"Si se hicieran bien las cosas, en el sentido de la información a la gente y el funcionamiento de los equipos de trabajo no sería común que los pacientes mueran en la lista de espera y mucho menos, si están en emergencia nacional", expresó el responsable de Incucai en San Luis (Cucailuis), Antonio Tilca Martínez, en relación a una nena de San Luis de dos años que hoy murió esperando la llegada de un hígado. A pesar de que estaba desde el viernes en emergencia nacional la solidaridad de la población no llegó en el tiempo que ella necesitaba.
En un e-mail que hicieron circular los padres de la niña pedían ayuda urgente para su hija. Expresaban que estaba internada desde el 21 de septiembre en el Hospital Italiano en Buenos Aires. Permanecía con un respirador artificial, con drogas y antibióticos que la mantenían. "Por indicación de los médicos, necesita el donante de un hígado para poder seguir viviendo", manifestaban en el correo.
El pedido desesperado de los padres no alcanzó, la pequeña no resistió a la hepatopatía severa y hoy pasado el mediodía murió en Buenos Aires. Y la ayuda no llegó.
"El avance de los últimos años en los trasplantes, el record cada año en ablaciones en el país, inclusive en 2009, refleja que todavía falta muchísimo camino por recorrer para bajar la mortalidad", comentó el doctor Tilca Martínez. Los grandes avances, como los espaciosos retrocesos en materia de ablación de órganos ayudan poco a generar conciencia en la población. Durante este año realizaron en San Luis 17 operativos, dos llegaron a convertirse en donaciones exitosas de órganos y tejidos.
Pero de ese total, la gente de Cucailuis se chocó seis veces con la negativa de familiares. "Esos seis pacientes a los que no tuvimos acceso significaron al menos 18 pacientes en lista de espera que se podrían haber visto beneficiados por las donaciones", expresó el médico.
Actualmente en la provincia hay 121 pacientes en lista de espera. La mayoría espera un trasplante renal, de corneas o hepático. Pero esa lista también está integrada por doce pacientes en edad pediátrica y adolescente. "Tenemos dos casos serios de un niño que espera un trasplante cardíaco y una niña que aguarda los órganos para la ablación cardiopulmonar".
Tilca Martínez agregó que permanentemente apelan a la solidaridad de la gente, factor principal en el momento de tomar la decisión de la donación de órganos. "La gente tiene que perder el miedo y saber que donando un órgano dona vida. Además nadie está exento de poder necesitarlo en el futuro".
Sostuvo que lo negativo en estos casos, a diferencia de las enfermedades terminales, radica en el estado extremo de ese órgano que no funciona. Pero tiene el lado positivo de que le da la posibilidad a la persona de someterse
La muerte de la niña de hoy se suma a otro deceso que afrontó el Cucailuis este año por un trasplante hepático que no pudieron realizar. "Una paciente joven murió mientras estaba en lista de espera. Unos niños pequeños quedaron sin mamá porque no llegó el órgano. Estas cuestiones son importantes conocerlas para que todos en un acto de amor podamos consentirlas, porque la necesidad de trasplante no distingue edad, sexo ni posición económica social", expresó el médico.
Diario de la República - noviembre de 2009 - nota completa