¿Qué es la hepatitis autoinmune?

La hepatitis autoinmune consiste en la inflamación del hígado a causa del ataque por parte del sistema inmunitario hacia las células hepáticas. Si no se trata a tiempo, puede convertirse en cirrosis y, más adelante, en insuficiencia hepática. Si se trata a tiempo, la enfermedad puede corregirse. En caso extremo se puede recurrir a un trasplante de hígado.

¿Cómo se origina la hepatitis autoinmune?

No se sabe con certeza cuales son las causas de la hepatitis autoinmune, pero parece evidente que hay factores genéticos y ambientales que tienen relación con esta enfermedad. Este tipo de hepatitis aparece porque el sistema inmunitario ataca al hígado y provoca una inflamación. Se desconocen las causas de este ataque aunque parece que la intervención de unos genes puede estar detrás de esta anomalía, al igual que alguna infección viral.

Hay dos tipos de hepatitis autoinmune. La de tipo 1 es la más habitual y afecta sobre todo a personas que tienen otros problemas del sistema inmunitario. La del tipo 2 afecta especialmente a niños y jóvenes. Los estudios han encontrado que entre el 71% y el 95% de los adultos con hepatitis autoinmunitaria son mujeres, y entre el 60% y el 76% de los niños con la enfermedad son niñas. Si no se trata, puede crear otros problemas como la aparición de cirrosis, varices esofágicas, insuficiencia hepática e incluso cáncer de hígado.

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer hepatitis autoinmune están:
Ser mujer.
Antecedentes de ciertas infecciones como: sarampión, herpes simple, el virus de Epstein-Barr o por hepatitis A, B o C.
Predisposición genética.
Tener una enfermedad autoinmune como: enfermedad celíaca, artritis reumatoide, o enfermedad de la tiroides.

aihep.org

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

Los síntomas dependen de cada caso pero puede ocurrir que no haya síntomas evidentes, sin embargo hay algunos que pueden aparecer y son:

¿Cómo se diagnostica la hepatitis autoinmune?

El médico necesita tener los resultados de algunas pruebas para confirmar el diagnóstico. Las dos pruebas necesarias son el análisis de sangre para conocer los anticuerpos; especialmente importantes para el diagnóstico la presencia de anticuerpos antinucleares, antimúsculo liso o anti hígado riñón (LKM1). Estos últimos se presentan en el tipo 2 de hepatitis autoinmune que afecta normalmente a niños y que implica un tratamiento crónico. Otra prueba es la biopsia de hígado para evaluar el grado de afectación en este órgano.

¿Qué tratamiento se indica para hepatitis autoinmune?

El tratamiento persigue frenar el ataque del sistema inmunitario contra su propio hígado.El tratamiento de la hepatitis crónica autoinmune consiste en la administración de fármacos inmunosupresores (prednisona,cortisona, budesonide, azatioprina, etc.). Al comenzar el mismo se suelen utilizar dosis altas de cortisona y cuando el paciente responde (normalización de transaminasas e inmunoglobulinas) se disminuye la dosis al mínimo para mantener la remisión.

El porcentaje de remisión en el tratamiento de la hepatitis crónica autoinmune alcanza el 90%. Sin embargo, la cortisona puede presentar efectos secundarios notables: obesidad, hipertensión arterial, aumento de glucosa, osteoporosis, etc. Por este motivo se debe tratar de mantener al paciente con una dosis baja de cortisona. En este sentido, es recomendable añadir al tratamiento azatioprina y ácido ursodeoxicólico, lo que puede permitir usar una dosis mínima de cortisona e incluso suprimirla. Existe un fármaco similar a la cortisona (budesonide) que tiene menos toxicidad y una eficacia similar. Esto es así porque se fija directamente en las células del hígado.

La duración del tratamiento es variable pero puede prolongarse durante años o indefinidamente después de alcanzar la remisión. Para interrumpir el tratamiento es recomendable realizar una biopsia hepática para comprobar la desaparición total de la inflamación y la destrucción. Si estos tratamientos fracasan, existen otros fármacos que se pueden utilizar: ciclosporina, tacrolimus, micomofetil fenolato, aunque hay mucha menos experiencia con su empleo. Finalmente, si todo fracasa, se puede realizar un transplante hepático.

Prevención de la hepatitis autoinmune

La hepatitis autoinmune no se puede prevenir; sin embargo, si se conocen los factores de riesgo y se diagnostica tempranamente, se pueden adoptar medidas útiles (tratamiento, etc.)
La enfermedad puede iniciarse a cualquier edad, pero es más frecuente en la adolescencia o en el inicio de la edad adulta.
Conocer los factores de riesgo y los síntomas puede ser útil para una consulta temprana al profesional de la salud.
Recordamos entonces que entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer hepatitis autoinmune se incluyen los siguientes: Ser mujer. Aunque tanto hombres como mujeres pueden desarrollar hepatitis autoinmune, la enfermedad es más común en las mujeres. Antecedentes de ciertas infecciones.

La hepatitis autoinmune puede desarrollarse después de haberse infectado con sarampión, herpes simple o el virus de Epstein-Barr. La enfermedad también se relaciona con la infección por hepatitis A, B o C. Predisposición genética. Según la evidencia, es posible heredar una predisposición a la hepatitis autoinmune. Tener una enfermedad autoinmune. Es posible que las personas que ya padecen una enfermedad autoinmune, como enfermedad celíaca, artritis reumatoidea o hipertiroidismo (enfermedad de Graves o tiroiditis de Hashimoto) tengan más probabilidades de desarrollar hepatitis autoinmune

Argentina - Atención sanitaria a la persona con hepatitis autoinmune

La Hepatitis autoinmune es considerada una enfermedad poco frecuente y como tal la atención integral gratuita esta amparada en la Ley Nacional de Enfermedades Poco Frecuentes 26.689.

Es importante saber que existe un Programa Nacional de enfermedades poco frecuentes del Ministerio de salud, que brinda asesoramiento constante Ver programa clic aquí

Edición: Hepatitis 2000

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