El investigador del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco y cirujano gastroenterólogo, Alejandro González Ojeda, señaló que la enfermedad hepática conduce a la necesidad de un trasplante.
Precisó que alteraciones del hígado como lo es la cirrosis, conducen invariablemente a la necesidad de un trasplante con el fin de incrementar la calidad y expectativa de vida.
"A pesar de los adelantos en el manejo médico de las adversidades de la cirrosis, un prominente porcentaje de los pacientes muestran mala calidad de vida e insuficiencia hepática, y entonces el trasplante hepático ortotópico es, en la actualidad, la única opción de régimen definitivo”, refirió el profesional.
Indicó que en pacientes con daño hepático como el antes citado, la supervivencia a seis meses es solamente de un 90%, en tanto que de a un año sube al 85%, a los tres años se aumenta a 80%, a cinco años es de 75% y a 10 años es del 64%.
Inclusive, señaló, de 5% a 10% de los pacientes con patología hepática tienen la posibilidad de llegar a fallecer aguardando la donación de este órgano para lograr ser trasplantados.
Una vez trasplantados, refirió, la atención médica también se ha abocado a hacer mejor la calidad de vida de estos pacientes, en donde permanezca un estado de salud servible, una percepción de buena salud, satisfacción con la vida y capacidades para desempeñarse.
Para medir estos puntos, introduciendo las áreas físicas y mentales, indicó en un trabajo de investigación a su cargo, fue usado el cuestionario SF-36 a fin de considerar el encontronazo en la calidad de vida de los pacientes con trasplante de hígado en un rango de 20 a 69 años de edad, del Centro Médico Nacional de Occidente.
En esa encuesta, se constató que los pacientes presentaron adversidades en menos del 10% de las situaciones, tanto a largo y corto plazo, primordialmente de origen vascular, biliar, datos de rechazo, reincidencia de la patología, y efectos adversos de inmunosupresión.
En dicho estudio se incluyeron a 37 pacientes que fueron trasplantados por medio de la donación de un riñón de persona fallecida, en una exhibe que abarcó las intervenciones llevadas a cabo en cinco años, cuya edad promedio fue de 48 años, y la patología más recurrente que desarrollaron previo al trasplante, fue la cirrosis.
Al instante de esta investigación, indicó que los pacientes contaban con un tiempo de articulo trasplante hepático de al menos seis años.
El 67% de los pacientes entrevistados fueron mujeres, y las causas más recurrentes por las que derivaron en la necesidad de trasplantes fue antes que nada cirrosis criptogénica, seguida por cirrosis biliar principal, por poliquistisis hepatorrenal, por hepatocarcinoma y por patología de Carolin.
Las frecuencias más altas en porcentajes se observaron en salud psicológica con un 56%, función popular con un 54%, y aspecto emocional con un 54%, agregó.