Se transmite por vía fecal-oral y puede desencadenar hepatitis aguda, aunque la mayoría de las veces la enfermedad se presenta sin síntomas. Un estudio analizó muestras del río Suquía, de residuos cloacales y de un banco de suero humano conformado a partir de extracciones realizadas años atrás a vecinos sanos de prácticamente todos los barrios de la ciudad. ¿El resultado? El 4,4% de la población estuvo alguna vez en contacto con este virus.
Las hepatitis virales pueden ser agudas o crónicas. Las primeras son provocadas mayoritariamente por los virus de la hepatitis A y B, contra los cuales existen vacunas; mientras que las segundas son ocasionadas generalmente por el virus C (el B sólo provoca hepatitis crónicas en el 10% de los casos). Sin embargo existe otro virus que puede desencadenar hepatitis agudas al cual se le ha prestado escasa atención por su baja incidencia en la región, aunque es endémico en Asia oriental y meridional, en países como India o China. Se trata del virus de la Hepatitis E.
Se transmite principalmente por la vía entérica (fecal-oral), a través del consumo de agua o alimentos contaminados. Si bien produce hepatitis agudas comunes con signos y síntomas similares a los virus A y B, en el último tiempo un número creciente de países han reportado que en personas inmunocomprometidas, como pacientes trasplantados o con HIV, este agente infeccioso puede causar hepatitis crónicas.
En Argentina se han reportado algunos casos de Hepatitis E, pero hasta el momento se desconocía si circulaba en Córdoba y cuál era su prevalencia. Esto obedece a que su diagnóstico no está incorporado a los análisis serológicos de rutina. Es decir, no hay registros de casos clínicos porque no existían las herramientas para detectarlos y tampoco existían estudios de vigilancia ambiental del virus.
En ese contexto, y como parte de la tesis doctoral de Maribel Martínez Wassaf, investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), de la Universidad Católica de Córdoba (UCC), en colaboración con el Laboratorio LACE, llevaron a cabo el primer estudio para establecer la circulación del virus en el medio local, en la población adulta.
Bajo la dirección de Viviana Ré, investigadora de Conicet, del Instituto de Virología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC y docente de la UCC, el trabajo implementó dos abordajes: el análisis de muestras de suero sanguíneo de población adulta sana de la ciudad de Córdoba (mediante la detección de anticuerpos IgG anti-HEV) y la vigilancia ambiental (a través de técnicas de biología molecular para identificar el ARN del virus).
La primera estrategia contempló el estudio de 433 muestras anónimas de suero sanguíneo de individuos adultos, que se realizaron análisis serológicos en diferentes centros de salud locales entre 2009 y 2010. Los únicos datos con los que contaron para establecer la prevalencia del virus fueron el sexo, la edad y el barrio de procedencia de cada individuo. "Cuando no se conoce nada, hay que hacer un estudio de prevalencia para saber si el virus circula. De ser así, cuando el virus se contacta con una persona, su organismo genera anticuerpos. Es como un sello de que estuviste en contacto con el virus alguna vez, aunque no hayas desarrollado la enfermedad”, explica Ré.
En segundo lugar se evaluaron muestras de residuos cloacales de la ciudad de Córdoba extraídas en 2007 y desde 2009 a 2011, del caño principal de la planta de tratamiento cloacal de Bajo Grande, así como muestras de agua del río Suquía a lo largo de su curso, desde la desembocadura del Lago San Roque hasta el puente San José, obtenidas entre 2009 y 2010.
El análisis serológico de muestras sanguíneas humanas arrojó un 4,4% de prevalencia general, es decir, 19 de 433 individuos analizados presentaron anticuerpos de Hepatitis E. Esto no implica que necesariamente hayan desarrollaron la enfermedad en su etapa aguda, sino que en algún momento de sus vidas estuvieron en contacto con el virus y su sistema inmune respondió generando los anticuerpos IgG Anti-HEV. "Estos datos –según explica la investigadora– implican que el 4,4% de las personas que viven en la ciudad tuvieron, alguna vez, contacto con el virus. "¿Qué tan grave es su circulación? No lo sabemos, porque todavía no tenemos casos clínicos”, señala la directora del trabajo
Las marcas fluorescentes de color rosa confirman la presencia del virus de la Hepatitis E, en la muestra analizada con técnicas de la biología molecular.
La vigilancia ambiental, por otra parte, permitió identificar la presencia del virus en la red cloacal (6,3%) en 2007 y confirmó que seguía circulando en 2011. El análisis del agua del Suquía también arrojó resultados positivos en el 3,2% de las muestras.
Además, gracias a las técnicas de biología molecular, se logró establecer que el genotipo del virus de la Hepatitis E que circula en Córdoba es el 3 (existen cuatro). Es el mismo que circula mayoritariamente en Sudamérica y el responsable de los casos de hepatitis crónicas en personas inmunodeprimidas reportados en diferentes países.
Circula, ¿y ahora qué?
Para Ré, los resultados brindan evidencia científica que permitirá en el futuro implementar esquemas de diagnóstico y comenzar a llevar un registro sistemático de los casos clínicos reales provocados por este virus, un dato que se desconocía hasta el presente.
La clave está en que para realizar este estudio, los investigadores solicitaron autorización a la ANMAT para importar el equipamiento específico (kits comerciales) para la detección de los anticuerpos de este virus en sangre, materiales cuyo ingreso estaba frenado desde el año 2000.
Del mismo modo, la colaboración del Instituto Osvaldo Cruz de Río de Janeiro (Brasil) fue esencial en la puesta a punto de las técnicas de biología molecular para su detección y determinación del genotipo del virus.
Ambas herramientas (disponibilidad de kits de detección y técnicas de biología molecular) permiten contar por primera vez, tanto en Córdoba como en el interior del país, con la posibilidad de diagnosticar Hepatitis E y determinar su genotipo, posibilidad hasta el momento circunscripta al Instituto Malbrán en Buenos Aires.
"Que hayamos detectado que el virus circula era algo previsible si tenemos en cuenta que se sabía que circulaba en Argentina. Lo importante es que hoy tenemos las herramientas para detectarlo”, subraya la científica. En esta línea, la confirmación de la presencia de este virus constituye una alerta para el sistema de salud local sobre la importancia de contemplarlo entre los posibles agentes causantes de hepatitis agudas.
Por: Mariana Mendoza, Redacción UNCiencia - En: UNCiencia - Nota completa
Publicación internacional
El estudio "First detection of hepatitis E virus in Central Argentina: Environmental and serological” fue publicado de manera on line por el Journal of Clinical Virology el 27 de agosto de 2014.
Sus autores son Maribel G. Martínez Wassaf, María Belén Pisano, Patricia A. Barril,
Osvaldo C. Elbarcha, Marcelo Alves Pinto, Jaqueline Mendes de Oliveira, Pablo DiGiusto, Silvia V. Nates, y Viviana E. Ré.
El trabajo recibió el financiamiento de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNC; la Secretaría de Investigación y Vinculación Tecnológica de la UCC, el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y el ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Córdoba.
Fuente
Martínez Wassaf MG, et al. First detection of hepatitis E virus in Central Argentina: Environmental and serological survey. J Clin Virol (2014), http://dx.doi.org/10.1016/j.jcv.2014.08.016