Un estudio en población penitenciaria demostró que este sistema facilitaba a los reclusos el acceso a la atención especializada y permitía identificar a los que se encontraban en etapas avanzadas de la enfermedad.
Investigadores de la Universidad de California, en San Francisco, Estados Unidos, han demostrado que la telemedicina y las líneas telefónicas destinadas a atender consultas urgentes mejoran la atención del paciente con enfermedades hepáticas crónicas, facilitando su acceso a la atención especializada y permitiendo identificar a los que están en etapas avanzadas.
La seroprevalencia del virus de la hepatitis C (VHC) es unas 20 veces mayor en la población carcelaria de Estados Unidos que en la población general. Hasta el 35% de los cerca de 170.000 prisioneros de California tienen hepatitis C crónica.
Para ellos, el acceso a las consultas y cuidados especializados ha sido un reto a causa de la logística del Departamento de Prisiones de California (CDCR) y sus limitaciones de personal.
Este estudio, presentado en el último Congreso de la Asociación Americana para Estudio del Hígado (AASL), celebrado esta semana en Boston, Estados Unidos, la Universidad de California y el CDCR pusieron en marcha un sistema de telecomunicación diseñado para permitir rápidas consultas telefónicas o por circuitos cerrados de televisión con hepatólogos y enfermeras especializadas en hepatología.
Estos especialistas realizaron recomendaciones a los presos y recogieron datos de todos los pacientes diagnosticados del virus de la hepatitis C o de enfermedades hepáticas crónica.
El objetivo del estudio fue identificar, seleccionar y tratar a los pacientes con enfermedades hepáticas crónicas en el CDCR, conseguir datos sobre la prevalencia de la cirrosis y los pacientes con enfermedades hepáticas en los últimos estadios y demostrar la viabilidad de estos métodos para conseguir intervenciones eficaces en estos pacientes de alto riego. Las consultas telefónicas de urgencia, junto con las visitas a través de telemedicina, continuaron durante un segundo año y las revisiones se completaron en mayo de este año.
Los hepatólogos de esta investigación vieron a 1.025 pacientes entre mayo de 2008 y el mismo mes de 2010. Además, contestaron a 2.011 consultas telefónicas de urgencias entre noviembre de 2008 y mayo de este año. Cerca del 25% de los pacientes fueron después vistos en consultas de telemedicina. Entre la población que se benefició de los servicios de telemedicina (1.025), la prevalencia estimada de cirrosis fue del 43% y las complicaciones asociadas a esta enfermedad se desarrollaron en el 5,5% (56) de estos pacientes.
Según los investigadores, "los primeros resultados de esta iniciativa demuestran la viabilidad de un sistema de comunicaciones multimodales para dar acceso a cuidados especializados a pacientes que se encuentran en prisión", que presenta una mayor prevalencia de cirrosis y enfermedad hepática en sus últimas etapas que la población general.
"Sería necesario implementar las estrategias dirigidas a identificar y tratar los pacientes-presos con un mayor riesgo para reducir la carga de enfermedad hepática en últimas fases entre esta población", concluyeron.
Fuente: Jano (España)- en Bitácora Médica - noviembre 2010 - nota completa