Avanza lucha contra la hepatitis viral en Chile

Javier Brahm

En los últimos años se ha dado un gran salto en el conocimiento y tratamiento de esta enfermedad, que se presenta en múltiples formas. Hoy existen vacunas y medicamentos que permiten ganar la batalla contra ella. 

Cada día se sabe más sobre la hepatitis. Gracias a los avances de la medicina, hoy es posible determinar con exactitud sus diversos tipos. Y con ello, cómo prevenir y tratar esta enfermedad, que consiste en una inflamación difusa del hígado.

Por ejemplo, se conoce que sus causas son variadas. Así, mientras algunos cuadros se producen por la ingesta de medicamentos o alcohol, o por respuestas autoinmunes, otros tienen un origen viral (tipos A, B, C, D y E).
Dentro de estos últimos, uno de los tipos más frecuentes es la Hepatitis A, muy habitual en niños y jóvenes, especialmente entre 1 y 18 años. Se transmite  por agua o alimentos contaminados con deposiciones humanas, y en un muy bajo porcentaje puede tener consecuencias fatales, como sucede en el caso de producirse una hepatitis fulminante.

Gravedad también puede revestir la Hepatitis B, pues alrededor de un 10% de quienes la sufren quedan como portadores del virus y pueden desarrollar una cirrosis y/o cáncer hepático. Además, ocasionalmente produce hepatitis fulminante.

Ésta se transmite principalmente a través de la sangre y fluidos corporales infectados desde una mujer embarazada a su hijo; por relaciones sexuales; tatuajes, perforaciones y drogadicción endovenosa.

El problema, dicen los expertos, es que a este tipo de hepatitis no se le ha tomado el peso. "Comparte las mismas vías de transmisión que el sida pero es 100 veces más contagiosa. El problema también es que en muchos casos se mantiene asintomática por años, y la tardía reacción sólo deja al trasplante como alternativa. Además, es la segunda causa mundial de cáncer", afirma el doctor Javier Brahm, jefe de la Sección de Gastroenterología del Hospital Clínico de la  Universidad de Chile, y editor -junto a la doctora Gabriela Muñoz- del libro "Hepatitis Viral", que se ha transformado en un referente para estudiantes de medicina de pre y posgrado a nivel latinoamericano.

Gran salto

Preocupante también es el avance de la Hepatitis C, que es una de las principales causas de daño hepático crónico en nuestro país y en todo el mundo.  Se transmite por contacto con sangre de personas infectadas, principalmente a través de tatuajes, perforaciones y drogadicción. La mayoría de los infectados quedan portadores crónicos (80%) y evolucionan hacia una hepatitis crónica, cirrosis y/o cáncer hepático.

Con respecto a la Hepatitis D, no existen casos reportados en Chile, señala Brahm. "Y en relación a la E, es una enfermedad poco frecuente en Chile y se transmite por ruta fecal-oral. En la mayoría de los casos es benigna, pero puede ser grave si ocurre en embarazadas".

En general, señala el especialista, se ha avanzado mucho en el conocimiento de estas enfermedades virales.

"Hoy los exámenes permiten no sólo saber de qué tipo de virus se trata en cada caso particular, sino también determinar en qué etapa de su ciclo se encuentra la enfermedad, lo que permite enfrentarla de mejor modo".

Así, por ejemplo, en el caso de la Hepatitis B existen 6 diferentes test diagnósticos serológicos, que dan cuenta si la infección es aguda, si está resuelta y hay inmunidad o es crónica (activa o inactiva).

Pero también se ha avanzado mucho en la creación de vacunas y medicamentos para prevenir y tratar la enfermedad.   

Por ejemplo, en el caso de la Hepatitis A, ésta puede ser prevenida mediante una vacuna preparada con virus inactivados, la cual tiene una alta eficacia, ya que los anticuerpos desarrollados pueden durar años. Ella debe aplicarse en dos dosis por vía intramuscular, a los 0 y 6 meses de vida, aunque también puede ser administrada en etapas posteriores.

Por otra parte, para prevenir la infección por hepatitis B también existe una vacuna, que fue incorporada en el año 2005 al Plan Ampliado de Inmunización en Chile y que se aplica a niños entre los tres y seis meses de vida. Esta vacuna, elaborada por ingeniería genética, confiere inmunidad en el 95% de los casos, utilizándose tres dosis, a los 2, 4 y 6 meses de vida.

Con respecto al tratamiento de la Hepatitis B, las personas infectadas o con daño hepático pueden tratarse con distintas drogas antivirales, como el Interferón o los análogos de nucléosidos/nucleótidos (Lamivudina, Adefovir, Entecavir y Telbiduvina), cuya eficacia alcanza aproximadamente al 50%. Aunque en casos avanzados la única solución es el trasplante.

En relación con la hepatitis C, no existe una vacuna para prevenirla, pero hay tratamientos con medicamentos antivirales como el Interferón Pegilado y la Ribavirina, efectivos en un 50% de los casos, aunque en aquellos casos más avanzados también debe realizarse un trasplante.

Con respecto a la Hepatitis E, ella no cuenta con una vacuna para prevenir su aparición ni tampoco para su tratamiento.

Referente nacional

Destaca el doctor Javier Brahm que el Laboratorio de Marcadores Virales y de Biología Molecular de Hepatitis del Servicio de  Gastroenterología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile actúa como centro de referencia a nivel nacional, con una completa variedad de técnicas para el diagnóstico y seguimiento de las distintas hepatitis virales agudas y crónicas. "Además, colaboramos estrechamente con instituciones de otros países, y nuestros investigadores han aparecido en importantes publicaciones europeas y norteamericanas".

Fuente: El Mercurio – octubre 2009 – nota completa

Salir de la versión móvil