Hacia dónde irá la salud

Las tendencias de salud integran cambios nutricionales, ambientales, epidemiológicos, demográficos, medidas preventivas y aspectos relacionados con estilos de vida.

Pensar en el futuro de la salud humana lleva a una reflexión: ¿qué se necesita: vivir más o vivir mejor?. Las expectativas señalan que para los próximos años, el ser humano será mucho más longevo que en la actualidad.

Para el año 2050, por ejemplo, la esperanza de vida se ubicará en un centenario completo. Por cada cinco años que pasen, la población del mundo ganará un año de vida por efecto de mejoras en la atención médica, la alimentación y el desarrollo farmacéutico.

En el caso de México, la esperanza de vida al nacer es de 73.4 años para los hombres y de 77.9 años para las mujeres. Para el 2025, los hombres mexicanos vivirán 78 años, mientras las mujeres 83.7 años como promedio. Ante ello, no es de extrañarse que los países tendrán cada vez más personas de la tercera edad.

Aún así, las tendencias del futuro de la salud no son alentadoras, pues el mundo sigue enfermo de pobreza. Por ejemplo, en regiones como el sur de África, la expectativa de vida se ha reducido de 64 a 47 años por efecto del SIDA, que de continuar matando 2 millones de adultos por año, antes del 2015 se habrá perdido la tercera parte de la población adulta en Mozambique, Namibia y Botswana.

Hay otras pandemias que seguirán recorriendo el mundo. Es el caso del dengue que se ha propagado sobretodo en América Latina, o el ébola, que ha causado estragos en África y cuyo nivel de mortalidad puede llegar hasta al 95%.

Otro de estos males globales es la hepatitis C.
Se estima que más de 170 millones de personas pueden padecer la enfermedad actualmente y la Organización Mundial de la Salud señala que aproximadamente el 20% de los pacientes con estas infecciones crónicas desarrollan cirrosis, y que de 1% al 5% de individuos cirróticos padecerán cáncer durante los próximos 10 años.

Esto significa, que aunque la esperanza de vida se extienda hasta los 100 años, un mal tan milenario como el cáncer y un virus de apariencia tan inofensiva como el de la gripe, seguirán acechándonos.

Hacia dónde irá la salud

En las nuevas tendencias de salud se integran cambios nutricionales, medioambientales, epidemiológicos, demográficos, medidas preventivas y además aspectos relacionados con estilos de vida y con las políticas de salud de orden local, nacional e internacional.

El paradigma que adquiere mayor relevancia es la tendencia integracionista bajo una concepción holística de la salud pública. Y lo holístico se asume en su acepción más sencilla: integración e interrelación de disciplinas.

Así que bajo este paradigma, la promoción de la salud adquiere un enfoque más amplio. La salud, además de ser un objetivo, pasará a ser principalmente un medio para la vida y para el desarrollo social y económico.

Hoy, mediante acuerdos internacionales, se busca integrar la salud y el desarrollo humano a través de las políticas públicas, así como garantizar el acceso a los servicios de salud que la promuevan y la protejan.

Pero el gran reto para la salud sigue siendo combatir la pobreza.
Aunque viendo lo que está por venir, es imposible negar que son muy loables las innovaciones que nos dicen que para el 2004 se contará con enjuague bucal anti-caries, en el 2005 con sangre artificial no refrigerada, para el 2021 los órganos artificiales y los tejidos sintéticos serán usados de manera rutinaria o que en el 2025 las terapias genéticas se utilizarán para curar enfermedades.

Fuente: WSF capítulo mexicano.

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