Casi un millón de argentinos padece de hepatitis B pero lo desconoce

La falta de síntomas hace que la enfermedad sea descubierta por las personas cuando ya avanzó mucho. Por este motivo, recomiendan protección en las relaciones sexuales y vacunarse.

hepatitisB La hepatitis B es una infección que ataca al hígado y lo lesiona en su estructura. Si no es tratada a tiempo, puede producir hepatitis crónica, cirrosis o cáncer.
Sin embargo, este daño no se pone de manifiesto para el paciente hasta que el cuadro es absolutamente irreversible.
De allí que la mejor manera de prevenirlo sea evitando las relaciones sexuales sin la adecuada protección y vacunarse cumpliendo el esquema completo, de tres dosis.

"En nuestro país se calcula que alrededor de un millón de argentinos tiene hepatitis B, pero lo desconoce porque no da síntomas", afirma la doctora María Vázquez, especialistas en infecciones y docente del hospital Juan Fernández, de Buenos Aires.
Cuando se presenta esta patología la persona puede sentir cansancio, fiebre baja, falta de apetito, dolor de estómago y con el tiempo, su piel se torna amarilla, agrega Vázquez.

Convivir con hepatitis
Una vez que el diagnóstico es comprobado con un análisis de sangre, comienza un tratamiento farmacológico, acompañado de una dieta baja en grasas que permite controlar la enfermedad, aunque no se cura.
Además, la familia del paciente debe ser controlada periódicamente y debe tomarse una serie de previsiones para no propagar el contagio.
Es importante mantener cubiertas las cortaduras y no compartir instrumentos filosos,cepillos de dientes, aros, pues por medio de éstos pueden intercambiarse pequeñas cantidades de sangre.
La hepatitis B no se transmite por contacto casual ni se contagia por estornudar, toser, abrazar o comer alimentos preparados por una persona infectada con VHB.

Quiénes deben vacunarse
La vacuna está especialmente recomendada para los niños que nacerán de madres contagiadas con hepatitis B, porque se transmite en el canal de parto.
Además, todos los niños recién nacidos en general preferentemente en la misma sala de partos o luego de cumplirse las 12 horas después del nacimiento.
También los pacientes inmunodeprimidos, trasplantados, adictos a drogas intravenosas, los preadolescentes y el personal de salud.
Se colocan tres dosis para completar el esquema y que la inmunización sea efectiva : una primera dosis, luego a los treinta días la segunda vacuna y a los 6 meses de la primera colocación, la última dosis.

Por Carina Luz Pérez - Diario Uno - marzo 2011 - nota completa

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