La autora del proyecto, describió que la iniciativa surgió a partir de la experiencia que contó una madre que "al ingresar al cuarto de baño de su casa, halló a su hija que tenía todo hecho un desastre. La joven no sólo lo había hecho sin su consentimiento, sino que además, eso podría generarle reacciones, infecciones y contagio de enfermedades.
Entonces, la preocupación de la madre –y nuestra- era que no sólo afecta a los chicos de esta ciudad, sino a aquellos que aprovechan la oportunidad cuando vienen de viaje de estudios y no están con sus padres en relación directa y se hacen tatuajes o se colocan piercing sin autorización". Por lo tanto, la idea es que haya una regulación para impulsar una prevención local que, además, esté dirigida a todos aquellos que eligen a Bariloche como destino turístico.
Entre los fundamentos del proyecto, Alves destacó que esta clase de situación "se da con mayor frecuencia entre los jóvenes, quienes, en su mayoría, desconocen los riesgos sanitarios que conllevan este tipo de prácticas, como la transmisión de enfermedades infecto contagiosas, entre ellas: la hepatitis B y C y VIH, como así también enfermedades del tipo no contagiosas estas pueden ser: alergias varias, psoriasis, hiperplasia, entre otras, si no realizan los debidos procedimientos, técnicas de esterilización y posteriores cuidados para una sana cicatrización".
En Bariloche, no está reglamentado la actividad, no obstante, existen numerosos comercios habilitados para otro fin, que realizan tatuajes y colocan piercing en el cuerpo por una cuestión estética. Muchos de ellos, lo hacen "bajo circunstancias en las que se desconoce si poseen las condiciones mínimas indispensables de higiene y es obligación del Estado darle un marco legal a esta actividad, ya instalada en todas las comunidades", explicó la autora de la iniciativa.
Por ello, y con la colaboración de Alejandra Douglas y Macarena Rodríguez Alves, secretarias de la concejal de la Concertación, se habló con los principales actores de este sector, los tatuadores y colocadores de piercing que ejercen en la localidad.
Por último, la concejal Alves explicó que "al no estar reglamentada la ley a nivel provincial y, al no haber ningún instrumento municipal, no hay una "figura" municipal para habilitar comercios a tatuadores y colocadores de piercing.
Por lo tanto, lo que nosotros queremos es que a partir de esta iniciativa, se le de un instrumento al área de Inspección General para que tengan que pasar por esta instancia y para que en cualquier galería o puesto no se pueda poner un tatuador o colocador de piercing sin la autorización y el control correspondiente".
ADN – 18 agosto – 2010 – nota completa