Nuevamente estalla el escándalo por sangre contaminada por hepatitis y HIV en GB

Sucesivos gobiernos británicos son culpados por la tragedia de pacientes a los que les hicieron transfusiones con sangre contaminada con el VIH y hepatitis C

LONDRES - Por casi 25 años sucesivos gobiernos del Reino Unido, tanto Conservadores como Laboristas, actuaron con "desidia" y por eso fueron culpables de causar una "terrible tragedia humana".

Este fue el veredicto de la investigación independiente en Gran Bretaña, dirigida por Lord Peter Archer, sobre las causas del llamado "escándalo de sangre contaminada".

Miles de pacientes hemofílicos británicos contrajeron hepatitis C o el VIH entre los años 70 y 90 del siglo XX tras haber recibido transfusiones de sangre importada y contaminada en el Servicio Británico de Salud Pública (National Health Service, o NHS).

Según Lord Archer, al menos 2 mil pacientes murieron entre los años 70 y 90, y otros 4,670 contrajeron hepatitis C. Aún peor, de estos enfermos, 1,243 también fueron infectados con el virus VIH.

"Este ha sido sin duda alguna el peor desastre médico en la historia moderna del Reino Unido" concluyó Lord Archer.
Según este miembro de la Cámara Alta del Parlamento británico, los gobiernos británicos de Jim Calaghan, Margaret Thatcher, John Major, así como sus ministros de Salud Pública, deberían haber reaccionado más rápidamente para evitar este desastre.

Al centro de esta tragedia estaba el hecho de que por décadas el Reino Unido sufrió de escasez crónica de productos sanguíneos.
Por esta razón los directivos del NHS se vieron obligados a buscar e importar sangre de varios países europeos y de los Estados Unidos.

Al mismo tiempo el presupuesto para estas importaciones era demasiado limitado. Como resultado, por muchos años el Reino Unido importó miles de litros de sangre procedente de donantes de alto riesgo de infección (incluidos presos en cárceles estadounidenses).

"Esta desidia por lograr una autosuficiencia sanguínea nacional y evitar el uso de productos de alto riesgo procedentes del extranjero tuvo consecuencias desastrosas", concluyó la comisión en su informe.

Mientras que el país vecino, la República de Irlanda, superó sus problemas de sangre donada en menos de cinco años, en Gran Bretaña el proceso duró más de 13 años.  

"Si la autosuficiencia se hubiese obtenido antes, la amplitud de la catástrofe se hubiera reducido drásticamente. Los intereses comerciales eran considerados como más importantes que la salud de miles de pacientes", enfatizó Lord Archer, quien representa al partido Laborista y es famoso por ser un rebelde dentro de las filas de su partido.

El Ministerio de Salud Británico siempre se opuso a dicha investigación de Lord Archer, la  había calificado de "totalmente innecesaria". Además, bajo las órdenes del actual gobierno, ninguno de los responsables testificó ante la comisión. La investigación duró dos años, y fue realizada con dinero privado.

Entre cientos de víctimas que ofrecieron sus pruebas para los investigadores estuvo la británica Carol Grayson. Su marido, Peter Longstaff, fue infectado en 1985 con la sangre importada. Se enfermó con el VIH, hepatitis C y murió en 2005.

"Descubrimos que la sangre había sido importada desde una penitenciaria en el estado estadounidense de Arkansas. Lo que nos puso en shock fue el hecho de que por años fueron los mismos prisioneros quienes autoadministraron la venta de su sangre. La práctica común era que si un preso estaba infectado con hepatitis C o el VIH, pedía al otro preso que éste 'prestara' su nombre y apellido, y así pudieron ganar su dinero", declaró la viuda C. Grayson.

Tras la publicación del informe de Lord Archer, el Ministerio de Salud en Londres expresó  su "profunda simpatía" por las víctimas. También recordó que a partir de 1985 se pusieron en marcha "medidas para proteger los productos sanguíneos del VIH y de la hepatitis C".

La investigación de Lord Archer presentó un paquete de recomendaciones.

Las víctimas inocentes de este escándalo deben tener el derecho de recibir una compensación financiera, especialmente los que no pudieron trabajar como consecuencia de la contaminación. La República de Irlanda ya acordó pagar recompensas de docenas de miles de dólares a sus víctimas.

Noticias Televisa - por Vytas Rudavicius - 03 de marzo de 2009 - Link nota completa

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