Impacta la primer ola de COVID 19 en la atención del cáncer de hígado

Una encuesta global evalúa el impacto de COVID-19 en la atención del cáncer de hígado revelando graves retrasos en la detección, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad.

Demoras en la atención de pacientes oncológicos

Las demoras en los programas de detección, diagnóstico por imágenes y biopsias, recortes en el número de médicos disponibles para tratar a pacientes con cáncer de hígado, cancelaciones de cirugías y una disminución en el número de pacientes ingresados ensayos clínicos, fueron solo algunos de los problemas informados en la encuesta.

La encuesta global Liver Cancer Outcomes in Covid-19 liderada por el grupo Barcelona Clinic Liver Cancer del Hospital Clinic de Barcelona , CIBEREH, y el Ospedale Maggiore Policlinico de Milán incluyó 76 centros para el tratamiento de cáncer que participaron durante el primera ola de la pandemia COVID-19. Los centros de salud pertenecían a Europa , América del Norte , América del Sur , África y Asia

A nivel mundial, alrededor de 800.000 personas son diagnosticadas con cáncer de hígado cada año, lo que representa 700.000 muertes.

Los hallazgos, presentados en la Cumbre Digital de Cáncer de Hígado 2021 de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL), revelaron un catálogo de interrupciones en el diagnóstico y la atención. El 40,8% de los centros dijeron haber cambiado los procedimientos de diagnóstico, el 80,9% tenían programas de detección alterados y el 39,5% tenían estudios de imagen modificados.

Los autores descubrieron que el 87% de los centros modificaron la práctica clínica de los pacientes con cáncer de hígado.

El Dr. Sergio Muñoz-Martínez , autor principal del estudio, explica: "Nuestros resultados reflejan el impacto del COVID-19 en la detección, el diagnóstico y el tratamiento de pacientes con cáncer de hígado en todo el mundo durante la primera ola de la pandemia. Las modificaciones en el cáncer de hígado El manejo debido a esta crisis aumenta la posibilidad de que más pacientes sean diagnosticados con una etapa posterior de cáncer ".

Estudios previos han demostrado que los peores resultados se asocian con esperar o retrasar el tratamiento dos meses.

Se demostró que las enfermeras de oncología hepática han asumido un papel más central en la prestación de consultas telefónicas a los pacientes y en la transformación digital de los servicios. "La crisis del COVID-19 ha promovido la inversión en enfermeras de oncología hepática , su rol es cada vez más imprecindible en todos los aspectos incluyendo la educación y el asesoramiento de los pacientes y sus familias", comentó el Dr. Muñoz-Martínez.

"Los análisis futuros proporcionarán información invaluable sobre la efectividad clínica de las estrategias que se han implementado durante esta devastadora crisis de salud".

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