Las donaciones de sangre y los trasplantes de órganos podrían transmitir hepatitis C no detectada, según un estudio
Más de la mitad de los pacientes con infección oculta por virus C de la hepatitis lo tienen presente en la sangre, manteniendo su capacidad para infectar. Ésta es una de las conclusiones de una investigación elaborada por la Fundación para el Estudio de las Hepatitis Virales (FEHV), que implica que en las donaciones tanto de sangre como de órganos realizadas en España, y con los métodos aplicados actualmente en los bancos de sangre y de tejidos, no se pueda detectar si un donante tiene virus C oculto de la hepatitis en sangre.
El estudio, dirigido por el doctor Vicente Carreño, es una continuación del elaborado por el mismo equipo en el año 2004, cuando sus integrantes identificaron en un 57% de pacientes enfermedades del hígado de origen desconocido, una nueva forma de infección del virus C de la hepatitis denominada entonces "infección oculta por virus C".
Los pacientes con esta infección tienen el virus C en el hígado, aunque en su sangre no se detectan ni el virus ni los anticuerpos frente al mismo. Dado que alrededor de un 10% de las enfermedades hepáticas son de origen desconocido, se estima que en España puede haber unos 264.000 pacientes con una infección oculta C.
La existencia de esta infección oculta por virus C de la hepatitis ha sido confirmada por otros grupos de investigación en EE.UU, Japón, China y Europa. Una posible explicación de la aparente ausencia de virus C en la sangre de estos pacientes podría ser que aunque el virus esté en la sangre, la cantidad que exista del mismo sea tan pequeña que con las técnicas disponibles no se pueda detectar.
Según explica la FEHV, para detectarlo es necesaria una ultracentrifugación de la sangre, concentrando así las posibles partículas de virus C presentes. En este nuevo estudio, los investigadores comprobaron que 62 de los 106 pacientes analizados (un 58,5 por ciento) tenían VCH-RNA (virus C) en la sangre, y que las características físico-químicas del virus C oculto en sangre eran idénticas a las del virus de la hepatitis C crónica clásica, lo que significa que tiene la misma capacidad de infectar y de agredir al hígado.
De los resultados del estudio se deriva que es necesario estudiar a los familiares de los pacientes con infección oculta por virus C por el posible riesgo de estar infectados sin saberlo, además de las poblaciones de riesgo como las unidades de diálisis, los drogadictos, los enfermos de SIDA, o el personal sanitario.
Europapress 26 de junio de 2007