Guía para comprender la Hepatitis C

Guía para Comprender la Hepatitis C


La información presentada en este folleto tiene como fin ayudarle a comprender y tratar la infección por el VHC y no pretende servir de asesoramiento médico. Todas las personas portadoras del VHC deben consultar con un médico para recibir diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.

Autores:
Alan Franciscus
Liz Highleyman

Revisora médica
Liz Highleyman

Índice

  1. Introducción
  2. Transmisión y Prevención del VHC
  3. Progresión de la Enfermedad por el VHC
  4. Síntomas del VHC
  5. Diagnóstico del VHC
  6. Opciones de Tratamiento del VHC
  7. Consideraciones acerca del Tratamiento
  8. Cómo Afrontar el VHC
  9. Coinfecciones con el VHC
  10. Conclusión
  11. Glosario
  12. Recursos

Sección I: Introduction

El virus de la hepatitis C (VHC) es un virus que se transmite por la sangre y que anteriormente se conocía como hepatitis no A/no B. El VHC tiene seis genotipos (subtipos) principales: 1a/1b, 2a/2b, 3, 4, 5 y 6. Los genotipos 1a y 1b, que son los más comunes en los EE.UU. son los más difíciles de tratar. El virus se introduce en el cuerpo mediante la exposición directa a la sangre. Desde allí ataca a las células del hígado, donde empieza a multiplicarse (replicarse). El VHC ocasiona inflamación del hígado y destruye las células hepáticas. Hasta el 80-85% de las personas inicialmente infectadas con el VHC pueden quedar crónicamente infectadas, lo que significa que la infección no desaparece en un plazo de seis meses. Casi todos los afectados por el VHC crónico están libres de síntomas y llevan una vida normal. Sin embargo, en el 10-25% de las personas infectadas con el VHC crónico, la enfermedad sigue progresando durante un período de 10-40 años, lo cual puede ocasionar graves daños hepáticos, cirrosis (cicatrices) y cáncer de hígado. En la actualidad, el VHC es la causa principal para realizar trasplantes de hígado. En el presente no existe una cura ni una vacuna para el VHC, pero sí diversos tratamientos que pueden reducir o detener la replicación del virus y ayudar a frenar o interrumpir la progresión de la enfermedad en algunas personas.

DATOS SOBRE EL VHC

El Hígado y la Hepatitis

El hígado es el órgano interno más grande y está situado bajo las costillas en la parte derecha del abdomen. Pesa tres libras aproximadamente (1,300 Kg) y tiene el tamaño de una pelota de fútbol americano. El hígado se ocupa de cerca de 500 funciones vitales. Procesa prácticamente todo lo que comemos, respiramos y absorbemos a través de la piel. Convierte las substancias que comemos y bebemos en energía y en material para formar músculos, hormonas, factores coagulantes y factores inmunitarios. Almacena muchas vitaminas, minerales y azúcares para que el cuerpo pueda utilizarlos más adelante. Las células hepáticas producen la bilis, la cual permite al cuerpo digerir la comida y absorber los nutrientes. El hígado elimina substancias tóxicas dañinas para el cuerpo. Además, es capaz de regenerar su propio tejido: las tres cuartas partes del hígado pueden regenerarse en tan solo unas semanas

Hepatitis significa simplemente inflamación del hígado. Puede estar ocasionada por distintos virus, sustancias químicas tóxicas, fármacos u otros factores. Las formas más comunes de hepatitis víricas son la hepatitis por el virus A (VHA), la hepatitis por el virus B (VHB) y la hepatitis por el virus C (VHC). La única relación entre estos tres virus es que todos afectan al hígado.

Sección II: Transmisión y Prevención del VHC

Transmisión del VHC

El VHC se transmite mediante contacto directo de sangre a sangre. Las vías de transmisión son el uso compartido de material para drogas tanto intravenosas como de otro tipo (jeringas, cucharas, torniquetes, pajas para esnifar, pipas, etc.). Las agujas utilizadas para hacer tatuajes, perforación del cuerpo y acupuntura también pueden propagar el VHC. El uso compartido de objetos personales tales como cuchillas de afeitar, cepillos de dientes y cortaúñas es menos peligroso, pero aun así son vías potenciales de transmisión.

Antes de 1992, muchas personas contrajeron hepatitis C a través de transfusiones de sangre o de productos plasmáticos contaminados. A partir de 1992 empezó a utilizarse un análisis de sangre confiable para identificar los anticuerpos al VHC. Desde entonces se analizan todos los suministros de sangre. En la actualidad, la probabilidad de contraer el VHC a través de sangre contaminada es menor del 0,01%. Un pequeño porcentaje de personas (aproximadamente el 1-3% de los heterosexuales monógamos) puede contraer el virus mediante prácticas sexuales sin protección. Los profesionales del sistema médico corren un mayor riesgo debido a los accidentes por picadas con agujas y por estar expuestos a situaciones inevitables que dan lugar al contacto directo con la sangre de personas infectadas.

Los profesionales del sistema médico tienen un mayor riesgo debido a los accidentes por picadas con agujas y por estar expuestos a situaciones inevitables que dan lugar al contacto directo con la sangre de personas infectadas.

La transmisión perinatal de madres infectadas por el VHC a sus hijos antes o durante el parto es menor del 5%. La posibilidad de que el virus sea o no transmitido depende de si la madre tiene un nivel elevado de virus en la sangre; además, las madres coinfectadas con el VHB o con el VIH tienen más probabilidades de transmitir el VHC a sus bebés. Algunos estudios han revelado que el VHC está presente en la leche materna, pero se cree que la transmisión a través de la lactancia materna es sumamente rara.

En el 10% de los casos no se consigue identificar la vía de transmisión del VHC. El virus de la hepatitis C no puede transmitirse por contactos casuales tales como estornudos, abrazos, toses, ni por compartir utensilios de comida o vasos.

Prevención del VHC

No debe compartir agujas ni ningún otro material para inyectarse drogas, cuchillas de afeitar, cepillos de dientes, cortaúñas, limas de manicura ni ningún otro artículo que contenga sangre. Asegúrese de que los instrumentos que se utilicen para realizar tatuajes, perforaciones del cuerpo o acupuntura están bien esterilizados; actualmente, la mayor parte de los profesionales utilizan jeringas desechables. Es preciso cubrir todos los cortes y heridas

Aunque la transmisión sexual parece presentar pocos riesgos, puede reducirse el riesgo practicando el sexo con protección, es decir, mediante preservativos y otras barreras. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE.UU., si se sostiene una relación estable y monógama no es necesario cambiar las prácticas sexuales, aunque los dos miembros de la pareja deben discutir las opciones disponibles para protegerse si uno de ellos está preocupado por el tema de la transmisión. Si la mujer tiene el VHC, se recomienda evitar las relaciones sexuales durante la menstruación. Una higiene dental adecuada puede prevenir el sangrado de las encías, que constituye otra posible vía de transmisión.

Si ya tiene el virus, debe comunicárselo a su médico, al dentista y a todos los profesionales de la salud. Los profesionales de la salud deben seguir las normas universales de precaución cuando manejen productos sanguíneos. Si usted es una mujer con el VHC, consulte con su médico si está considerando quedarse embarazada.

Sección III: Progresión de la Enfermedad por el VHC

Después de la exposición al virus, el período de incubación oscila entre 2 y 26 semanas. La fase inicial de la enfermedad por el VHC se denomina infección aguda. La infección aguda normalmente remite al cabo de 2-12 semanas. Sin embargo, hasta el 80-85% de las personas inicialmente infectadas por el VHC no eliminan el virus de su organismo y quedan crónicamente infectadas. Casi todos los afectados por el VHC crónico están libres de síntomas y llevan una vida relativamente normal. Pero en el 10-25% de las personas, la enfermedad sigue progresando en el curso de 10-40 años. La infección crónica por el VHC puede producir daños hepáticos, desarrollo de tejido fibroso en el hígado (fibrosis), depósitos de grasa en el hígado (esteatosis), cicatrices hepáticas (cirrosis) e incluso cáncer de hígado. En los casos graves, puede ser preciso realizar un trasplante de hígado

La cirrosis es un proceso por el cual las células hepáticas resultan dañadas o eliminadas y se ven reemplazadas por tejido cicatrizado. La formación de grandes tejidos cicatrizados impide que la sangre fluya a través del hígado, ocasionando la destrucción de más células hepáticas y la pérdida de la función hepática.

En la cirrosis compensada, el hígado presenta muchas cicatrices pero puede realizar casi todas sus funciones, y los pacientes muestran pocos o ningún síntoma.

En la cirrosis descompensada, el hígado tiene demasiadas cicatrices y deja de funcionar. Los pacientes con cirrosis descompensada desarrollan a menudo complicaciones tales como varices (vasos sanguíneos estirados y debilitados) en el esófago y el estómago, hemorragias internas, ascitis (acumulación de fluidos) y otras enfermedades potencialmente mortales. También pueden experimentar confusión mental de carácter reversible.

El cáncer de hígado normalmente se desarrolla en las etapas más avanzadas de la infección por el VHC, después de 25 ó 30 años. El tipo de cáncer asociado al VHC se denomina carcinoma hepatocelular primario (CHC).

Sección IV: Síntomas del VHC

Muchas personas sienten pocos o ningún síntoma durante la fase aguda de la infección por el VHC. Casi todos los afectados por el VHC crónico también están libres de síntomas y llevan una vida relativamente normal. Sin embargo, otras personas experimentan síntomas leves semejantes a los de la gripe, tales como náuseas, fatiga, fiebre, dolor de cabeza, pérdida de apetito, dolor abdominal y dolores musculares o articulatorios. Algunas personas llegan a sentir síntomas más intensos similares a los de una gripe fuerte, acompañados de ictericia (que se manifiesta con un color amarillento en la piel y el blanco de los ojos) y oscurecimiento de la orina. Con el paso del tiempo (a menudo después de muchos años o incluso décadas), los afectados por el VHC crónico pueden desarrollar una diversidad de síntomas que indican daños hepáticos. El VHC crónico está asociado también a una amplia variedad de enfermedades posiblemente relacionadas con el virus.

Síntomas Relatados por los Pacientes con el VHC

Hepatitis C Aguda
- Síntomas similares a los de la gripe
- Inflamación abdominal
- Náuseas
- Fatiga (de leve a intensa)
- Dolor abdominal
- Vómitos
- Pérdida de apetito (anorexia)
- Fiebre
- Sudores nocturnos
- Diarrea
- Ictericia
- Indigestión
- Dolores musculares o articulatorios
- Dolores de cabeza

Hepatitis C Crónica
- Fatiga (de leve a intensa)
- Aturdimiento
- Cambios de humor
- Pérdida de apetito (anorexia)
- Náuseas
- Indigestión
- Dolores musculares o articulatorios
- Dolor abdominal
- Fiebre
- Dolores de cabeza
- Depresión

Hepatitis C Crónica
en Etapas Avanzadas con Cirrosis
- Fatiga (de leve a intensa)
- Fiebre
- Náuseas
- Pérdida de apetito (anorexia)
- Vómitos
- Micción frecuente
- Ictericia
- Indigestión
- Dolores de cabeza
- Dolores musculares o articulatorios
- Dolor abdominal
- Inflamación abdominal
- Depresión
- Cambios de humor
- Disfunción cognitiva
- Falta de concentración
- Confusión mental
- Sensación de mareo
- Problemas de visión periférica
- Retención de líquidos

Enfermedades Relacionadas con el VHC

Hay muchas enfermedades que se han asociado al VHC. Algunas de ellas son autoinmunitarias, es decir, el propio sistema inmunitario ataca a los tejidos del cuerpo. Entre las afecciones que se han observado en personas con el VHC crónico destaca el síndrome de Sjogren (caracterizado por sequedad de los ojos y la boca), enfermedades renales tales como la glomerulonefritis, problemas cardíacos y circulatorios como la trombosis, y afecciones cutáneas como el liquen plano (caracterizado por lesiones o bultos de color blanco) y la porfiria cutánea tardía (caracterizada por un sarpullido sensible a la exposición solar). Otras dolencias relacionadas con el virus son ciertos tipos de artritis (inflamación de las articulaciones), artralgia (dolor en las articulaciones), enfermedad tiroidea, vasculitis (lesiones en los vasos sanguíneos), y crioglobulinemia (niveles elevados de una proteína de la sangre que se deposita en los riñones, en la piel y en las terminaciones nerviosas). Casi todas las afecciones graves aparecen en las últimas etapas de la enfermedad por el VHC, en las cuales el hígado está muy dañado y deja de funcionar adecuadamente. Muchas personas con el VHC nunca experimentan ninguno de estos problemas. Consulte con su médico si siente síntomas fuera de lo común.

Sección V: Diagnóstico del VHC

La realización de la prueba del VHC no es rutinaria, por lo que deberá solicitársela a su médico. Se recomienda utilizar el mismo laboratorio para todas las pruebas, ya que los rangos y la precisión de los resultados pueden variar de un laboratorio a otro. Guarde las copias de los resultados de laboratorio y de la biopsia para futuras consultas. Las pruebas que se explican a continuación pueden ayudar a determinar si existe infección por el VHC y el estado de progresión de la enfermedad.

Pruebas de Anticuerpos al VHC

Pruebas de Carga Viral

Las pruebas de carga viral miden la cantidad de virus que circula por la sangre. La carga viral del VHC se expresa en copias por mililitro de sangre o bien en una unidad de medida estándar denominada Unidades Internacionales. Existen tres tipos de pruebas para medir la carga viral:

-la del ARN del VHC mediante
reacción en cadena de la polimerasa o RCP (por sus siglas en inglés HCV RNA
PCR);
-la del ARN del VHC mediante el análisis de un segmento de ADN (bDNA)
-y la prueba de multiplicación de ADN mediada por transcripción (TMA). La prueba bDNA es la menos cara pero también la menos sensible.

Las pruebas de carga viral se utilizan para confirmar que existe una infección activa, como herramienta de pronóstico de la respuesta al tratamiento médico y, durante el tratamiento, para evaluar el grado de eficacia de la medicación frente al virus. No se ha logrado establecer una correlación entre la carga viral y el estado de salud del hígado.

Pruebas Genotípicas

Las pruebas genotípicas se utilizan para determinar qué tipo de VHC se tiene. Esta información resulta útil para decidir qué medicamentos deben usarse y cuánto debe durar el tratamiento.

Pruebas de Enzimas Hepáticas
/Función Hepática/Bioquímicas

Las pruebas de enzimas hepáticas/función hepática evalúan determinadas funciones del hígado. Lo más común es medir la alanina-aminotransferasa (ALAT, denominada anteriormente SGPT) y la aspartato-aminotransferasa (ASAT, conocida anteriormente como SGOT). La ALAT y la ASAT son enzimas producidas en el hígado que se propagan por la sangre cuando el hígado está dañado. Suelen presentar niveles elevados cuando se padece una infección crónica por el VHC. Muchas personas portadoras del VHC muestran elevaciones ligeras o moderadas de estas enzimas, por lo que éste suele ser el primer indicador de la presencia del virus. Otras medidas son las de la alcalina-fosfatasa (ALK) y las de la gamma-glutamil-transferasa (GGT). Los resultados anormales pueden ser indicativos de cirrosis y bloqueo del tracto biliar, además de otras anomalías. Asimismo, el médico puede comprobar el tiempo de la protrombina (que indica la velocidad de coagulación de la sangre) y los niveles de bilirrubina. La bilirrubina es un pigmento que se detecta a menudo en la sangre de personas con inflamación hepática; la elevación de los niveles de bilirrubina ocasiona ictericia. Muchos factores, tales como la medicación y el consumo de alcohol, pueden producir resultados anormales en los análisis de laboratorio. Antes de extraer sus propias conclusiones debe consultar a un médico.

Biopsias de Hígado

Las biopsias se realizan para evaluar la gravedad de la inflamación, el grado de cicatrización y el estado general de salud del hígado. También pueden servir para decidir cuál es el mejor tratamiento a seguir. El procedimiento más común consiste en anestesiar la piel e insertar con rapidez una aguja larga en el hígado para extraer una muestra de tejido. Mucha gente muestra temor ante este procedimiento, pero es raro que ocasione complicaciones. Si aun así le sigue preocupando, puede pedirle al médico que le administre un tranquilizante suave antes de someterse a la biopsia y un analgésico después del procedimiento.

Sección VI: Opciones de Tratamiento del VHC

Hasta 1998, el único tratamiento aprobado para el VHC era la monoterapia con interferón. Hoy en día, el tratamiento estándar es la politerapia de interferón pegilado más ribavirina. Se han iniciado investigaciones para el desarrollo de medicaciones nuevas y mejores, tales como los inhibidores de la helicasa, los inhibidores de la proteasa y los medicamentos antifibróticos.

Tratamientos Farmacéuticos Aprobados

El interferón, la ribavirina y el interferón pegilado son los únicos medicamentos aprobados por la FDA para el tratamiento de la hepatitis C. El interferón, administrado en inyecciones, es un producto elaborado genéticamente que se basa en una serie de proteínas naturales del sistema inmunológico. El interferón pegilado (PEG) es una formulación de acción prolongada que se inyecta una vez a la semana. Mantiene un nivel más constante de interferón en la sangre y reduce la capacidad de replicación del VHC. La ribavirina es un medicamento antiviral que se toma por vía oral y se utiliza en politerapia con el interferón para tratar la infección por el VHC. La ribavirina por sí sola no es efectiva contra el VHC.

Advertencia sobre la ribavirina

Se ha demostrado que la ribavirina ocasiona defectos congénitos y abortos espontáneos. Las mujeres en edad fértil y sus parejas, así como las parejas femeninas de todos los hombres que tomen ribavirina deben utilizar como mínimo dos métodos anticonceptivos confiables durante el tratamiento y seis meses después del mismo.

Interferón Pegilado más Ribavirina

En este momento, el tratamiento de referencia para tratar la hepatitis C es la politerapia de interferón pegilado más ribavirina.

Cómo Evaluar la Respuesta al Tratamiento

Los pacientes deben ser evaluados con regularidad para controlar los efectos secundarios y asegurarse de que están respondiendo a la terapia. Si no hay respuesta después de tres meses de tratamiento, es poco probable que el virus desaparezca con la continuación de la terapia; muchos médicos recomiendan dejar la medicación pasado dicho plazo. Sin embargo, existen indicios de que el interferón puede reducir las cicatrices e inflamación, y de que mejora la salud del hígado aunque no elimine el virus.

Tratamientos Farmacéuticos en Fase de Investigación

El tratamiento contra el VHC ha mostrado avances impresionantes si tomamos en cuenta que el virus fue identificado hace poco más de una década. Sin embargo, las opciones terapéuticas actuales pueden ocasionar muchos efectos secundarios indeseados y no siempre consiguen resultados eficaces. En el presente se están realizando numerosas investigaciones para el desarrollo de nuevos fármacos más eficientes y que no produzcan los graves efectos secundarios de las medicaciones anti-VHC actuales.

Parece que la politerapia con dos o más fármacos es más eficiente que la monoterapia a la hora de tratar el VHC. Los investigadores están estudiando nuevas fórmulas de ribavirina que sean más eficaces y resulten menos tóxicas. La levovirina y la viramidina son dos fármacos semejantes a la ribavirina en fase de desarrollo. En los estudios con animales, parecen mostrar menos efectos secundarios debido a que actúan directamente sobre el hígado y causan menos daños a los glóbulos rojos.

La amantadina (Symmetrel), un medicamento antiviral utilizado para tratar la influenza A, se ha estudiado en combinación con interferón y ribavirina. Por desgracia, los resultados obtenidos hasta ahora han sido desalentadores, y no se han observado muchas mejoras cuando se añade amantadina.

Entre los medicamentos con perspectivas más alentadoras en los estudios clínicos, se encuentran el hidrocloruro de histamina (Ceplene) y una versión sintética de timosino alfa 1 (Zadaxin), una hormona que estimula los linfocitos T y los linfocitos citolíticos naturales y que parece prometedor en politerapia con el interferón.

También parecen alentadores los inhibidores de la helicasa del VHC, los inhibidores de la proteasa del VHC y los inhibidores de la polimerasa del genoma del ARN del VHC, los cuales podrían ser capaces de bloquear la replicación viral del VHC y se están investigando en la actualidad. En fechas recientes, BILN 206, un novedoso inhibidor de la proteasa serina del VHC, completó la Fase I de los ensayos clínicos y demostró ser un compuesto antiviral contra el VHC seguro y eficaz.

Vacunas contra el VHC

Aunque sí hay vacunas contra el VHA y el VHB, actualmente no existe ninguna vacuna contra el VHC. Las vacunas para el VHC van a ser difíciles de desarrollar debido a los distintos genotipos del virus y a su capacidad de cambiar o mutar durante la infección. Se están haciendo algunos progresos, aunque no se espera contar con una vacuna eficaz en los próximos 5-10 años.

Ensayos Clínicos

El proceso de someter a prueba un nuevo fármaco consiste en determinar su tolerabilidad (ensayos en Fase I), establecer la seguridad y eficacia del fármaco (ensayos en Fase II) y compararlo con los tratamientos estándar (Fase III). Después de conseguir la aprobación del fármaco por parte de la FDA y una vez que el medicamento se lanza al mercado, comienzan a realizarse pruebas para perfeccionar el tratamiento y conseguir la mayor eficacia posible (Fase IV, o ensayos de farmacovigilancia después de la comercialización).

Los ensayos clínicos pueden ser un excelente modo de conseguir medicación gratuita; algunos incluso se hacen cargo de los gastos por consultas médicas y análisis de laboratorio. Sin embargo, cuando se participa en un ensayo clínico, una parte de los participantes no recibe el fármaco nuevo o la dosis más eficaz del mismo. Además, debe leerse toda la información relativa al ensayo clínico y asegurarse de comprender bien las condiciones del mismo.

Sección VII: Consideraciones acerca del Tratamiento

Cómo Predecir la Respuesta al Tratamiento

El cumplimiento de la terapia anti-VHC es un factor esencial a la hora de lograr las tasas de respuesta terapéutica más elevadas. Actualmente, se cree que las personas que tomen al menos un 80% de las dosis recetadas tanto de interferón como de ribavirina durante el 80% del plazo de tratamiento como mínimo son las que tienen más probabilidades de lograr unos resultados eficaces. El tratamiento con interferón o con interferón más ribavirina tiene más posibilidades de eliminar el VHC si los pacientes no tienen el genotipo 1, si tienen una carga viral baja, una duración de la infección más corta, la enfermedad de leve a moderada, si son mujeres y si son más jóvenes.

Después de 12 semanas de tratamiento antiviral, un descenso de 2 logocopias en la carga viral o la eliminación del VHC son factores pronósticos de eficacia al final del tratamiento. Estas pautas pueden emplearse para ayudar a ajustar o detener el tratamiento si éste no está funcionando. Sin embargo, algunos médicos creen que debe continuarse la terapia porque ciertos pacientes siguen respondiendo al tratamiento o muestran una mejora de la salud del hígado aun cuando la carga viral siga siendo detectable o no descienda a los niveles deseados.

Tratamiento de los Efectos Secundarios

Los efectos secundarios más frecuentes de interferón con ribavirina son síntomas semejantes a los de la gripe, dolores musculares y articulatorios, náuseas, cefaleas, fatiga, pérdida de apetito, sequedad cutánea, ansiedad, depresión e insomnio. Algunos síntomas físicos pueden reducirse con ibuprofeno o con paracetamol en dosis bajas (2 gramos al día o menos). Las dosis elevadas de paracetamol resultan tóxicas para el hígado. Los pacientes que experimenten ansiedad, irritabilidad o depresión pueden aliviar estos síntomas con tranquilizantes suaves o antidepresivos. Consulte con su médico antes de tomar ninguno de estos medicamentos.

Es necesario beber toda el agua posible para ayudar a reducir la intensidad de los efectos secundarios. El hábito de comer pequeñas cantidades con frecuencia en lugar de comidas pesadas espaciadas entre sí puede disminuir los problemas gastrointestinales. El ejercicio regular también parece ayudar a aliviar otros efectos secundarios como la fatiga, asociada al tratamiento con interferón. Hidrate su piel cada día para prevenir la sequedad cutánea. Elija puntos de inyección diferentes para evitar la inflamación o las erupciones cutáneas. En algunas personas, los efectos secundarios de carácter físico son peores al iniciar el tratamiento y van disminuyendo con el tiempo.

El motivo más común para interrumpir la terapia antiviral es la aparición de anemia (escasez de glóbulos rojos en la sangre), trombocitopenia (descenso de los niveles de plaquetas) y neutropenia (escasez de glóbulos blancos). Entre los medicamentos que se utilizan para controlar estas enfermedades destaca la eritropoyetina (para la anemia), el GM-CSF (factor estimulante de colonias de granulocitos macrófagos, para la escasez de glóbulos blancos) y el IL-2 (interleucina 2, para la escasez de plaquetas). Un nivel bajo de plaquetas puede ser indicativo de cirrosis, por lo que debe tenerse precaución durante el tratamiento.

Algunos pacientes pueden desarrollar una disfunción tiroidea mientras toman el tratamiento de interferón. La función tiroidea debe ser controlada de cerca antes de iniciar el tratamiento y cada tres meses durante el mismo. En muchas personas, la función tiroidea vuelve a la normalidad una vez suspendida la terapia, pero algunos pacientes desarrollan problemas tiroideos irreversibles que exigen medicación continua.

Sección VIII: Cómo Afrontar el VHC

La hepatitis C puede ser una enfermedad difícil de tratar. El estilo de vida representa un papel integral en el tratamiento de la enfermedad por el VHC y la actitud ante la misma. Es fundamental seguir una dieta adecuada, practicar ejercicio y aprender a afrontar el estrés para mantener un buen estado de salud. Muchos médicos no tienen la formación necesaria sobre el VHC, por lo que es posible que el paciente deba encargarse de educar tanto a los profesionales de la medicina convencional como a los de la medicina alternativa. Si tiene un médico de atención primaria, sería conveniente que le hiciera algunas preguntas para averiguar su nivel de conocimiento acerca del VHC. Es muy importante tener un médico que además de conocer la enfermedad sea comprensivo con las personas que padecen hepatitis C. Si no se siente cómodo/a con su médico, busque otro; hable con sus familiares y amigos para que le recomienden un buen médico. Después de recibir el diagnóstico de VHC, el médico de familia o atención primaria debe remitirle a un especialista. Por lo general, los pacientes son enviados a un gastroenterólogo (especialista en enfermedades digestivas) o a un hepatólogo (especialista en enfermedades del hígado).

Vacunas contra el VHA y el VHB

Se recomienda encarecidamente a las personas con el VHC que se vacunen contra el VHA y el VHB si todavía no están inmunizadas. Se han constatado infecciones graves por el VHA y el VHB en personas coinfectadas con el VHC. La vacuna frente a la hepatitis A consta de dos dosis administradas en un período de seis meses, y la hepatitis B requiere tres dosis en un plazo de seis meses. Ambas vacunas están elaboradas con virus inactivos y se consideran seguras y eficaces. La FDA aprovó una vacuna mixta contra el VHA/VHB en mayo de 2002.

Nutrición

Dado que el hígado convierte y desintoxica todo lo que comemos y bebemos, es esencial seguir una dieta saludable y equilibrada. En general, se recomienda una dieta que siga las pautas generales de salud nutricional indicadas en la Pirámide de Alimentación. Dicha dieta es baja en grasas y en sal, rica en carbohidratos complejos y contiene las suficientes proteínas.

En el pasado, la modificación de la dieta se consideraba una parte importante del tratamiento del VHC. Hoy en día se concede menos importancia a este aspecto. Sin embargo, evitar ciertos alimentos puede reducir el esfuerzo de asimilación y desintoxicación del hígado, y puede mejorar el estado general de salud del mismo. Los alimentos procesados contienen a menudo aditivos químicos, por lo que se recomienda reducir el consumo de alimentos enlatados, congelados y en conserva. Las frutas y verduras de cultivo biológico evitan los pesticidas y fertilizantes que se utilizan en la agricultura no biológica. Lea todas las etiquetas para familiarizarse con los ingredientes.

Las proteínas derivadas de las aves, el pescado y los vegetales son las más beneficiosas. Algunos médicos recomiendan a todas las personas con cualquier enfermedad hepática que no consuman mariscos crudos o poco cocinados (incluso si son inmunes a la hepatitis A). A menudo se recomienda a las personas con el VHC que eviten los alimentos ricos en grasas, sal o azúcar. La cafeína es una sustancia química que debe ser procesada por el hígado, por lo que se recomienda limitar su consumo reduciendo la cantidad de café, té y bebidas gaseosas. Dado que el chocolate tiene un elevado contenido en grasas (y en algunos tipos, también en cafeína), debe consumirse con moderación. Algunas personas con hepatitis C no pueden tolerar los productos lácteos. Si ese es su caso, puede tomar sustitutos de la leche tales como leche de soja o de arroz.

Una dieta bien equilibrada debería contener todas las vitaminas esenciales necesarias, pero algunas personas toman además suplementos vitamínicos. Los suplementos de megavitaminas pueden ser perjudiciales para el hígado. Debe evitarse el consumo elevado de vitaminas A y D; la vitamina A puede ser muy tóxica para el hígado. Si es necesario tomar suplementos de vitaminas y minerales, se recomienda tomarlos sin hierro y en dosis bajas.

Las personas con el VHC deben consultar a un nutricionista o dietista titulado para recibir las indicaciones dietéticas más adecuadas en cada caso. No inicie ninguna dieta no convencional sin consultar previamente con un profesional de la salud. Asimismo, asegúrese de informar a su doctor sobre las vitaminas que esté tomando.

Toxinas

Todos los que respiramos o absorbemos por la piel debe ser filtrado por el hígado. Los humos tóxicos procedentes de los disolventes de pintura, pesticidas y nebulizadores en aerosol pueden dañar el hígado y deben evitarse.

Alcohol y Drogas

Muchos estudios han revelado que el abuso del alcohol puede acelerar en gran medida la progresión de la enfermedad. De hecho, un estudio reciente ha mostrado que el 58% de un grupo de bebedores con el VHC (que tomaban más de cinco copas al día) desarrollaron cirrosis, en contraste con tan sólo el 10% del grupo de no bebedores infectados con el VHC. Todavía no se sabe si el consumo ligero o moderado de alcohol es dañino para el hígado, pero la mayor parte de los expertos recomiendan evitar el alcohol a las personas con el VHC. Muchas drogas y fármacos (ya sean con receta, sin receta o recreativas) deben ser procesadas por el hígado. Las personas con el VHC deben evitar el consumo de drogas recreativas y de tabaco. Consulte con su médico antes de tomar fármacos con o sin receta. También se ha demostrado que determinados tratamientos de plantas medicinales causan daños al hígado.

Bienestar General

-Cómo afrontar el estrés

El control del estrés es un factor esencial para afrontar con éxito la enfermedad por el VHC. Resulta muy estresante vivir con una enfermedad crónica. Muchas personas experimentan "˜recaídas’ (intensificación de los síntomas) después de sufrir episodios de estrés. El ejercicio, la meditación y una planificación adecuada del tiempo pueden ayudar a reducir el estrés. Trate de mantener una perspectiva realista sobre su salud, así como una actitud positiva ante su situación. La aceptación de la gravedad de una enfermedad hepática es una parte importante de esta perspectiva realista.

-Actitud ante la fatiga

La fatiga y el menor nivel de energía son problemas comunes en las personas afectadas por el VHC. Respete sus propias limitaciones y no fuerce su capacidad. Cuando planifique sus actividades, tómese su tiempo para relajarse y dormir la siesta. Recuerde que su salud es lo más importante; aprenda a decir no a los familiares y amigos que tienen expectativas poco realistas en cuanto a su nivel de energía.

-Planificación del tiempo

Planifique las actividades con antelación y trate de organizar horarios realistas tanto para el trabajo como para la diversión. Es útil anotar los planes en una agenda para recordarlos. Consúltela con regularidad cuando haga citas y otros planes cotidianos. No olvide dedicar tiempo también a actividades relajantes.

-Meditación

La meditación puede ser una herramienta muy útil para afrontar el VHC o cualquier otra enfermedad crónica. Es muy sencilla de practicar y fácil de aprender. La meditación puede reducir el estrés y ayudarle a mantener una actitud sana ante la vida en general.

-Ejercicio

El ejercicio moderado es muy recomendable cuando no se está pasando por una fase aguda de la enfermedad. El ejercicio puede ayudar a reducir el estrés y es importante para mantener un buen estado de salud. Sin embargo, el exceso de ejercicio puede dar lugar a una "˜recaída’. Participe en ejercicios de bajo impacto, tales como caminar y nadar, y vaya aumentando su nivel de actividad hasta conseguir el rendimiento deseado. Consulte siempre con su médico antes de iniciar un programa de ejercicios.

Grupos de Apoyo

Muchas personas con el VHC se sienten aisladas y encuentran difícil enfrentarse a los efectos de vivir con una enfermedad crónica. Los grupos de apoyo pueden ofrecer un espacio seguro para discutir los aspectos emocionales relacionados con el VHC.

Además, la información que se comparte con personas en situaciones similares puede ayudar a tomar decisiones sobre muchos aspectos que afectan a las personas con el VHC. Es muy recomendable unirse a un grupo de apoyo mientras se sigue tratamiento para el VHC.

Internet

La red contiene una cantidad ingente de información tanto buena como mala. Compruebe siempre las fuentes de la información que encuentre. Consulte las fechas y la bibliografía. Cuestione cualquier información que le parezca errónea, consulte siempre con su médico.

Sección IX: Coinfecciones con el VHC

La Coinfección consiste en una infección con dos o más patógenos. El VHC, el VHB y el VIH se transmiten de forma parecida, y algunas personas están infectadas con dos de estos virus e incluso con los tres.

Coinfección con el VIH/VHC

La coinfección con el VHC/VIH se está convirtiendo en un creciente problema de salud pública. Hasta una tercera parte de los estadounidenses portadores del VIH tienen también el VHC (aunque las tasas de coinfección son mucho más elevadas entre ciertos grupos de población como los consumidores de drogas intravenosas), y cerca del 10% de los afectados por el VHC también son portadores del VIH. El Servicio de Salud Pública de los EE.UU. recomienda que todas las personas con el VIH tomen la prueba del VHC.

Casi todos los estudios coinciden en que la infección con el VIH produce formas más agresivas de hepatitis C y un riesgo más elevado de daños hepáticos. Lo que resulta menos claro es en qué medida influye el VHC sobre la enfermedad por el VIH. El VHC no parece empeorar la progresión de la enfermedad por el VIH, pero es posible que altere el restablecimiento del sistema inmunitario después de empezar la terapia anti-VIH. La mayor parte de las personas coinfectadas con el VHC y el VIH responden favorablemente al tratamiento para ambas afecciones. La última declaración de consenso sobre la hepatitis C divulgada por los Institutos Estadounidenses de la Salud recomiendan tratar el VHC a todos los pacientes con el VHC y el VIH.

Fundamentos del VIH

El VIH (virus de inmunodeficiencia adquirida) es un retrovirus asociado al SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). Afecta principalmente a unos glóbulos blancos del sistema inmunológico denominados linfocitos T CD4. A medida que los linfocitos CD4 se van destruyendo, la función inmunitaria va deteriorándose, y el organismo va perdiendo su capacidad para combatir las infecciones y el cáncer. El VIH es una enfermedad hemática que se transmite mediante sangre, semen y secreciones vaginales infectados. El VIH tiene mucha más facilidad que el VHC para transmitirse por vía sexual o de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia; además, el hecho de tener el VIH aumenta el riesgo de contagio sexual o perinatal del VHC.

Para detectar los anticuerpos al VIH se utilizan dos pruebas de anticuerpos: la ELISA y la Western Blot. Las pruebas de carga viral"”PCR o reacción en cadena de la polimerasa y bDNA o segmento de ADN"”miden la cantidad de ARN del VIH (material genético) que circula por la sangre. El recuento de linfocitos CD4 se emplea para evaluar la salud del sistema inmunitario. Si la concentración de CD4 desciende por debajo de 200 linfocitos /mm3, se establece un diagnóstico de SIDA y la persona afectada es más propensa a sufrir enfermedades oportunistas.

El momento en que se debe iniciar el tratamiento anti-VIH es un tema controvertido. Las últimas pautas federales sugieren comenzar el tratamiento anti-VIH cuando el número de linfocitos CD4 cae por debajo de 350 linfocitos/mm3 y la carga viral supera las 55.000 copias/ml. El tratamiento estándar para el VIH es una politerapia de tres fármacos antirretrovirales como mínimo (consulte la tabla); el empleo de varios medicamentos ayuda a prevenir la farmacorresistencia. Los fármacos anti-VIH ocasionan muchos efectos secundarios, como diarrea, escasez de hematíes, anomalías en la distribución de la grasa corporal (lipodistrofia) y elevación de los lípidos en la sangre.

Tratamiento del VIH en los Pacientes con el VHC

Aunque la coinfección puede complicar el tratamiento, casi todos los portadores del VHC pueden responder favorablemente al tratamiento contra el VIH. Muchos medicamentos anti-VIH se metabolizan en el hígado y pueden provocar reacciones hepáticas adversas (hepatotoxicidad); el ritonavir y la nevirapina parecen ser los más nocivos. Las personas que ya tienen daños hepáticos a consecuencia de la hepatitis crónica son más proclives a sufrir hepatotoxicidad, por lo que deberían controlar su concentración de enzimas hepáticas con regularidad. En muchos casos, los niveles de enzimas hepáticas se estabilizan con el tiempo, pero en ocasiones es preciso reducir las dosis o reemplazar algunos medicamentos por otros que no perjudiquen tanto al hígado.

Tratamiento del VHC en los Pacientes con el VIH

Muchas personas con hepatitis C"”estén coinfectadas o no"”no necesitan tratamiento anti-VHC. En general, las pautas normales de tratamiento del VHC pueden seguirse también en los casos de coinfección. Sin embargo, no se consideran buenas candidatas a las personas VIH positivas con menos de 200 linfocitos CD4/mm3 o con alguna enfermedad oportunista concurrente. Los médicos suelen recomendar que se controle el VIH antes de comenzar el tratamiento anti-VHC. No obstante, en ciertos casos se puede tratar primero el VHC cuando la enfermedad por el VIH está en las etapas iniciales para tolerar mejor los fármacos anti-VIH posteriormente.

La mayor parte de las personas coinfectadas deben tratarse con interferón más ribavirina. Los estudios muestran que el interferón pegilado es más eficaz que el interferón estándar. Las tasas de respuesta virológica sostenida tienden a ser más bajas en la población coinfectada, pero las investigaciones más recientes sugieren que si la enfermedad por el VIH está bien controlada en este grupo, el tratamiento puede resultar tan eficaz como en la población con el VHC solo. Los medicamentos anti-VHC y algunos fármacos anti-VIH pueden interactuar y agravar los efectos secundarios, como la escasez de hematíes y la toxicidad mitocondrial, cuando se utilizan conjuntamente. Si se recibe tratamiento para el VIH y el VHC al mismo tiempo, será preciso hacerse pruebas de control con regularidad.

Coinfección con el VHC/VHB

Al igual que la hepatitis C, la hepatitis B puede provocar graves graves daños en el hígado, e incluso cirrosis y cáncer. No se comprende bien cómo funciona la coinfección con el VHB/VHB, y las investigaciones sobre el modo en que interactúan ambos virus están en sus inicios. Los estudios hasta la fecha indican que esta coinfección puede causar daños hepáticos más graves que la infección con el VHC o el VHB solos. La población coinfectada con el VHB/VHC corre un riesgo más elevado de cáncer hepático y hepatitis fulminante, una grave inflamación aguda que puede ocasionar lesiones hepáticas con rapidez y resultar mortal. Algunos estudios sugieren que incluso cuando una persona se ha recuperado de la hepatitis B, puede correr un mayor riesgo de sufrir cirrosis y cáncer hepático si posteriormente se infecta con el VHC. Dado que la coinfección puede agravar la enfermedad hepática, las personas con el VHC deben pedir al médico la vacuna contra la hepatitis A y la hepatitis B.

X: Conclusión

La hepatitis C crónica es una enfermedad del hígado que puede ocasionar graves consecuencias. Es importante recordar que muchas personas no experimentan síntomas ni progresión de la enfermedad. Y además, las personas que experimentan progresión de la enfermedad pueden permanecer asintomáticas durante décadas. Sin embargo, algunos pacientes sí llegan a desarrollar una enfermedad hepática grave que puede provocar insuficiencia hepática e incluso la muerte. Actualmente se están ensayando nuevos tratamientos para el VHC, y se cree que en un plazo de cinco años aparecerán opciones de tratamiento más eficaces. Asimismo, los cambios en el estilo de vida, tales como una buena nutrición, el ejercicio y el control del estrés pueden ayudarle a aliviar los efectos secundarios y a frenar la progresión de la enfermedad.

Esperamos que esta información le haya ayudado a comprender cómo funciona el virus de la hepatitis C y cómo puede afectar a su salud física y emocional. Agradecemos todas las sugerencias o ideas que desee aportar para mejorar este folleto.

Sección X: Glosario

AGUDA el episodio inicial de una enfermedad, rápido y de corta duración. Contrasta con crónica.

ALAT (anteriormente conocida como SGPT) abreviatura de alanina-aminotransferasa. La ALAT es una enzima producida en el interior de las células hepáticas. En personas con la infección por el VHC, los niveles de esta enzima resultan elevados con frecuencia, debido a la ruptura de las membranas de las células hepáticas a consecuencia de la inflamación. La concentración sérica de ALAT se determina con un análisis de sangre normal.

ALOPECIA caída del cabello.

ANEMIA escasez de glóbulos rojos o menor capacidad de la sangre para transportar el oxígeno. Existen varios tipos de anemia, todas debidas a diferentes motivos. Sus síntomas son fatiga, debilidad, palidez y dificultad para respirar.

ANTICUERPO proteína producida por el sistema inmunitario cuando una sustancia extraña se introduce en el cuerpo. La presencia de anticuerpos es indicativa de una infección pasada o posiblemente actual. Un resultado positivo a la prueba de anticuerpos frente al VHC debe ser respaldado por otros análisis de laboratorio para confirmar el diagnóstico. La prueba de anticuerpos por sí sola no es suficiente para hacer el diagnóstico de infección por el VHC.

ARN del VHC material genético del virus de la hepatitis C. El VHC es un virus de ácido ribunocleico (ARN) de una sola hebra.

ARTRALGIA dolor en las articulaciones.

ASAT (anteriormente conocida como SGOT) abreviatura de aspartato-aminotransferasa. La ASAT es una enzima producida en el hígado. Cuando las células hepáticas sufren daños, se la ASAT se propaga por la sangre. La elevación de los niveles de ASAT puede indicar enfermedad hepática, pero también se ha observado en personas con daños musculares.

ATURDIMIENTO confusión mental, pérdida de memoria o falta de viveza en las reacciones. No debe confundirse con la encefalopatía.

BID que se toma dos veces al día.

BILIRRUBINA pigmento amarillento segregado cuando los glóbulos rojos se descomponen. Normalmente, la bilirrubina es procesada y excretada por el hígado. Una elevación del nivel de bilirrubina en la sangre (hiperbilirrubinemia) indica la existencia de daño hepático, y puede provocar ictericia (que se manifiesta con color amarillento en la piel y el blanco de los ojos), aclaración de las heces y oscurecimiento de la orina.

BIOPSIA procedimiento en el que se extrae una muestra de células o tejido para examinarla en un laboratorio. En el VHC, las biopsias de hígado se utilizan para evaluar la salud del mismo.

CARCINOMA HEPATOCELULAR (CHC) tipo de cáncer hepático primario observado en algunas personas con daños hepáticos de larga duración y derivado de la hepatitis C o B crónica.

CARGA VIRAL la cantidad de virus (es decir, el nivel de ARN del VHC) que puede medirse en la sangre.

CIRROSIS tipo de lesión en el cual las células hepáticas normales se ven reemplazadas por tejido cicatrizado. En la cirrosis compensada, el hígado está dañado pero conserva su función. En la cirrosis descompensada, la función del hígado se altera gravemente y el tejido cicatrizado obstaculiza el flujo de sangre a través del hígado, ocasionando hemorragias, varices, ascitis y otros síntomas.

CITOPENIA escasez de hematíes.

COINFECCIÓN infección concurrente con más de un patógeno (p.ej., el VHC y el VIH).

CON RESPUESTA SOSTENIDA califica a una persona que mantiene una respuesta de larga duración al tratamiento. En el VHC, describe a una persona que tiene una respuesta positiva al tratamiento durante un largo período (el objetivo es lograr un nivel normal de ALAT y la desaparición del ARN del VHC) y que persiste cuando deja de tomar la terapia (el intervalo de tiempo aceptado es de seis meses).

CRÓNICA enfermedad de larga duración o persistente. Contrasta con aguda.

CUALITATIVO relativo a la cualidad de algo o expresado en términos de cualidad. Una prueba cualitativa de carga viral determina la presencia de un virus.

CUANTITATIVO relativo a la cantidad de algo o expresado en términos de cantidad. Una prueba cuantitativa de carga viral determina la cantidad de material genético de un virus.

CUASIESPECIES variaciones genéticas individuales del VHC. Dentro de un solo genotipo puede haber múltiples cuasiespecies.

DE TRANSMISIÓN HEMÁTICA (PATÓGENO) patógeno que se contagia mediante contacto directo de sangre a sangre; por ejemplo, cuando se comparten jeringas contaminadas o a través de transfusiones de sangre.

EDEMA inflamación causada por la acumulación de líquido en los tejidos orgánicos.

EFECTO SECUNDARIO reacción indeseada o efecto secundario derivado del tratamiento.

EFICACIA efectividad; capacidad para lograr un efecto deseado.

ENCEFALOPATÍA enfermedad que afecta al cerebro. La encefalopatía hepática, asociada a la cirrosis hepática avanzada, se caracteriza por reducción de la función cognitiva, confusión y pérdida de memoria.

ESTEATOSIS acumulación de grasa en el hígado.

EXTRAHEPÁTICO fuera del hígado.

FDA abreviatura de Food and Drug Administration, el Ministerio de Sanidad y Consumo de los EE.UU. Esta agencia federal del gobierno estadounidense desempeña muchas funciones, entre otras la responsabilidad de conceder o denegar la aprobación de fármacos destinados a la venta al público.

FIBROSIS (adjetivo FIBRÓTICO) lesión hepática que se manifiesta con el desarrollo de tejido fibroso cicatrizado.

GENOTIPO variación genética de la estructura del VHC. Existen seis grupos principales de genotipos, designados con los números 1 al 6. También existen muchos subtipos, como 1a, 2a, etc. En los EE.UU. el genotipo 1 es el predominante (lo tiene alrededor del 70-75% de la población infectada).

GLÁNDULA TIROIDEA órgano situado en la base del cuello que produce tiroxina y otras hormonas encargadas de regular el metabolismo.

HEPÁTICO relativo al hígado.

HEPATITIS inflamación del hígado. La hepatitis puede producirse por distintas causas, tales como virus, toxinas ambientales y por abuso del alcohol.

HEPATITIS ACTIVA CRÓNICA enfermedad en la que el VHC continúa multiplicándose e infectando nuevas células pasados seis meses de la infección con el VHC.

HEPATITIS AGUDA la fase inicial de la hepatitis viral después de la infección. En el VHC, la hepatitis aguda abarca los seis primeros meses de infección.

HEPATITIS FULMINANTE una forma de hepatitis muy grave y potencialmente mortal.

HEPATOLOGÍA (también HEPATÓLOGO) especialidad médica que se ocupa del hígado; los hepatólogos tratan las enfermedades hepáticas.

HEPATOTOXICIDAD (adjetivo HEPATOTÓXICO) toxicidad o envenenamiento que afecta al hígado.

HÍGADO órgano de gran tamaño situado en la parte superior derecha del abdomen que desempeña un importante papel en el metabolismo de los azúcares y las grasas, sintetiza varias proteínas y filtra las toxinas de la sangre.

HISTOLÓGICO relativo a los tejidos del cuerpo. En el VHC, mejora histológica significa mejora del tejido hepático, por una reducción de la inflamación o de la fibrosis, cuando se comparan las biopsias previas al tratamiento con las que se toman seis meses después de iniciar la terapia anti-VHC.

ICTERICIA color amarillento en la piel y el blanco de los ojos debido a la elevación de la bilirrubina en la sangre. La ictericia a menudo es un signo de lesiones hepáticas o enfermedades de la vesícula biliar.

INTERFERÓN (IFN) proteína natural producida por el sistema inmunitario. El interferón interfiere en la replicación viral. Varias compañías farmacéuticas han desarrollado productos de ingeniería genética basados en esta proteína natural, los cuales han sido aprobados para el tratamiento de la infección crónica por el VHC.

INTERFERÓN PEGILADO (PEG-INTRON, PEGASYS) forma de interferón con una larga semivida en el cuerpo que puede inyectarse con menos frecuencia (una vez a la semana). El interferón pegilado está aprobado para el tratamiento del VHC. Véase también interferón estándar.

LOGOCOPIA medida basada en la escala logarítmica que especifica las cantidades en factores de diez. Un cambio en una logocopia es un aumento o descenso exponencial, o de diez veces (p.ej., un aumento de 10 a 100 es un incremento de 1 logocopia; un cambio de 1.000.000 a 10.000 es un descenso de 2 logocopias). En ocasiones, la carga viral se expresa en logocopias.

MALESTAR sensación generalizada de enfermedad e incomodidad, sensación gripal.

MIALGIA dolor en los músculos.

MONOTERAPIA empleo de un solo fármaco como tratamiento. La monoterapia habitual para la infección por el VHC crónico es el interferón.

NEUTRÓFILO el tipo de glóbulo blanco del sistema inmunitario más común. Los neutrófilos son fagocitos que rodean y destruyen a los organismos invasores, tales como bacterias y hongos.

NEUTROPENIA escasez anormal de neutrófilos que provoca una mayor susceptibilidad ante las infecciones.

NO RESPONDE calificación para una persona que no muestra una mejoría suficiente mientras toma el tratamiento. En el VHC, una persona que no responde es aquella cuyo ARN del VHC no desaparece.

NUEVO FÁRMACO EN FASE DE INVESTIGACIÓN medicamento que la FDA permite utilizar en los estudios clínicos con seres humanos para obtener información destinada a su evaluación, normalmente encaminada a comercializarlo ante el público.

PERCUTÁNEO a través de la piel.

PERÍODO DE INCUBACIÓN el plazo de tiempo que va desde la exposición inicial a un microorganismo infeccioso hasta el desarrollo de síntomas de la enfermedad.

PERÍODO DE VENTANA O ESPERA el plazo de tiempo que abarca desde la exposición a un microorganismo hasta la producción de anticuerpos suficientes para ser detectados en una prueba.

PLAQUETA véase trombocito.

POLITERAPIA empleo conjunto de dos o más fármacos usados para mejorar la eficacia del tratamiento. Cuando se aplica al tratamiento para el VHC, este término suele referirse al empleo de interferón más ribavirina.

PRURITO (adjetivo PRURÍTICO) picazón.

QUE RESPONDE-RECURRENTE (o RECURRENTE) persona que en principio responde bien a un tratamiento pero que después experimenta una recidiva. En la infección crónica por el VHC, describe a una persona que al principio tiene una respuesta positiva al tratamiento (nivel normal de ALAT y desaparición del ARN del VHC) pero que no mantiene esa respuesta cuando deja de tomar la terapia.

REBROTE regreso a una carga viral detectable en una persona que había alcanzado anteriormente una respuesta virológica durante el tratamiento.

RECAÍDA empeoramiento súbito de los síntomas de una enfermedad.

RECIDIVA recurrencia de los síntomas de una enfermedad después de un período de mejoría. En el VHC, la recidiva puede referirse a un incremento de la carga viral después de haber sido suprimido por el tratamiento antiviral.

REPLICACIÓN VIRAL capacidad de un virus de reproducir copias de sí mismo.

RESPUESTA AL FINAL DEL TRATAMIENTO desaparición de ARN del VHC detectable en la sangre al finalizar un ciclo de tratamiento.

RESPUESTA AL TRATAMIENTO el modo en que responde una enfermedad al tratamiento farmacológico. El término puede referirse a una respuesta biológica, histológica o virológica.

RESPUESTA AUTOINMUNITARIA (AUTOINMUNIDAD) afección por la que el propio sistema inmunitario produce anticuerpos que atacan a los tejidos del cuerpo. Varias de las dolencias asociadas a la hepatitis C en fase avanzada parecen tener un componente autoinmunitario.

RESPUESTA BIOQUÍMICA el modo en que responde la ALAT presente en suero al tratamiento. Cuando la concentración de ALAT en suero vuelve al nivel normal después del tratamiento anti-VHC, se considera que ha habido una respuesta bioquímica.

RESPUESTA VIROLÓGICA el modo en que responde la carga viral de una persona al tratamiento. En el VHC, cuando el ARN del VHC alcanza un nivel indetectable después del tratamiento para el VHC, se considera que ha habido una respuesta virológica. Si el ARN del VHC sigue siendo negativo pasados seis meses, se utiliza el término respuesta virológica sostenida (RVS).

RESPUESTA VIROLÓGICA SOSTENIDA (RVS) véase respuesta virológica.

RIBAVIRINA (REBETOL, COPEGUS) medicamento antiviral que se utiliza en politerapia con el interferón para tratar la infección crónica por el VHC.

SIN EXPERIENCIA DE TRATAMIENTO persona que no ha recibido tratamiento previo para una determinada enfermedad.

SUBCUTÁNEO por debajo de la piel; normalmente se refiere a un fármaco inyectado bajo la piel.

TRANSMISIÓN PERINATAL (TRANSMISIÓN VERTICAL) contagio de la madre al feto o al recién nacido. La transmisión vertical puede producirse en el útero, durante el parto o después del parto (a través de la lactancia materna).

TROMBOCITO (PLAQUETA) el tipo de glóbulo encargado de la coagulación normal de la sangre.

TROMBOCITOPENIA escasez anormal de plaquetas, lo que provoca hemorragias y hematomas anómalos.

VIRUS partícula infecciosa microscópica que invade a un organismo vivo y hace copias de sí misma (replicación viral).

Autoría: HC Support Project www.hcvadvocat.org

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