Seguridad en los hospitales, Asturias

Contra la "epidemia silenciosa"

La Consejería de Salud del Principado de Asturias ha destinado más de un millón de euros, en los últimos cuatro años, a la mejora de la seguridad de los pacientes. Es, sin duda, una medida digna de felicitación y reconocimiento a los responsables y profesionales de la sanidad asturiana, donde estoy seguro de que existen muchos anónimos que velan por la seguridad del paciente. Dicho esto, querría introducir al lector en algunos datos que han hecho que la seguridad del paciente sea el objetivo prioritario de los sistemas de salud del siglo XXI, del Institute of Medicine (IOM) en USA y de múltiples organizaciones sanitarias.

A raíz de dos estudios publicados en Estados Unidos en 1991 y 2000 (en los Estados de New York, Utah y Colorado), se estima que en dicho país fallecen todos los años cerca de ¡100.000 personas! por errores médicos o complicaciones surgidas durante el ingreso de los pacientes, que, en muchos casos, podrían haberse prevenido. Europa y nuestro país no van a la zaga: según un estudio del Ministerio de Sanidad (febrero de 2006), se estima que en España fallecen en torno a 17.000 personas por estos motivos. Dichas cifras superan con creces las muertes producidas por accidentes de tráfico o cáncer de mama. No hay excusas para la autocomplacencia; al contrario, debemos incrementar nuestra autoexigencia para corresponder al primero de nuestros compromisos profesionales hipocráticos: 'primum non nocere' (lo primero, no hacer daño).

Los datos referidos anteriormente, así como la publicidad ocasionada por algún caso en algunos de los mejores hospitales americanos y/o el brote de infecciones hospitalarias en Inglaterra o España, han puesto en marcha un gran movimiento en torno a la seguridad de nuestros pacientes y a las medidas preventivas para evitar dichos errores. Con motivo del caso descrito quisiera recordar que en los años 80 se impuso en las compañías aéreas la obligación de realizar una 'puesta a punto' o 'check-list' por las tripulaciones antes del vuelo y al final del mismo. Es decir, se introdujo una metodología sistematizada de trabajo en equipo del comandante con toda la tripulación. Todos son responsables de la seguridad del vuelo. Dichas normas fueron introducidas y adaptadas a los hospitales al inicio del año 2000, siguiendo un patrón similar entre los responsables de una intervención quirúrgica -cirujanos, anestesistas, enfermeras, etcétera- para establecer una comunicación fluida y prevenir y detectar cualquier incidente adverso -identificación correcta, 'objetos olvidados', úlceras de decúbito, monitorización correcta...-, que pudiera afectar al enfermo.

También hemos recurrido a la industria del automóvil, especialmente Toyota, aplicando criterios para prevenir y detectar errores en la medicación (dosis, pauta adecuada, etcétera). Y, por supuesto, nos servimos de las tecnologías de la información (historia médica electrónica, receta electrónica, alertas informáticas...) para detectar y notificar de forma anónima cualquier incidente. La sociología nos ha ayudado a desarrollar campañas entre los profesionales de la salud al modo de las campañas políticas, animando e integrando a todos los profesionales en iniciativas para implantar y desarrollar una cultura de transparencia y seguridad en los hospitales. A modo de ejemplo, baste citar la campaña llevada a cabo en la Clínica de la Universidad de Navarra, que involucró a todos los profesionales del centro bajo el lema 'Tu cuidado nos hace más seguros', y logró reducir de manera significativa el porcentaje de infecciones en el sitio quirúrgico y el tromboembolismo venoso. Un 'error' detectado, grande o pequeño, y que no se comunica es un drama; un error detectado y comunicado es un 'tesoro' para mejorar y evitar que vuelva a suceder en otro paciente.

Los enfermos merecen que pongamos todos los medios habidos y por haber para tratarles con la mayor seguridad y eficacia según los conocimientos científicos. Tenemos mucho que hacer y por esto reitero mi felicitación por la medida adoptada por la Consejería de Salud del Principado de Asturias. Todo el dinero será poco para combatir la que se ha denominado 'epidemia silenciosa'.

El comercio Digital - 26 de febrero de 2009 - leer la nota completa

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