Baruch Blumberg; Descubrimos la hepatitis B sin buscarla

Imacon Color Scanner   A veces los hallazgos científicos suponen un paso más para mejorar la salud de las personas, pero en el caso de Blumberg y su equipo el descubrimiento del virus de la hepatitis B y el desarrollo de la vacuna –que le otorgó el Nobel de Medicina en 1976– se tradujo en millones de vidas salvadas.-Con todo la hepatitis B sigue matando a mucha gente,

¿cuáles son los retos para luchar contra esta infección?

Hay que trabajar para aumentar la cobertura de la vacunación y que llegue al cien por cien de la población mundial. Luego, a las personas ya infectadas hay que administrarles un buen tratamiento para mantener baja la carga viral. Ahora tenemos varios fármacos eficaces sin muchos efectos secundarios que no generan resistencias, lo que quiere decir que estamos reduciendo mucho el riesgo de que el portador sufra un cáncer de hígado. Lo que ahora se está discutiendo en la comunidad científica es cómo saber a qué pacientes administrar el tratamiento y a cuáles no. No todos lo requieren. Aun así hay que investigar para lograr mejores tratamientos. Otro reto es, por supuesto, mejorar la conciencia pública sobre el grave problema que supone la hepatitis B.

¿Cómo logró descubrir el virus y su vacuna en el año 1967?

Muchas intervenciones médicas, métodos preventivos y tratamientos son resultado de investigación  básica y ése fue nuestro caso. No buscábamos directamente identificar el virus de la hepatitis B para inventar una vacuna. Estábamos interesados en conocer las variaciones heredadas de la enfermedad para identificar la gente que presenta un riesgo alto o bajo de sufrirla. Usamos anticuerpos procedentes de sangre de personas que habían recibido múltiples transfusiones de sangre. Descubrimos que los anticuerpos presentes en su sangre reaccionaban con la superficie del virus de la hepatitis B. Buscábamos diferencias inmunológicas heredadas pero lo que encontramos fue el virus en si mismo. Por eso hay que apoyar la investigación llevada por la curiosidad, porque  conduce a nuevos descubrimientos inesperados.

¿Para cuándo la erradicación de la hepatitis?

Queda la mitad del camino por recorrer. La vacuna puede mejorar y, por ejemplo, que sea en una sola dosis; y también los fármacos serán cada vez mejores para erradicarla algún día.

¿Algún plazo realista?

Eso nunca se puede decir en ciencia. Hemos salvado 20, 30 o 40 millones de vidas y esa cifra se incrementará en el futuro, pero siempre ocurrirán imprevistos, la gente puede desarrollar resistencias, pueden surgir más variaciones del virus... Pero estamos en el camino de controlar la enfermedad.

Pero luego usted se dedicó a trabajar para la NASA, ¿busca vida en el espacio exterior?

Obviamente en el instituto de Astrobiología de la NASA hay un programa para ver cómo la vida se originó y determinar si hay vida en otros lugares. Estamos muy interesados en los virus porque son una manifestación muy temprana y primitiva de la vida. Puede estar seguro que algo útil sacaremos de esta investigación. Es la historia de la ciencia, lo que parece ser conocimiento abstracto pronto se vuelve muy útil y aplicable y en el caso de la Medicina eso quiere decir salvar vidas. Ésa es la experiencia que saqué con mi propia investigación, el valor de la ciencia básica.

La Razón ES – noviembre de 2009 – nota completa

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