Un informe revela un brote de hepatitis C en el Hospital General de Alicante en 2007

Sanidad admite seis contagios y un fallecimiento en Hematología

Alicante - Meses después de que el anestesista Juan Maeso fuera condenado a casi 2.000 años de prisión, un nuevo brote de hepatitis C comenzaba a gestarse en un hospital público de la Comunidad Valenciana: el General Universitario de Alicante.
Un informe de la Unidad de Epidemiología de Medicina Preventiva de dicho centro revela que en el segundo semestre del 2007 fueron detectados siete contagios en pacientes del Servicio de Hematología, ubicado en la séptima planta. Uno de ellos, P.S.A., falleció en agosto del año siguiente y su familia, a través del bufete de abogados de Elche Díez Castillo, exige una indemnización a la Conselleria de Sanidad porque cree que la infección contraída agravó la patología de base que ya padecía.

Los primeros tres contagios fueron comunicados el 11 de noviembre del citado año por el jefe de Hematología, el doctor Verdú, tanto a Epidemiología como al subdirector médico del hospital, Javier Raduan, pero no ha trascendido nada. Y está por ver si éste fue recogido en los boletines epidemiológicos semanales que elabora la Dirección General de Salud Pública en relación a las enfermedades de declaración obligatoria.

El informe definitivo que detalla las causas, el desarrollo de los acontecimientos y las actuaciones realizadas por los servicios sanitarios para frenar la ola de contagios está fechado el 23 de octubre del pasado año. El documento recoge como origen más probable del brote un octavo paciente y descarta, entre otras hipótesis, que los siete enfermos contagiados recibieran transfusiones de sangre infectadas. «La fuente de infección más probable ha sido un paciente ingresado, con hepatopatía crónica por VHC conocida, durante algunos periodos de tiempo dentro del segundo semestre del año 2007 en la 7ª (planta) D», concluyen los especialistas.

El informe da cuenta de los estudios de biología molecular y filogenesis de cepas del virus realizados con posterioridad en el Instituto Cavanilles de la Universidad de Valenciana y el Instituto Carlos II de Madrid. Éstos corroboran que el mecanismo de transmisión «más probable» de la enfermedad se desencadenó durante el proceso de atención a los pacientes, «ya sea por un vehículo común o de manera directa entre paciente y paciente».

Los pacientes contagiados provenían de Alicante, Benidorm y Elx, con dos casos cada uno, y Elda. Todos los centros de salud de dichas áreas fueron informados de la declaración de la enfermedad. Como consecuencia del brote, el Hospital General reforzó las medidas de prevención y ya no se produjeron más infecciones por hepatitis C aguda, al menos hasta octubre del 2008, según los doctores que firmaron el informe.

Los especialistas de epidemiología rastrearon los tratamientos que recibieron los pacientes contagiados: punciones de médula ósea, endoscopias digestivas, administración de medicación por vía intravenosa.
Pero la investigación reveló que no existía "ningún procedimiento común" entre ellos, más allá de la administración de fluidoterapia (suero) y transfusiones de sangre. Precisamente, el Centro de Transfusiones de Alicante elaboró un informe en el que se exponía que no se había detectado "nin gún donante portador de anticuerpos del virus de la hepatitis C".

Manrique Sánchez - Las Provincias - noviembre 2009 - nota completa

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