Hepatitis autoinmune, cuando el organismo ataca al hígado
Por Karina Galarza Vásquez - Afecta en 70% de los casos a mujeres y se presenta con más frecuencia en la adolescencia e inicio de la edad adulta. Es la hepatitis autoinmune, inflamación del hígado que ocurre cuando el sistema de defensas confunde a las células de dicho órgano con invasores y las ataca.
Si bien existen diversos factores asociados a la inflamación del hígado, como infecciones por virus, acumulación de grasa y administración de ciertos medicamentos, existe una causa perteneciente a las enfermedades autoinmunes, las cuales se deben a la activación descontrolada del sistema inmunológico (de defensas), que deja de reconocer órganos y tejidos como propios, produciéndoles daño.
"La hepatitis autoinmune, padecimiento crónico que deriva en la destrucción del órgano referido, fue descrita por primera vez en 1950 como un trastorno que afecta a mujeres jóvenes, vinculado al incremento de gammaglobulinas en sangre (mezcla de proteínas que contiene anticuerpos del hígado) y cambios en el tejido hepático", señala el Dr. Ignacio Ãlvarez Salinas, médico internista adscrito al Hospital Dalinde, ubicado en la Ciudad de México.
Origen desconocido
La causa de esta clase de hepatitis se ignora; sin embargo, se conoce la existencia de cierta predisposición genética para desarrollarla, al igual que ocurre con otros padecimientos autoinmunes. "En ocasiones es posible identificar algún factor detonante de tipo infeccioso, el cual inicia un proceso inflamatorio que persiste incluso después de eliminada la infección, como ocurre ocasionalmente con la hepatitis A. Asimismo, algunos medicamentos, como nitrofurantoína y minociclina (antibióticos) pueden dar lugar al problema", advierte el Dr. Ãlvarez Salinas.
Es importante saber que la hepatitis se clasifica en:
* Tipo 1. Es la más frecuente y puede manifestarse a cualquier edad.
* Tipo 2. Se presenta en niños y adolescentes.
Debido a que el padecimiento tiene curso vacilante (fluctuante), sus manifestaciones son variables; incluso, hay personas a quienes se les diagnostica sin que tengan molestia alguna. Entre los síntomas que se citan con más frecuencia se encuentran fatiga, náuseas, dolores articular y abdominal, prurito o comezón, ictericia (coloración amarillenta en piel y ojos) y arañas vasculares (derrames sanguíneos en epidermis).
"Cuando la hepatitis autoinmune se encuentra en fase avanzada, los pacientes pueden experimentar síntomas propios de cirrosis (el tejido normal y sano del hígado es reemplazado por uno cicatrizal que bloquea el flujo de sangre a través del órgano e impide que trabaje), como coluria (coloración oscura de la orina), ascitis (líquido en la cavidad abdominal) y encefalopatía (estado de confusión mental)", advierte el Dr. Ãlvarez Salinas.
Diagnóstico y manejo
La detección de la hepatitis autoinmune sólo es posible mediante combinación de criterios médicos, los cuales incluyen revisión del paciente y su historia clínica, análisis de sangre para detectar anticuerpos que atacan las diferentes estructuras del hígado y estudios de muestra de tejido hepático.
"La realización de biopsia (extracción de células del hígado) es uno de los principales elementos de diagnóstico y para establecer el pronóstico de la enfermedad. Esto se debe a que puede mostrar alteraciones que revelan si hay daño en el órgano, cambios que indican progresión de la enfermedad y si ya se ha desarrollado cirrosis hepática", resalta el especialista en Medicina Interna.
"El tratamiento estándar de la hepatitis autoinmune incluye la administración de cortisona sola (antiinflamatorio) o, a dosis más bajas, en combinación con azatioprina (inmunosupresor, es decir, que reduce la actividad del sistema inmunológico). Este esquema induce la remisión clínica en 65% de los pacientes en un promedio de 18 meses, y en 80% en tres años", explica el Dr. Aldo Torre Delgadillo, adscrito al Departamento de Gastroenterología del Instituto Nacional de Ciencias Medicas y Nutrición Salvador Zubirán, localizado en la Ciudad de México y adscrito a la Secretaría de Salud.
Dicho experto añade que la esperanza de vida a los 10 y 20 años de seguimiento de los pacientes que reciben dicha terapia es cercana a 80%. "Además, el tratamiento con corticoesteroides (antiinflamatorios) ha demostrado que puede revertir la fibrosis hepática (acumulación de fibras de colágeno en el hígado) o prevenir su progresión al disminuir la actividad inflamatoria de la enfermedad".
A tomar en cuenta
Los especialistas coinciden en que el éxito de la administración de cortisona en la hepatitis autoinmune se contrapone al desarrollo de efectos secundarios al medicamento que se presentan en 13% de los pacientes. Además, 50% de las personas en tratamiento sufren recaídas en un plazo de seis meses después de dejar la terapia y 72% de los individuos que recaen requiere tratamiento indefinido. "De ahí la importancia de que se prescriban los corticoesteroides en dosis bajas y complementados con azatioprina".
Por dicha razón, se estudia la posibilidad de proporcionar terapia con inmunosupresores, los cuales prometen mejorar la tolerancia de las fórmulas antes citadas. Entre ellos se encuentran la ciclosporina, tacrolimus, micofenolato de mofetilo, budesonida y deflazacort.
Por último, puntualiza el Dr. Torre Delgadillo, "el trasplante hepático debe considerarse como tratamiento en pacientes con hepatitis autoinmune y enfermedad hepática descompensada. Tras la intervención, la sobrevida global de los pacientes a 10 años es de 75%, aunque es importante tener presente que el padecimiento puede reaparecer en 17%, pero generalmente en forma leve y fácilmente manejable con ajustes en la medicación".
Tome en cuenta que la hepatitis autoinmune no tratada puede progresar y llevarle al desarrollo de cirrosis hepática, así que no olvide practicarse revisiones de rutina, pues la enfermedad no siempre da síntomas. Además, detectada en etapa temprana es posible prevenir daño irreversible al hígado.
Salud y Medicinas - 07 de enero 2010 - nota completa