Hígado graso o esteatosis hepática

La presencia de grasa en el hígado es conocida técnicamente como esteatosis hepática, o hígado graso no alcohólico.

Afecta a cerca de 45 millones de personas en los Estados Unidos, y está íntimamente relacionado con obesidad y sobrepeso.

Para su diagnóstico, se debe eliminar la presencia de otros factores como hepatitis viral, alcoholismo regular y toxicidad por medicamentos.

Hoy no sabemos cuál es la causa precisa de acumulación de grasa en el hígado, pero se cree que tiene que ver con el mal funcionamiento de la insulina, que desencadena un proceso inflamatorio crónico que, a su vez, origina fibrosis y posteriormente cirrosis.

El hígado graso está presente hasta en un 70% de los pacientes obesos, y también es frecuente en los hipertensos, diabéticos y con colesterol alto.

En el mundo existen millones de pacientes obesos, diabéticos y prediabéticos, por eso se estima que, para el año 2020, el hígado graso no alcohólico, será la primera cusa de cirrosis hepática.

El diagnóstico es relativamente simple, a través de estudios como el ultrasonograma, tomografía o resonancia magnética, acompañado de pruebas de función hepática, que nos indican el grado de severidad, pues no todos los pacientes con grasa en el hígado tienen alterada su función, o bien, sufren de sintomatología.

Sin embargo, si no logra detenerse la inflamación hepática, es probable que en 10 años desarrollen trastornos de la función hepática y cirrosis.

En medicina existe un aforismo espantoso: "cuando el hígado falla, no hay órgano que se escape a sus consecuencias", por eso los cirróticos sufren de sangrados, desnutrición, infecciones, trastornos cerebrales que afectan la personalidad, convulsiones, coma y falla renal, entre otras cosas.

El tratamiento debe ser temprano, con la piedra angular en el tratamiento de la diabetes y prediabetes u obesidad: Nutrición y Ejercicio.

Se han empleado algunos medicamentos antidiabéticos y Omega 3 para mejorar la función de la insulina y desinflamar el hígado, evitando que se acumule más grasa en el hígado, pero los resultados están pendientes.

Oscar Hernandez – Milenio – 01 de diciemre de 2008 – Leer la nota completa

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