Casos de hepatitis Cy VIH se reducen en la cárcel de Fontcalent por el aumento de la población extranjera

Los médicos señalan que el 6% de los reclusos son portadores de anticuerpos y un 15% están afectados por otras enfermedades infecciosas

Los casos de hepatitis C y VIH se reducen en la cárcel de Fontcalent por el aumento de la población extranjera
Un recluso camina por las instalaciones de la prisión de Fontcalent en Alicante.
Las enfermedades infecciosas en la prisión de Fontcalent se han reducido notablemente en los últimos años. Ahora bien, esta disminución ha sido posible por el cambio en el perfil del recluso, con una mayor presencia de extranjeros. Este colectivo goza de mejor salud que los españoles y no está afectado por patologías tradicionales como la hepatitis C y el VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humano), que puede desarrollar el sida.

Según Pablo Saiz de la Hoya, médico del centro penitenciario, las tasas de infección por VIH se elevaban en el año 2002 al 18%, mientras la hepatitis C afectaba a tres de cada diez presos. Seis años después, han bajado al 6% y 15%, respectivamente, y "una de las grandes razones es la población extranjera, que ha aumentado muchísimo y representa aproximadamente el 50%. Los marroquíes y argelinos no vienen con estas infecciones".

Esta baja incidencia no se corresponde con el penal de Villena, donde Saiz calcula que el número de afectados se duplicará pese a no disponer de datos. Y es que el tipo de prisión sería otro de los motivos de estas menores tasas. En Fontcalent, a diferencia de Villena, sus reclusos son preferentemente preventivos. Además, el especialista puntualiza que hace años los presos tenían más infecciones porque eran usuarios de drogas intravenosas. Actualmente, esos reclusos no están internos en Fontcalent sino que cumplen prisión en otras autonomías.

Saiz, miembro de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria, es el coordinador de un estudio en el que participan internos afectados por el virus de la hepatitis C -muchos de ellos coinfectados con el VIH- y procedentes de 26 cárceles españolas. La investigación se ha centrado en el tratamiento y ya se están realizando las conclusiones.

Pese a la importancia de la hepatitis C, el doctor destaca que los retos actuales de la sanidad penitenciaria pasan por abordar nuevas infecciones como la tuberculosis y la hepatitis B. En el primer caso se está detectando más en extranjeros y se trata de una infección que está vinculada a las condiciones de hacinamiento en las que viven. Respecto a la hepatitis B, están apareciendo los primeros casos en asiáticos y de Europa del Este, por lo que considera que hay comenzar a atajarla antes de que las tasas se disparen.

Las Provincias, 10 de noviembre de 2008. Leer la nota completa

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