Transaminasas bajas

Los infectados de hepatitis c con transaminasas bajas deben ser tratados y no ser tomados como portadores sanos.
Casi un 20 por ciento de los pacientes con hepatitis crónica por el virus C tienen transaminasas normales de forma persistente y se consideraban erróneamente portadores sanos. Hasta ahora se desaconsejaba el tratamiento de estos pacientes; sin embargo, a raíz de un estudio internacional puede que se recomiende el tratamiento de estos enfermos.Los pacientes con hepatitis C crónica con transaminasas normales pueden ser tratados para la erradicación del virus en un porcentaje elevado de casos (40 por ciento para el genotipo 1 y 78 por ciento para los pacientes con genotipo 2), lo que, en palabras de Moisés Diago, hepatólogo del Hospital General Universitario de Valencia, "permitirá en un futuro próximo tratar a aquellos pacientes portadores del virus C".

Diago recuerda que un 20 por ciento de los pacientes con hepatitis crónica por virus C presentan transaminasas normales de forma persistente y constituyen un grupo que se caracteriza por una progresión más lenta hacia la cirrosis que los que tienen cifras elevadas. "Estos han sido etiquetados erróneamente como portadores sanos del virus, ya que la mitad presentan lesiones histológicas en la biopsia hepática".

No terapia

Hasta ahora, para estos pacientes con transaminasas persistentemente normales no había indicación de tratamiento y así lo habían establecido las diferentes conferencias de consenso acerca de la hepatitis C. Esto se debía por una parte a que las lesiones hepáticas en los afectados generalmente eran leves y, por otra parte, al darles tratamiento con interferón estándar "en muchos casos aumentaban las transaminasas".

Ahora, los resultados de una investigación internacional, en la que han participado 70 centros de 13 países (ocho españoles) y que ha incluido a 514 pacientes tratados con la combinación de interferón pegilado 2a (una dosis semanal) y ribavirina, parece cambiar ese consenso. Los pacientes fueron aleatorizados en 3 grupos: uno constituido por 220 pacientes que fueron tratados durante seis meses, otro de 221 pacientes que fueron tratados doce meses y un tercero de 73 pacientes que no recibieron tratamiento.

Todos ellos presentaban las siguientes características: VHC+, transaminasas normales y lesión hepática observada en la biopsia.

Los no tratados no eliminaron el virus en ningún caso, mientras que los que recibieron terapia durante seis meses erradicaron el virus en un 30 por ciento y en un 52 por ciento los tratados doce meses. "Al igual que se había visto en otros estudios previos con interferón pegilado 2a para los pacientes con genotipo 1, la mejor tasa de respuesta (40 por ciento) se obtenía cuando eran tratados durante un año, en tanto que para los genotipos 2 y 3, los porcentajes eran similares en los tratamientos de seis y doce meses".

El especialista ha explicado que los efectos adversos fueron los esperados y ya conocidos de este tratamiento: "Los resultados son similares a los que se conocían de pacientes con transaminasas elevadas o incluso podrían ser superiores, ya que se administró una dosis más baja de ribavirina (800 mg/día) de la actualmente recomendada (1000-1200 mg/día), dato que no se conocía cuando se inició el estudio hace mas de tres años".

Cambio

Según Diago, la relevancia del estudio radica en que es el mayor (500 pacientes) realizado hasta el momento en esta población y porque los resultados van a marcar la pauta de tratamiento. La participación española ha incluido a seis centros de Madrid, Sevilla, Alicante, Málaga, Córdoba y Valencia, con un total de 56 pacientes, de los cuales 32 eran del Hospital General de Valencia. "Muchos de los enfermos quisieron participar en el ensayo no por la gravedad de su lesión hepática, sino por el deseo de eliminar el VHC y liberarse del estigma".

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