Pionera en la difusión sobre donación de órganos

Argentina - Herminia Durou, una pionera en la concientización sobre donación de órganos
"Siento que no pasé inútilmente por la vida"

Fue la primera coordinadora del Cucaier y a quien le tocó batallar para hablar de la importancia de donar órganos, en momentos en que nadie lo hacía. En diálogo con EL DIARIO, recordó aquellas primeras entrevistas con los familiares de los posibles donantes, cuando los conceptos de vida y muerte eran diferentes.

Fabián Reato - El Diario - Link completo

Actualmente, la provincia de Entre Ríos es una de las primeras en la donación de órganos en el país. El Centro Único Coordinador de Ablaciones e Implantes de Entre Ríos (Cucaier) tiene una intensa actividad y se posiciona en la cúspide del listado de sus pares nacionales.
Pero esa institución tiene tras de sí una larga historia, de mucho trabajo, de enfrentar situaciones adversas, de abrir camino donde no hay ni siquiera una huella. Y pionera de todo eso fue una mujer que dedicó gran parte de su tiempo durante años a concientizar y trabajar en pos de difundir la idea de la solidaridad y responsabilidad: Herminia Durou, la primera coordinadora del Cucaier.

FALTA DE INFORMACIÓN. Pero la falta de medios e infraestructura no era el principal obstáculo para la tarea emprendida, sino la poca información que había sobre el tema de la donación de órganos. La sociedad había oído hablar muy poco de eso, los medios de comunicación casi no se referían al asunto. Por lo tanto, la prioridad era hablar sobre ello y explicar en detalle de lo que se trataba.

"Las primeras entrevistas con los familiares (de los pacientes que podían ser donantes) fueron durísimas. La gente no entendía muy bien de lo que estábamos hablando porque no se tenía en claro lo que era la muerte cerebral. Eso fue lo más difícil de transmitir a la sociedad, porque ancestralmente se conoce la muerte como un paro cardíaco. Si ven que el corazón late y que respira dicen que está vivo. Llevó muchos años hacer comprender que en la situación de muerte cerebral ésa era una vida ficticia", describe luego.

"”Esas primeras entrevistas, ¿derivaron en donaciones de órganos?
"”No, la primera donación que tuvimos fue espontánea, en el año 1989. Surgió por iniciativa de la familia, en el Hospital San Martín. Después hubo todo un período de inactividad, hasta que empezamos a funcionar nuevamente. El Club de Leones nos consiguió electroencefalógrafo, porque hasta entonces dependíamos de que nos prestaran para determinar la muerte cerebral de los posibles donantes. Tuvimos varias entrevistas con familiares pero que no terminaron en donaciones. Si bien nosotros teníamos una formación como para manejar las entrevistas, era muy duro. La gente no tenía en claro de qué estábamos hablando porque no entendían el concepto de muerte cerebral; eso fue lo más difícil. Había muchos cuestionamientos por parte de la familia, pero nosotros sabíamos que eso nos iba a pasar.

"”¿Cuál era por esos tiempos la postura de los médicos frente al tema? ¿Ellos estaban informados?
"”No, para nada. Por ahí hasta teníamos una traba con los médicos, porque tampoco estaban muy interiorizados, ni sabían bien de qué se trataba. Hasta hoy mismo, si bien ningún médico se va a oponer científicamente, en lo personal por ahí no están muy de acuerdo, o algunos lo sienten como una afrenta.

"”¿Y la Iglesia colaboraba?
"”Eso también era un problema. Si bien había documentos de Juan Pablo II u otros Papas anteriores a favor de la donación de órganos, más de una vez nos encontrábamos con familias a las que su guía espiritual les decía que no, que mientras había un hálito de vida había una esperanza. Mientras hay vida hay esperanza es uno de los refranes que más nos jugó en contra, porque se tomaba como un signo de vida lo que en realidad estaba siendo mantenido artificialmente.

"”Había que cuestionar el concepto de vida"
"”Exactamente, interiorizar la muerte cerebral como concepto de muerte fue muy difícil.

"”¿En qué momento comenzó a revertirse eso?
"”Nosotros presentamos un proyecto de difusión a nivel de las escuelas, porque pensamos que a través de los niños y adolescentes era la manera de ir de apoco internalizando estos conceptos. Comenzamos a hacer un programa tanto en las escuelas primarias como en las secundarias. Viajamos al interior, nos conectamos con gente de los municipios, se organizaron charlas para todo público, salíamos por los diarios y las radios. De apoco, la cosa se fue revirtiendo.

"”Actualmente, Entre Ríos está primera en el país en donación de órganos por cantidad de habitantes. ¿Usted qué siente al ver eso?
"”Realmente, lo siento con mucho orgullo y como una tarea cumplida. En el año 93 recibimos un reconocimiento del Incucai por ser la provincia que teníamos el mayor número de donantes por millón de habitantes.

"”¿Usted tuvo alguna relación personal con el tema de la donación de órganos?
"”No, ninguna. Cuando el doctor Klembosky me insistía que hiciese el curso de coordinadora no le podía decir que no porque él era el director, pero la realidad era que no me atraía para nada eso de trabajar con muertos. Yo no estaba formada para eso ni mucho menos. Como cualquier persona, no quería ni hablar de la muerte. Pero tanto me insistió el doctor Klembosky, que fui. La formación del Incucai tiene que haber sido muy buena porque vine muy apegada con el tema. Recuerdo una coordinadora que nos dijo una frase que a mí me llegó mucho y era que si lográbamos una ablación y poder trasplantar a tres o cuatro personas significaba que no habíamos pasado inútilmente por esta vida. Esa frase a mí me marcó.

"”¿Usted siente eso?
"”Sí, siento que no pasé inútilmente por la vida. Otra cosa que me influyó mucho es que a raíz de mi formación yo entré a trabajar como asistente social en un centro de hemodiálisis. Conocer a los pacientes y tratar diariamente con ellos, fue una gran motivación para continuar en ese trabajo. Los profesionales que venían de afuera a hacer una ablación se iban y no tenían idea qué pasaba después. En cambio, a nosotros nos pasaba al revés ya que los riñones ablacionados iban a pacientes que veíamos todos los días. Que un paciente salga de diálisis era una alegría para toda la institución. Eso me fue motivando para seguir trabajando a pesar de todas las dificultades. Un operativo de ablación, por ejemplo, empieza hoy pero no se sabe cuándo termina, se puede estar 78 horas en el hospital esperando la respuesta de la familia.

Proceso.

"”¿Cómo era el proceso desde que se detectaba un posible donante hasta la ablación?
"”Cuando en terapia se detectaba un paciente con muerte cerebral se avisaba al Incucai y de ahí al Cucaier, a mí que entonces era coordinadora. Se evaluaba al paciente, se veía si ya tenía muerte cerebral, en qué condiciones clínicas se encontraba y si estaba en condiciones de ser donante. Se hacían las pruebas que exige la ley y se comprobaba la muerte cerebral, se procedía a hablar con los familiares. Después, todo eso se fue aceitando. Ya los médicos de terapia van sabiendo y previendo las condiciones en que se encuentran los pacientes. Uno de los primero operativos que tuvimos fue en el Sanatorio La Entrerriana un 31 de diciembre.

"”Una gran diferencia es que ahora la familia del supuesto donante ya sabe de lo que le están hablando cuando se refieren a una donación"
"”Exactamente, antes no tenía idea. Encima, la familia está en un momento particular y tampoco tiene interés de saber. Si no tiene algún conocimiento previo del tema es muy difícil. Por ejemplo, cuando les explicábamos que el paciente ya tenía muerte cerebral nos decían "entonces, me llevo el cuerpo". Pero en ese momento no estaba autorizado por ley a desconectar el respirador. Hoy eso es legal, si la familia lo dice se hace. Todo es mucho más sencillo. Además de la información de los medios que hizo que el tema sea más común y cotidiano, dio mucho resultado el apuntar a los niños y jóvenes que llevaron esa información a la casa. Por eso cuando se plantea esa situación de algún familiar no estamos hablando de ningún misterio.

INICIOS. En 1984, el doctor Julio Klembosky, director del Hospital Gerardo Domack de Bajada Grande, le propuso a una asistente social que allí trabajaba que participara de un curso de capacitación sobre donación de órganos en el Incucai.
"En principio, la idea no me interesó para nada. ¿Qué tenía que ver yo con eso?", recuerda Herminia en diálogo con EL DIARIO. Pero igualmente aceptó y allá fue, y volvió con una visión distinta del tema y totalmente dispuesta a trabajar para difundir en Entre Ríos la necesidad que tienen muchas personas de recibir un trasplante de órganos.
"El curso que nos dieron en el Incucai tiene que haber sido muy bueno, porque yo regresé totalmente apasionada por el tema", destaca luego.
Y a eso se dedicó con pasión, pero no eran tiempos fáciles.
El centro estaba en el Hospital Gerardo Domack, en Bajada Grande, pero no había muchos medios para trabajar. Comenzaron con difusión de información sobre el tema y la formación de profesionales médicos.
"No teníamos nada, sólo el papelito de que estábamos formados como Cucaier", recuerda después.
Ya llegado al año 90, el Club de Leones se interesó en el tema y quiso colaborar con la institución.
"Les dijimos que lo primero que necesitábamos era una mínima estructura para funcionar. Ellos hablaron con las autoridades de la Provincia y nos consiguieron un lugar en el Hospital San Martín. Lo que quisimos fue empezar con personal que ya estuviera nombrado. Juntamos muebles de todos lados y armamos una oficina", continúa después.

Salir de la versión móvil