Transaminasas "normales " , hepatitis C y co infección

NIVELES DE TRANSAMINASAS

Expertos españoles creen que hay que cambiar el criterio de diagnóstico de la hepatitis CLos niveles de transaminasas deberían medirse varias veces en los individuos con riesgo de contraer la enfermedad, según quedó patente en el último congreso español de patología digestiva

La hepatitis C es una de las principales causas de mortalidad entre los pacientes seropositivos

Los niveles de transaminasas que hasta hace poco tiempo se consideraban normales y descartaban la presencia del virus de la hepatitis C en pacientes con riesgo de haber adquirido la infección precisan de una nueva revisión, según explicó José Luis Calleja, del Hospital Puerta de Hierro, en el simposio "˜Avances en el tratamiento de la hepatitis viral crónica’, que se celebró la semana durante el LXIV Congreso Anual de la Sociedad Española de Patología Digestiva.

En el simposio, Calleja hizo hincapié en la precisión necesaria a la hora de medir los niveles de estas enzimas hepáticas (ALT), tradicional marcador diagnóstico para la hepatitis C. Según este experto, "las ALT deben ser definidas por tres mediciones en un periodo de seis meses". Una persona que presente transaminasas normales puede sufrir una elevación de este marcador "en una medición posterior" por lo que es extremadamente importante repetir la prueba en individuos en riesgo de haber contraído la infección.

Tratar a enfermos con ALT 'normales'

Tener transaminasas más elevadas, aunque se mantengan dentro del nivel de normalidad, implica siempre un mayor riesgo de enfermedad hepática, por lo que insistió en la importancia de volver a delimitar los niveles que se consideran "˜normales’. Aunque las cifras varían según los estudios, se calcula que hasta el 46% de los pacientes infectados por el virus de la hepatitis C (VHC) presentan transaminasas normales.

Normalmente, en estos pacientes el grado de fibrosis hepática es menor que en los enfermos de hepatitis con transaminasas elevadas, si bien esto no supone que la infección no afecte al hígado, sobre todo a largo plazo. La posibilidad de tratar a los pacientes de hepatitis C con niveles normales de ALT no se evaluó hasta hace muy poco tiempo, cuando se incluyó por primera vez a emfermos de estas características en ensayos clínicos para observar su respuesta al tratamiento.

De hecho, anteriormente las características inmunológicas de estos pacientes "hacían prever que la eficacia del tratamiento sería peor". Sin embargo, en el primer gran estudio que se hizo en este sentido, publicado el pasado mes de noviembre en la revista Gastroenterology, se demostró que la terapia con interferón pegilado alfa- 2a (40 KD) y ribavirina tiene la misma eficacia en pacientes con transaminasas normales que con transaminasas elevadas.

Coinfección de VIH y VHC

En el simposio se habló también de un problema que en España es especialmente importante: alrededor del 50% de los infectados por VIH en nuestro país están también infectados por el VHC, porcentaje que es de un 33% en los seropositivos no usuario de drogas por vía parenteral y de un 75% en los ex "” drogadictos, explicó Ricard Sola, jefe de Hepatología del Hospital del Mar de Barcelona.

La hepatitis C en seropositivos tiene una característica que hace más necesario, si cabe, su tratamiento. La hepatopatía progresa más en estos pacientes, por ciertas circunstancias que se dan en la coinfección: las alteraciones de la respuesta inmunológica, la citotoxicidad directa viral, el aumento de la replicación viral, la hepatotoxicidad que causan algunos antirretrovirales, el que puede estar asociada al consumo de alcohol y drogas y la toxicidad mitocondrial.

Antes de la introducción de los fármacos antirretrovirales, la coinfección por el VHC no era un problema especialmente relevante para los enfermos de sida, que solían fallecer antes de que la hepatitis C se desarrollara. Sin embargo, actualmente es una de las primeras causas de mortalidad en pacientes seropositivos. Según Sola, si antes de la era HAART (terapia antirretroviral altamente activa) la enfermedad hepática provocaba sólo un 5% de las muertes en infectados por el VIH en España, el porcentaje ha ascendido al 45% en la actualidad.

El especialista del Hospital del Mar destaca que diversos estudios han demostrado la eficacia del tratamiento combinado con interferón pegilado y ribavirina para los pacientes coinfectados. Aunque los resultados de curación no son tan buenos en estos enfermos como en los monoinfectados por el VHC, se han llegado a alcanzar tasas globales de curación de alrededor del 40%. Concretamente, el especialista subraya la importancia del estudio APRICOT, que supuso un punto de inflexión en la demostración de la necesidad del tratamiento de la hepatitis C en pacientes coinfectados.

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