No existe una sola persona que a la hora de hablar de cómo es vivir con un diagnóstico de Hepatitis C o Hepatitis B no tenga que detener su relato debido a la angustia que sus propias palabras le provocan. Hacen silencios interminables aguantando sus emociones. Pero no sólo esconden sus emociones en esos momentos, las esconden en sus trabajos, entre sus familias y amigos. ¿El motivo? El miedo.
Miedo a qué no los entiendan. Miedo a que los discriminen. Miedo a que los estigmaticen y los dejen de lado. Miedo a perder sus trabajos. De esta manera comienza un círculo doloroso del cual es muy difícil salir solo. Cuando una persona se siente incomprendida por sus seres queridos o personas allegadas el aislamiento y la represión de las emociones son los primeros caminos que se toman. Lamentablemente, con ellos se potencian más algunos síntomas y como consecuencias aparecen los trastornos anímicos pudiendo convertirse en trastornos psiquiátricos y somáticos entre otros.
Las historias son muchísimas. Imposible cuantificar lo vivencial porque cada persona es única e irrepetible y las formas de atravesar su dolor físico, emocional y social le son propias. Podemos hablar de porcentajes de personas diagnosticadas, curadas o en lista de espera para un trasplante, porque se llegó tarde con el diagnóstico, pero no podemos poner el porcentajes del miedo de Pablo que no sabe por cuánto tiempo más va a poder trabajar ya que si bien se curó de la Hepatitis C tiene hipertensión portal y cirrosis; o de Paula que luego de dos tratamientos con interferón y rivabirina sin poder negativizar logró curarse de la Hepatitis C con los nuevos tratamientos pero con un cuerpo dolorido, lesionado y con una vida arrasada por la depresión y la angustia. Un largo proceso hasta alcanzar la cura pero que la dejó sin amigos, sin trabajo, sin ilusiones y proyectos. Podemos contar muchas historias todas llenas de dolor, desconsuelo por la pérdida de un cuerpo sano y por la condena de la sociedad que discrimina y estigmatiza no sólo por falta de empatía y respeto, sino también por desinformación; una deuda más, que aún sigue vigente.
Hoy, se está trabajando en Argentina la reglamentación de la ley 27.675 Respuesta Integral al VIH, Hepatitis Virales, ITS y Tuberculosis, que va a permitir que no se vulneren más derechos para las personas con Hepatitis C o Hepatitis B, que los pablos y las paulas de todo el país puedan obtener las respuestas sanitarias e institucionales que se les debe por derecho.