Parasitólogos demandaron que aumente la capacitación en fasciolosis hepática

Especialistas en parasitología demandaron que se incremente la capacitación médica en enfermedades parasitarias, como la fasciolosis hepática, porque no saben diagnosticarlas y frecuentemente erran al realizar un diagnóstico.

En entrevista con este diario, Adela Ruiz Hernández, especialista en parasitología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien participó en un seminario sobre fasciolosis hepática en la Facultad de Medicina de la UAP, explicó que muchos médicos consideran a este mal como una enfermedad "rara", pero dijo, más que ser una patología rara es un problema desconocido y mal diagnosticado.

La fasciolosis hepática es una enfermedad causada por un parásito que se reproduce en los caracoles pulmonados del género Lymnnaea. Este gusano se aloja en el hígado y puede obstruir las vías viliares.

De acuerdo con la Organización Internacional de Energía Atómica, en 18 años este padecimiento aumentó 8 mil 500 veces en todo el mundo, es decir, mientras en 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) diagnosticó 2 mil personas, en la actualidad la cifra aumentó a 17 millones.

No obstante, aunque ya hay un gran número de personas infectadas, en México no hay estadísticas sobre la incidencia de este mal porque es poco conocido por los médicos generales, quienes tienen el primer contacto con la gente, incluso por los especialistas.

En el seminario, Miguel Ángel Torres Santana, cirujano gastroenterólogo del Hospital Ángeles de Puebla y Raúl Romero Cabello, infectólogo del Hospital General de México presentaron tres casos clínicos de personas infectadas con el parásito, pero ambos reconocieron que cuando realizaron el diagnóstico no lo supieron detectar, incluso, que tuvieron que recurrir a parasitólogos para que les confirmaran si se trataba de fasciola.

Torres Santana indicó que de 500 cirugías viliares que realizó, en dos encontró que el paciente estaba infectado de fasciolosis. Pero, enfatizó, "fue después de la operación cuando saqué una parte del hígado, cuando me di cuenta que se trataba de ella, porque encontré el parásito pegado".

En los dos casos que presentó Miguel Torres Santana, las primeras enfermedades que pasaron por su mente al ver los síntomas de los pacientes y los estudios clínicos fueron hepatitis, insuficiencia renal, cirrosis, pero nunca, tuvo presente la fasciolosis hepática.

Romero Cabello contó un caso similar a Torres Santana y manifestó: "la parasitología es muy fácil en los libros, pero en la vida real, es muy complicado detectar los signos y síntomas de una enfermedad de este tipo".

Durante el seminario los especialistas señalaron que muchas veces existe una "pugna" entre el médico clínico y el laboratorista, pero al final concluyeron que es "esencial" que trabajen coordinadamente.

A su vez, Ruiz Hernández realizó un llamado a todos los ciudadanos a lavar adecuadamente todos los vegetales, especialmente los berros, pues explicó que la forma de transmisión del parásito se realiza de la siguiente manera: el gusano evoluciona en un caracol que habita en agua dulce, cuando sale de éste lo hace transformado en cercaría y se desplaza por el líquido vital en busca de una planta acuática o vegetal donde queda adherido.

Advirtió que si las legumbres o vegetales no se lavan de forma adecuada o se comen crudos, las personas tienen mayor probabilidad de infectarse.

La Jornada de Oriente – América Farías Ocampo - 06 de abril de 2009 - Leer la nota completa

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