Pacientes recurrentes e hiperfrecuentadores

Los pacientes recurrentes copan tres de cada diez consultas en Atención Primaria. Adictos al médico

Parece que tienen en la consulta de Atención Primaria su segunda vivienda. Visitan al médico de cabecera con la asiduidad que se confiesan los beatos y, en ocasiones, tienen más relación con el doctor que con miembros de su propia familia. Lo habitual es que presenten variados síntomas psicosomáticos y, muchas veces, las pruebas y el diagnóstico facultativo determinan que no sufren patología física alguna. Pero estos pacientes están preocupados, asustados y sufren como si tuvieran un trastorno orgánico. Son los adictos al médico, los pacientes hiperfrecuentadores en terminología profesional. Se denomina así a aquellos que utilizan los recursos sanitarios de un modo excesivo y que acuden de manera arbitraria al médico de familia 12 o más veces al año.

Los pacientes recurrentes consumen nueve veces más recursos sanitarios que el resto y ocasionan un 10% del gasto sanitario. Su apego desmedido a la consulta supone para las arcas del Estado un 0,9% del PIB, indicó Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, unos costes que se podrían reducir a la mitad con una adecuada formación de los facultativos. Muchos de estos pacientes acuden convencidos de que tienen enfermedades físicas, pero las pruebas suelen ser negativas.

Les resulta difícil admitir que no tienen ninguna enfermedad, que lo que les ocurre es que han amplificado «su señales somáticas habituales», dice José Ángel Arbesú, coordinador de salud mental de SEMERGEN. «Ante cualquier pequeño estímulo acuden a consulta, y lo peor que les puede pasar es encontrarse con un médico poco receptivo. Hay que escucharles y explorarles, buscar causas estresantes y nunca decirles que no tienen nada».
El perfil del paciente con adicción es el de una mujer, casada, mayor de 50 años y con un nivel de estudios bajo. La mayor parte refieren multitud de síntomas en diferentes órganos y a veces los exageran para demostrar la veracidad de los mismos. Su coletilla habitual es «algo tengo que tener», cuando son síntomas vagos y mal definidos. Solicitan pruebas y exploraciones por un síntoma banal que siempre atribuyen a una enfermedad grave. El inicio es súbito y está relacionado con acontecimientos emocionalmente traumáticos. Suele ser transitorio y de remisión espontánea.

R. HERRERO - La Rioja - 26 de febrerode 2009 -Leer la nota completa

Uno de cada diez pacientes va al médico sin motivo
M. Gesto Lagúela

Se trata de personas que acuden, al menos en doce ocasiones al año, a la consulta del médico de cabecera sin ninguna razón que lo justifique. Uno de cada diez pacientes va al médico sin motivo

El paciente hiperfrecuentador es aquel que usa los recursos sanitarios de un modo injustificado. Visita a su médico de cabecera más de 12 veces al año, y representa entre un 5 y un 10% del total de los pacientes asignados a un médico, según datos facilitados por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria y Lundbeck.

Los hiperfrecuentadores suponen el 25% de las consultas en el centro de salud y la mayoría de ellos muestran un gran sufrimiento y necesita que su padecimiento sea legitimado por el médico. Entre los pacientes que visitan a su doctor de forma injustificada, algunos lo hacen ya que presentan síntomas somáticos.

En general, estos enfermos manifiestan el estrés, la ansiedad o la depresión a través de síntomas físicos, por lo que son difíciles de diagnosticar y rehusan ser remitidos a Salud Mental puesto que sus síntomas son físicos y no psicológicos.

Para el Dr. Javier García Campayo, del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, "los somatizadores son personas que tienen enfermedades psiquiátricas, principalmente ansiedad y depresión, pero que se muestran en forma de síntomas físicos. El paciente está convencido de que tiene una enfermedad física y demanda pruebas complementarias para hacer desaparecer sus síntomas".

CUATRO SÍNTOMAS

Para que un paciente sea considerado somatizador –es decir, que tiene una enfermedad psiquiátrica– ha de padecer, al menos, cuatro síntomas dolorosos:

1. Dolor: en el abdomen, dorso, articulaciones, extremidades...

2. Gastrointestinal: al menos dos síntomas diferentes al dolor: náuseas, vómitos, diarrea, intolerancia alimentaria...

3. Síntomas sexuales: al menos uno de ellos: disfunción eréctil o eyaculatoria, menstruación irregular o demasiado frecuente...

4. Pseudoneurológicos: al menos uno, como puede ser el mareo. 

LOS HIPOCONDRÍACOS

Dentro de los somatizadores encontramos otros grupos como los hipocondríacos, que muestran un miedo y preocupación exagerada ante la posibilidad de desarrollar una enfermedad grave y que solicitan pruebas y exploraciones. Su incidencia en Atención primaria es del 2%.

También hay pacientes que se quejan de un dolor intenso que no puede explicarse completamente por un proceso psicológico o somático (trastorno por dolor somatomorfo) y otros que presentan síntomas físicos pseudoneurológicos consistentes como parálisis, ceguera y confusión (trastorno por conversión). 

TRATAMIENTO

El conocimiento insuficiente de los trastornos que presentan estos pacientes, unido a que no existen tratamientos biológicos específicos, hacen que haya que tratarle con terapia psicosocial.

El doctor José Ángel Arbesu, Coordinador de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) cree que es importante "una escucha activa" del paciente. En ocasiones son necesarias "técnicas de psicoterapia".

Kike Taberner - Qué! – 26 de septiembre de 2009 – Leer la nota completa

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