Hepatitis C, la nueva generación de fármacos podría curar hasta el 70%

La hepatitis C es una infección con varios problemas graves en su abordaje. El primero es el absoluto desconocimiento que existe sobre ella, lo que lleva a que una parte importante de la sociedad la asocie a una mera infección sexual o propia de drogadictos. Nada más lejos de la realidad. Unos 800.000 españoles son portadores del virus y apenas 200.000 son conscientes de ello.

Muchos se contagiaron al recibir una inyección sin esterilizar o una transfusión antes de los años noventa, cuando la sangre no se analizaba. Esta enfermedad puede estar treinta años sin dar un síntoma y, de repente, atacar al hígado provocando una cirrosis que obligue a un trasplante o desemboque en un cáncer hepático. Éstos fueron algunos de los aspectos analizados por los expertos reunidos en los  Desayunos de  A TU SALUD que se celebró esta semana en la sede del periódico. Un tema destacado es cómo sacar de la ignorancia a esos 600.000 infectados que lo desconocen para que puedan recibir tratamiento lo antes posible.

El debate sobre la necesidad o no de un cribado o «screening» (test de detección en un grupo  de población)  generó distintas opiniones. Ildefonso Hernández, director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y Política Social, señaló rotundo que «el cribado poblacional no está justificado». A su juicio, este tipo de pruebas debe reunir «unos requisitos de calidad» y no se debe hacer de manera extensiva si no se tiene planificado un paquete de medidas de respuesta relacionadas con el seguimiento, atención e información al nuevo paciente. Dejó, no obstante, una puerta abierta a algún proyecto piloto en alguna comunidad o provincia. Aunque todos los invitados, sobre todo Amparo González, coordinadora de la Asociación Española de Enfermos de Hepatitis C, insistieron en la necesidad de un diagnóstico temprano para hacer más efectivo el tratamiento. Por su parte, Moisés Diago, jefe de la Sección de Hepatología del Hospital Clínico de Valencia, insistió en que el VHC está «infradiagnosticado» y manifestó sus dudas sobre que un «screening» no sea necesario, ya que su experiencia le demuestra que hay un importante porcentaje de personas contagiadas sin comportamientos de riesgo. 

Las buenas noticias vienen de la mano de los nuevos tratamientos que se suman al habitual de interferón y ribavirina. Prometen curar cuando estén disponibles en unos años a hasta el 70 por ciento de los infectados por el genotipo 1, el más común en España. Además, Conrado Fernández, jefe de la unidad de Aparato Digestivo del Hospital de Alcorcón (Madrid), también recordó que se están desarrollando vacunas terapéuticas con resultados esperanzadores. Sin embargo, en el otro lado de la balanza están los efectos secundarios que ya tienen los fármacos actuales y no van a desaparecer con las nuevas terapias.

Los ponentes coincidieron en el gran estigma social que acompaña a esta enfermedad, relacionada con ciertos grupo de riesgo, y se mostraron de acuerdo en promover campañas que cambien el prototipo de persona infectada ante la opinión pública. La falta de información en cuanto a su contagio, subrayó González, «genera problemas sociales para el paciente, tanto laborales, como a la hora de entrar en una sociedad médica. También familiares, con una alta tasa de divorcios ante la sospecha infundada de una infidelidad». 

La Razón - octubre 2009 - nota completa

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