que ignoren su situación, que pertenecen a esa generación de más de 55 años: "Pedimos que se haga una criba de pacientes de esa edad y se les soliciten pruebas de hepatitis C en los centros de salud para detectarlo a tiempo”
La búsqueda activa podría frenar el avance de la enfermedad en fases tempranas, y evitar así una cadena de contagios. La PLAFH pide
que sea el Gobierno central quien lo determine, revisando el Plan Estratégico de Abordaje de la hepatitis C del Ministerio de Sanidad,
para conocer lo que ha pasado desde el mes de abril pasado hasta la fecha. "Este Plan" –continúa Adolfo García– "en unos aspectos se
ha cumplido y en otros hay carencias. En Madrid ha funcionado bien pero es importante que se aclare quién debe pagar y si el dinero
debe salir de una partida presupuestaria específica aprobada por el Gobierno de la Nación. Esto haría que se pudiese aplicar el
tratamiento en todas las comunidades, algo que actualmente no se hace porque los hospitales no saben si van a recuperar el dinero que
invierten y no pueden detraerlo del que destinan a otras enfermedades "
Entre Europa y la picaresca
Desde las primeras manifestaciones de afectados hasta hoy, no sólo se han dado pasos con la Administración española. El pasado mes
de noviembre, la PLAFH recibió una carta de la Presidenta de Petición de Comisiones de Bruselas ,Cecilia Wikström, en la que esta daba
vía libre para tramitar sus peticiones por considerar que eran competencia general de la Unión Europea. En estas peticiones, se plantea
la compra masiva de medicamentos por parte de Europa (que abarate los costes) y la creación de una normativa para que el precio del
producto no impida el tratamiento. Europa tiene, hasta ahora, unas leyes que impiden la fabricación de genéricos, algo que no ocurre ni
en China ni en India –donde pueden elaborar sus propios tratamientos a bajo precio–. "Los laboratorios, por su parte, –señala Alfredo
Garcia– aprovechan y marcan sus precios a tenor de las posibilidades de cada país. Por eso vemos que en Egipto, con una población
infectada del 15%, abarataron los costes porque querían vender”. Eso ha dado lugar a escapadas organizadas por una agencia de viajes
española, en las que por 5.000 euros programan estancia, visitas y pastillas. Sin embargo, la propia PLAFH ha denunciado esta práctica
como estafa, ya que no es viable hacer un seguimiento en España con un medicamento adquirido en el extranjero, que fue comprado sin
tener en cuenta las circunstancias de cada paciente.
La campaña de prevención debe ir en paralelo a la de búsqueda activa
Además de la revisión del Plan Estratégico de Abordaje y de los avances con la UE, se está preparando un libro blanco, que se publicará
el próximo mes de marzo, que recoge resultados y propuestas. Como anticipo, Elsa Tobeña, presidenta de PLAFH a nivel nacional,
insiste en que la campaña de prevención debe ir en paralelo a la de búsqueda activa. "Aunque parezca costoso, es invertir en salud y
también es económicamente rentable. Pensemos que un trasplante de hígado cuesta alrededor de 200.000 euros. Tratar a pacientes
desde el principio, salva vidas y ahorra dinero”
La detección precoz del virus, incluso el tratamiento en las primeras fases (que ahora mismo se hace en Madrid a discreción de cada hospital) puede evitar miles de muertes. Los resultados de aquellas esperas –porque el Comité Evaluador dejaba pasar meses antes de aprobar el uso del medicamento– han costado muchas vidas. "En la Plataforma –prosigue Elsa Tobeña– han fallecido siete personas por no haber recibido el medicamento a tiempo. Afortunadamente ese comité ya ha desaparecido. De todos modos, siguen cometiéndose arbitrariedades en cárceles como tratar, de una pareja, al que más afectado está y al otro no. Con lo cual, existirá recaída”. Aunque el contagio de hepatitis C no es fácil, la PLAFH a nivel estatal tiene en su hoja de ruta la prevención, a través de la búsqueda de enfermos ocultos y las campañas y una máxima alerta para ese 19% infectado de la población reclusa que aún está sin tratar.
Fuente: Bez