Los efectores de salud tienen hasta un 60% más de probabilidades de contraer hepatitis C y este porcentaje se triplica si en su trabajo suelen estar en contacto con sangre
Según un estudio publicado en la revista «Occupational and Environmental Medicine»,los profesionales sanitarios tienen un riesgo un 60 por ciento mayor de infectarse con el virus de la hepatitis C en comparación con la población general, y si encima en su quehacer diario suelen estar en contacto con sangre las probabilidades casi se triplican.
«El contacto con la sangre, como al pincharse con una aguja al poner una inyección, se asocia a un riesgo de infección y sigue siendo la principal amenaza para la salud de los sanitarios», ha reconocido Claudia Westermann, investigadora del Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf (Alemania) que ha liderado la investigación.
La hepatitis C se transmite generalmente a través de la sangre y la mayoría de afectados actualmente entraron en contacto con el virus por compartir agujas, bien para una trasfusión de sangre o por el consumo de alguna droga inyectable.
Para evaluar la prevalencia de la hepatitis C entre los profesionales sanitarios, Westermann y su equipo revisaron los datos de 44 ensayos clínicos publicados y vieron que en Estados Unidos y Europa, donde la prevalencia de la enfermedad es relativamente baja, los profesionales sanitarios tienen el doble de probabilidades de infectarse que el resto de población.
El riesgo también se duplicó en el norte de África, Oriente Medio y el sudeste asiático, a pesar de que las tasas de contagio en Japón entre este colectivo eran similares al resto de la población.
Además, vieron como, en términos generales, entre los profesionales sanitarios los hombres tenían el triple de riesgo que la población general, frente al 50 por ciento de probabilidades en el caso de las mujeres.
Por profesiones, el médico tenía 2,2 veces de probabilidades de sufrir hepatitis C, mientras que entre los dentistas era 3,5 veces mayor y en el personal de Enfermería, en cambio, el riesgo sólo era un 70 por ciento mayor. Y entre el personal de la salud que estaba en contacto habitual con sangre, como cirujanos, obstetras, microbióogos, patólogos, bancos de sangre o responsables de aparatos de diálisis, el riesgo de infección era 2,7 veces mayor.
No obstante, los autores reconocen que el estudio tiene muchas limitaciones ya que, entre otras cuestiones, no incluyen otros factores de riesgo individual, como el consumo de drogas o las prácticas sexuales.
Actualmente hay herramientas que han mejorado la seguridad en la práctica clínica y reducen el riesgo de accidentes «pero no lo previenen por completo», ha reconocido Westermann, que asume que las infecciones a través de la sangre «seguirán siendo una amenaza para los profesionales sanitarios».
Todos los profesionales y efectores de salud deberían realizarse el test para hepatitis B y C MAS de una vez en la vida, por su salud y la de las personas que en su trabajo asisten.
Adaptación: hepatitis 2000
Fuente: abc.es