Los médicos olvidan a veces comunicar los resultados anómalos de las pruebas

CRISTINA DE MARTOS

MADRID, informe de EEUU.- Que los pacientes conozcan los resultados de las pruebas a las que se someten es un paso importante del proceso diagnóstico, especialmente si estos no son buenos. Sin embargo, en ocasiones esta información no llega a sus destinatarios poniendo en peligro así la vida del enfermo y la carrera del médico. Según un trabajo publicado en "˜Archives of Internal Medicine’, uno de cada 14 tests anormales no se comunica al enfermo.

"Un error a la hora de informar sobre el resultado anómalo de una prueba médica puede tener serias, incluso letales, consecuencias para el paciente", ha explicado Lawrence Casalino, miembro del departamento de salud pública del Weill Cornell Medical College (Nueva York, EEUU), y director del estudio. Trabajos previos sugieren que estos fallos son frecuentes aunque no se conoce el porcentaje exacto.

Al analizar los archivos médicos de 5.434 pacientes entre 50 y 69 años de edad que acudieron a 23 centros de atención primaria, Casalino y sus colegas detectaron algunas irregularidades en la comunicación de los resultados de distintas pruebas. En concreto, el estudio se centró en 11 tipos de análisis de sangre, mamografía, el test de Papanicolau (citología) y el de sangre oculta en heces.

Identificaron 1.889 exámenes cuyos resultados no eran normales. En 135 casos (un 7,1%), aparentemente, el especialista no había comunicado al paciente la situación. El porcentaje de estos errores variaba mucho de un centro a otro, desde un 0% hasta un 26%. Estas diferencias se pueden explicar, señalan los autores, por la calidad de los procesos para administrar esta información.

Aunque no existe un protocolo estándar, la literatura médica señala algunos procedimientos de sentido común que son útiles para manejar estos datos: siempre deben enviarse al médico responsable, quien debe aprobarlos; el paciente debe ser informado, tanto si los tests fueron normales como si no; y, por último, los usuarios deber recibir la recomendación de ponerse en contacto con el centro en caso de no recibir noticias al cado de un tiempo determinado.

La opinión de los propios médicos, a los que se les envió un cuestionario acerca de su satisfacción con dichos procesos, estaba en consonancia con la calidad de los mismos y con la tasa de error. "En muchos centros cada médico seguía su propio método. En muchos casos, los especialistas y sus ayudantes les decían a los pacientes que 'no news is good news' [no noticias quiere decir buenas noticias], indicando que podían asumir que sus pruebas estaban bien si no se contactaba con ellos. Ésta es una asunción peligrosa", explica Casalino.

Otro de los factores que influía en el porcentaje de error era la forma en la que el centro procesaba la información. Los que peores cifras obtuvieron fueron aquellos que combinaban los archivos de papel con los electrónicos mientras que "no se detectó diferencia alguna entre los que empleaban al 100% uno u otro soporte", señalan los autores.

El Mundo - 24 de junio 2009 - Leer la nota completa

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