Pronostican más casos de VIH en la provincia de Neuquén

Argentina - En lo que va del año los casos diagnosticados positivos alcanzan los 13 por mes. Médicos infectólogos analizan el desarrollo de esta enfermedad en la provincia.
Por Pablo Montanaro

"Este año vamos a tener más casos de VIH positivos que en el 2008", aseguró Ricardo Gaiser, referente del programa provincial VIH Sida y otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) de la Subsecretaría de Salud de la provincia. En Neuquén, en el año 2007, la cantidad de diagnósticos era alrededor de 8 casos nuevos por mes, en el 2008 trepó a 11 y en lo que va del 2009, los casos diagnosticados mensualmente llegan a 13.
Gaiser afirmó que la epidemia en Neuquén "está creciendo" y que son en total 1.400 la cantidad de casos notificados desde el primer caso registrado en 1986.
Las estadísticas indican que en la provincia el 90 por ciento de los contagios es por vía sexual y en su mayoría por vía heterosexual, a diferencia de lo que sucede en otras partes del país en el que hay una alta incidencia de contagio por la adicción a drogas por vía intravenosa. El otro 10 por ciento es por adicciones o por transmisión vertical (de madre a hijo). Destacó que en 2008 y en lo que va del presente año, todos los niños que nacieron de madres VIH positivas resultaron negativos "porque se hizo el diagnóstico durante el embarazo, lo que constituye un avance en todo sentido". En cuanto a la franja etaria promedio de contagio está en los 35 años: en las mujeres más cerca a los 30 y en los varones a los 40 (ver cuadro).
Según Gaiser los números reflejan que "la gente, en su mayoría, tiene la información pero no la toma de conciencia de que esta enfermedad está entre nosotros y que en las relaciones sexuales hay que cuidarse usando el preservativo".
A dos días de conmemorarse el Día Internacional de la Lucha contra el Sida, cuyo lema este año es "Acceso universal y derechos humanos", Gaiser resaltó la importancia de "no tenerle miedo al test" porque "cuantos más diagnósticos precoces hagamos en definitiva estamos previniendo nuevas infecciones, si logramos diagnosticar a los pacientes vamos a evitar nuevos contagios".
Y, por último, subrayó que "hay que desterrar, especialmente en los jóvenes, esa idea de "˜que a mí no me va a pasar’ o "˜por una sola vez no me va a pasar nada’".

"A veces no es el peor problema"

"El VIH no es el mayor problema de una persona que tiene la enfermedad sino que lo peor es la marginación que sufre", afirmó la infectóloga Marisa Iacono, una de las integrantes del servicio de Infectología del hospital Castro Rendón. "La falta de trabajo o cualquier tipo de discriminación que sufra es, quizás, lo más problemático que darle la mala noticia de esta enfermedad", agregó.
"El VIH tiene una connotación social importante con lo cual existe la discriminación", aseguró.
Para Iacono es fundamental la contención que despliega este equipo del nosocomio sobre la persona que se entera que es portadora del VIH.
"Una vez que le damos la noticia al paciente, le comentamos cómo lo vamos a acompañar, tratamos de que no se asuste, de decirle que es una enfermedad que ha pasado a formar parte de las enfermedades crónicas. Quizás el paciente en esa primera entrevista no pueda comprender todo esto porque no debemos olvidarnos que recibió una muy mala noticia, por eso lo volvemos a citar a los diez días para informarle de cuál va a ser el seguimiento, el tratamiento y para que conozca cuáles son los límites que representa esta enfermedad. Comenzamos pidiéndole los análisis de CD4 y carga viral que se utilizan para el control y seguimiento de la infección. A veces pasa que le decimos que no va a necesitar un tratamiento y que tiene que volver cada tres meses, y eso a la gente la alienta muchísimo, entienden que no se van a morir de un día para el otro, y ellos mismos pueden ver que las personas que están esperando fuera del consultorio tienen la misma patología y andan muy bien y manejan su vida como cualquier otra persona", describió Iacono.
Puntualizó que la actual problemática de la enfermedad está en su relación con el alcohol y las drogas. "Si hoy por hoy no trabajamos en la cuestión de la prevención, especialmente del sexo seguro no podemos tener esperanzas de que las estadísticas reflejen otra cosa. La población de Neuquén, sobre todo los jóvenes, tiene un importante consumo de drogas y alcohol, lo que lleva a perder la conciencia y la noción. Y perder la conciencia es no saber con quién tiene sexo y si no sabe con quién mucho menos protegerse. En definitiva, la gente no se protege", comentó la especialista.

Problemática de la conducta

"Las estrategias tienen que ir cambiando porque no es un problema de no conocimiento de las formas de transmisión sino que es un problema relacionado con la conducta, que tiene que ver con la sexualidad, con la intimidad de las personas y esto hay que trabajarlo desde la más temprana edad en pos de la protección personal", expresó Liliana Calani, jefa de la Unidad de Infectología del hospital Castro Rendón. "No hay una falta de conocimiento sino una falta de practicar la prevención de lo que se conoce", agregó la especialista.
Calani rescató todos los mecanismos y acciones que se ponen en marcha alrededor del 1 de diciembre desde los estamentos institucionales como así también desde las organizaciones no gubernamentales y la comunidad. "Este compromiso por parte de todos los actores no sólo debe estar dado en el marco del VIH sino en el marco de lo que es la educación sexual, en el marco de la protección del cuerpo y en el marco del sexo seguro que nos va a traer aparejado la disminución de otras patologías como la hepatitis B, sífilis y otras enfermedades de transmisión sexual", sostuvo.

Bajar la guardia

Para enfrentar esta enfermedad, a diferencia de lo que sucedía años atrás, actualmente hay un abanico de medicamentos para ofrecer al paciente "como un traje a medida", subrayó Calani. Sin embargo, esto presenta una contracara, según la especialista.
"Por un lado, esta posibilidad de medicamentos con que contamos puede ser muy buena porque el paciente sabe que si hace las cosas bien se va a morir de viejo, se va a morir de otra cosa que no tenga que ver con el VIH. Pero, por otro lado, trae el riesgo del no cuidado del paciente por la falsa asociación de seguridad y esto ocurre muchas veces. Es similar a cuando nos ponemos los guantes para protegernos pero nos olvidamos de lavarnos las manos antes de colocarnos el guante porque no nos previene la transmisión de microorganismos entre pacientes".
Calani comentó que las investigaciones indican que  muchos pacientes con VIH tienen sexo no seguro. "Es lo que llamamos bajar la guardia. Pacientes que en una primera etapa se cuidaron tremendamente pasaron a una segunda etapa del tratamiento en que no se cuidaron", explicó. "Esto no sólo resulta muy peligroso desde el infectado sino también desde el no infectado. Esto de pensar, si no me cuido después me dan una prevención durante un mes y listo", agregó.
Para Calani el hecho de que aparezca una vacuna que combata esta enfermedad "no quiere decir que no tenga que ir de la mano de otros métodos de prevención". "Imaginemos que hoy tengamos la vacuna contra el VIH con una eficacia mayor al 85 por ciento. ¿Sólo alcanza con la vacuna? No, porque tenemos una población que conociendo o no conociendo que está infectada va a seguir transmitiendo la enfermedad. Acá el contagio del VIH tiene que ver con otras problemáticas más profundas del ser humano como ser la conducta", reflexionó.

Bajo uso del preservativo

"Más allá de lo que digan algunos sectores conservadores, el preservativo es la única forma de prevenir el contagio no sólo del VIH sino también de cualquier otra infección de transmisión sexual", señaló Mónica Opezzi, referente del Programa de Salud Sexual y Reproductiva de la Subsecretaría de Salud, quien se mostró preocupada por el poco uso del preservativo.
Destacó que la utilización del preservativo es muy bajo no sólo en la población adolescente, que está demostrado que tienen un inicio de la vida sexual más precoz, sino también entre la población adulta. "Me preocupa que estos hombres adultos suelen tener relaciones con jóvenes, de 17, 18 años, a quienes seguramente se les debe hacer muy difícil negociar con un adulto el uso del preservativo ante lo cual se exponen a la posibilidad de contagio", explicó.
Sostuvo que las campañas de lucha contra el VIH deben enfocarse especialmente a los grupos etarios que correspondan. "Por experiencia puedo decir que muchos jóvenes no saben cómo usar el preservativo, y un preservativo mal usado es como un preservativo no usado", comentó. Enfatizó que más allá de las campañas por los medios de comunicación "lo que debe hacerse son campañas del uso del preservativo en las escuelas y por qué no en las escuelas debería haber preservativos".
Por otra parte, Opezzi advirtió que además de poner el foco de atención en el VIH, "también pongamos especial énfasis en otras infecciones de transmisión sexual que se desconocen y que sabemos que están en aumento entre la población como el caso de la sífilis".

LM Neuquén - Por Pablo Montanaro - 02 diciembre de 2009 - nota completa

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