Los pacientes con hepatitis C no deben recibir trasplantes de hígados grasos

Un estudio publicado en Liver Transplantation sugiere que los pacientes infectados por el vírus de la hepatitis C (VHC) necesitados de un trasplante de hígado no deben recibir órganos con altos niveles de depósitos de grasa o esteatosis hepática, ya que la recidiva del VHC es más frecuente entre los pacientes que han recibido un trasplante de este tipo.

Los informes de los investigadores demuestran que la tasa de supervivencia entre los infectados por el VHC que reciben un trasplante de hígado está disminuyendo, algo preocupante ya que el VHC es el abordaje más frecuente para esta dolencia hepática en los países occidentales.

El hecho de que en estos países la población donante tenga más probabilidades de sufrir sobrepeso, y, por tanto, de tener hígados grasos, ha dado pie a la hipótesis de los investigadores de que la esteatosis hepática podría estar afectando a los resultados de los trasplantes.

La investigación, dirigida por Javier Briceño y Rubén Ciria, del Hospital Universitario Reina Sofía, en Córdoba, ha tratado de determinar la influencia de los donantes con esteatosis hepática en los resultados de estos trasplantes a pacientes con VHC. Según explican los propios autores, "los resultados muestran un 30 por ciento más de recurrencia viral a los receptores con cirrosis provocada por VHC cuando reciben un hígado graso".

Los resultados también han sido comparados con la tasa de éxito de trasplantes a pacientes que   recibían los órganos y que padecían cirrosis provocada por el alcohol y no por VHC. En estos casos la supervivencia no se veía afectada.

Orlistat, sin beneficios
Por otra parte, un nuevo estudio aleatorio sobre los resultados del fármaco orlistat, utilizado como inhibidor de la absorción de grasas, muestra que no ayudaría a los pacientes que padecen de hígado graso, ni para perder peso, ni para  mejorar sus enzimas hepáticas o la resistencia a la insulina.

El estudio, dirigido por Stephen A. Harrison, hepatólogo del ejercito de Estados Unidos, y que ha sido publicado en la revista Hepatology, hace hincapié en que el aumento de los niveles de obesidad han convertido las dolencias por hígado graso en una auténtica epidemia. Las esperanzas que se habían puesto en orlistat se fundamentaban en la evidencia de que la reducción del peso corporal del paciente a partir de un 5 por ciento mejora las enzimas hepáticas y los niveles de grasa en el hígado.

Sin embargo, tras el estudio, en el que a todos los participantes se les diseñaba una dieta y  sólo a uno de los grupos se le administraba orlistat, no se encontraron diferencias significativas que sirvan para apoyar el tratamiento. Pese a todo, Harrison y su equipo sí han vuelto a destacar una relación directa entre la pérdida de peso corporal derivada de la dieta y la mejora de las complicaciones hepáticas de los pacientes.

Diario Médico - 15 de enero de 2009 - Leer la nota completa

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