En su opinión, la sociedad desconoce en gran medida la progresión de la enfermedad hepática. "Tenemos mucha información sobre los factores de riesgo que desencadenan en problemas cardiacos, pero la población no es consciente de que muchas enfermedades pueden progresar hasta el cáncer de hígado. Así, la obesidad se presenta como un factor importante de enfermedad hepática. Por ello, conviene fomentar medidas educativas que permitan reconocer los comportamientos de riesgo, de manera que logremos reducir el impacto de la enfermedad".
En los próximos años se espera un incremento espectacular del número de personas con enfermedad hepática avanzada. "Buena parte de estos pacientes serán enfermos afectados por hepatitis viral adquirida hace 10 años. Además de ser patologías de evolución lenta, estos enfermos no fueron tratados con interferón, por lo que pueden desarrollar una patología hepática avanzada. Se prevé que la incidencia de cáncer de hígado aumentará un 100% en los próximos 10 años".
El investigador de Yale abogó por el desarrollo de nuevas líneas de investigación centradas en el origen y tratamiento de la enfermedad hepática. "Debemos trabajar en estrategias que ayuden a ralentizar la progresión de la enfermedad hepática adquirida. Por otra parte, el conocimiento de la biología ofrece un papel muy importante en el abordaje clínico del paciente. Finalmente, el desarrollo de la terapia génica ayudará a preservar la función del hígado enfermo".
Xornal – 17 de mayo de 2008 – Nota