Mejores hábitos, mejor hígado. La influencia de la alimentación

higado-graso-dietaLas dietas altas en proteínas y colesterol se asocian con un grado más alto de internaciones por problemas hepáticos graves. Normalmente, el hígado es poco vulnerable a corto plazo, pero la frecuencia de los daños a largo plazo aumenta los riesgos.

El hígado es el centro químico de nuestro cuerpo y es uno de los órganos más resistentes que existen, ya que en circunstancias normales y, a diferencia de la mayoría de los otros órganos, prácticamente no sufre deterioro natural en las personas de edad avanzada.

Esto era así, al menos antes de que haya cambiado tan drásticamente la dieta de la población en general.

Tal vez, la función más popularmente conocida del hígado es la producción de la bilis, que es enviada, a través de la vesícula, al intestino delgado e interviene en la digestión de las grasas.
No obstante, desempeña más de 1.000 funciones, principalmente relacionadas con el metabolismo, la conversión de las sustancias presentes en la sangre en otras asimilables por las células, la regulación de la temperatura y el nivel de líquidos.

Se sabe que, el consumo reiterado, excesivo y constante de grasas saturadas, el vinagre y el alcohol son los enemigos naturales de la función hepática, ya que son los mayores generadores de su deterioro a largo plazo.

Lo que ahora acaba de determinar un estudio son las consecuencias de ciertas pautas alimentarias en la posibilidad de desarrollar enfermedades mortales, como la cirrosis o el cáncer hepático.
Según este nuevo estudio, publicado en la revista científica "Hepatology" , de la Asociación Estadounidense para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (AASLD, según sus siglas en inglés), el exceso de proteínas y de colesterol pueden llevar, a largo plazo, a una mayor necesidad de internaciones por problemas de cirrosis o de cáncer hepático.

Una evidencia más
La esteatosis hepática o síndrome de hígado graso es una de las afecciones más peligrosas al hígado y consiste básicamente en la acumulación de grasas en este centro químico del organismo.
Puede ser un estado previo a enfermedades más graves, como la cirrosis o el cáncer hepático, y se sabe que una mala dieta, la obesidad, el síndrome de resistencia a la insulina y la diabetes están entre sus principales causas.

George Ioannou, del Veterans Affairs Puget Sound, en la ciudad estadounidense de Seattle, quiso saber, junto con su equipo, si la composición de los alimentos de la dieta estaba relacionada con la posibilidad de padecer alguna de estas enfermedades más graves del hígado.

Y mediante datos de más de 9 mil pacientes que participaron en la Encuesta Nacional de Salud de ese país, llegó a la conclusión de que la forma en que las personas se alimentan es un importante predictor de hospitalizaciones e, incluso, de muerte por daño hepático.
En el estudio no fueron tomados en cuenta los pacientes que ya habían sufrido cirrosis o cáncer hepático, o que hubieran sido diagnosticados en los últimos 5 años antes de la fecha que se tuvo en cuenta como punto de partida.

Además de contar con sus datos clínicos, los participantes fueron indagados acerca de sus hábitos, particularmente los alimentarios.
A partir de esa fecha, se consideró qué pasó después de 13 años y cuatro meses con esa persona.

Así fue que, al cabo de ese tiempo, las historias clínicas de esas personas indicaron que 118 de ellos recibieron un diagnóstico de cirrosis y 5 de cáncer hepático.

Colesterol e hidratos de carbono
Los médicos del estudio admitieron que hubo otros factores que pudieron haber influido, tales como el nivel de educación, las características genéticas o el consumo de alcohol.
Pero Ioannou destacó que "en particular", identificaron que el consumo de proteínas y de colesterol fue asociado con un riesgo elevado, mientras que el consumo de hidratos de carbono fue asociado con un menor riesgo de hospitalización o de muerte relacionada con cirrosis o cáncer de hígado.Los hidratos de carbono son los que componen harinas y dulces.
Según los autores, lo más importante de este estudio es la asociación de los problemas hepáticos con la ingesta de alimentos que aumentan el colesterol LDL, como la carne con mucha grasa o los panificados con grasas trans.

Habitualmente se lo asocia con enfermedades que no están relacionadas con el hígado, como el aumento de la placa aterogénica que lentamente tapona las arterias, la hipertensión arterial o la diabetes tipo 2.

Sin embargo, aclararon que todavía queda mucho por estudiar para saber si la administración de drogas que bloquean la absorción del colesterol en los intestinos --que sí se utiliza en pacientes con elevado riesgo cardiovascular-- podrá ser utilizada como preventivo en personas con problemas hepáticos serios.
Lo más importante es, como siempre, modificar los hábitos alimentarios.

Las proteínas se encuentran presentes en los alimentos de origen animal. Son muy necesarias en la dieta, pero todos los especialistas en nutrición coinciden en que su consumo hoy
por hoy es excesivo.

Esto se da especialmente en la Argentina, donde el consumo de carne vacuna hace suponer que los resultados de este estudio lanzan indirectamente una advertencia importante.
En nuestro país, otra de las causas importantes de cirrosis o de cáncer de hígado es la infección por hepatitis B que, según se estima, afecta a un 5 por ciento, aunque existe una vacuna para prevenirla eficazmente.

Del estudio se concluyó que lo más importante es, como siempre, modificar los hábitos alimentarios.
Se advirtió que las proteínas, presentes en los alimentos de origen animal, son muy necesarias, aunque hoy por hoy existe un consumo excesivo en particular en nuestro país.

Diario La Nueva Provincia – Argentina – mayo 2012 – Nota completa

Sobre el hígado
* Forma: se compara con la mitad superior del ovoide horizontal, de gran extremo derecho, alargado transversalmente.
* Coloración: rojo pardo.
* consistencia: frágil. Está constituido por un parénquima, rodeado por una fina cápsula fibrosa, llamada cápsula de Glisson.
* Longitud; en el adulto mide aproximadamente 28 centímetros por 15, en sentido anteroposterior y 8 centímetros de espesor a nivel del lóbulo derecho.
* Peso aproximado: 1.500 gramos.

Enfermedades
Los padecimientos generales del hígado son:
* Hepatitis A.
* Hepatitis B.
* Hepatitis C.
* Hepatitis D.
* Cirrosis hepática.
* Enfermedades autoinmunes tales como la colangitis esclerosante primaria, la cirrosis biliar primaria y la hepatitis autoinmune.
* Enfermedades congénitas, tales como el síndrome de Gilbert, el síndrome de Crigler-Najjar, el síndrome de Rotor y el síndrome de dubin-Johnson.
* Esteatohepatitis no alcohólica.
* Hepatocarcinboma (cáncer de hígado).

La esteatosis hepática o síndrome de hígado graso es una de las afecciones más peligrosas al hígado y consiste
básicamente en la acumulación de grasas en este centro químico del organismo.

Salir de la versión móvil