Expertos advierten sobre la necesidad de detectar el virus de Hepatitis C en deportistas

El doctor José Curciarello y su lucha contra la hepatitis C

Junín, Argentina - El reconocido Dr. José Curciarello, Jefe del servicio de Gastroenterología del Hospital Rossi de La Plata, junto a Jorge González, Jefe del Servicio de Hepatitis y Gastroenteritis del Laboratorio Nacional de Referencia Instituto "Carlos Malbrán", disertaron el viernes pasado sobre los riesgos de la hepatitis C, en una campaña que se postula detectar el virus en deportistas juninenses.
El encuentro se realizó en la sede de la Asociación de Técnicos Juninenses y contó con la participación de un importante número de personas.
Es de destacar que este tipo de actividades se realizan a modo de prevención de la enfermedad, teniendo en cuenta que en la región se han diagnosticado muchos casos, especialmente en deportistas, más específicamente en ex jugadores de fútbol de Junín.
Antes de emprender el regreso a sus lugares de trabajo, los doctores mantuvieron una charla con La Verdad Deportiva, en la cual explicaron los alcances de la campaña, ampliaron su hipótesis y ilustraron los modos de prevención.

"Lo que nosotros queremos desarrollar –dice Curciarello- es un estudio que demuestre que los deportes de contacto, entre los que se encuentra el fútbol, son un factor de riesgo para contraer enfermedades de transmisión parenteral. ¿Cuáles son éstas? Aquellas enfermedades que, a partir de sangre que tiene partículas virales, a través de una aguja o transfusión se pone en contacto con sangre de una persona que no tiene partículas virales y ahí aparece una nueva infección.
Además de esas maneras más gráficas, hay otras como el contacto con otro tipo de instrumental que esté contaminado (un canuto para aspirar cocaína, por ejemplo). Y en el caso de los deportistas, la fricción genera que a veces haya pequeñas heridas y ahí aparece la posibilidad de contagio de estas enfermedades (virus B, C y Hiv). Pero nosotros estamos más abocados con la hepatitis C."

-¿Por qué se elige Junín para desarrollar esta hipótesis?
-Porque esta ciudad integra un grupo dentro de una región que denominamos de la franja, la cual ha padecido el mal de los rastrojos hace unos cuantos años y por esa razón y como parte del tratamiento de esa enfermedad, se han realizado cantidades muy altas de transfusiones de sangre. Hay dos estudios realizados en las ciudades de O’Brien y Weelrigth, en las cuales se encontró que las personas de lugar tienen una prevalencia de infección por el virus de la hepatitis C bastante superior a las del resto del país. El grupo etario de mayor prevalencia son las personas que tiene una edad entre 50 y 70 años. Los niveles en los menores es parecida a la del resto del país. Además, en ninguno de esas dos ciudades existe el antecedente del consumo de drogas, algo casi nulo. Pero si es muy fuerte el antecedente transfusional.

-¿Cuál es la prevalencia a nivel nacional de la hepatitis C?
-(Jorge González) No se sabe exactamente. Hay muchos estudios que han relevado el caso, por ejemplo, de estas dos ciudades, donde se observa que está un poquito elevada la prevalencia respecto del promedio que uno estima para el país. En estas ciudades está entre el 5 y el 7 por ciento, y se estima para el país que puede rondar entre el 2 y el 3 por ciento. Es difícil generalizar porque el país es un mosaico desde el punto de vista sanitario y del riesgo que tiene para esta infección.

-¿Cuándo se conoció el virus?
-Este virus fue clonado en 1989 y se conoció a partir de ese momento. A partir de ese y otros virus que van mas o menos paralelos, empiezan a conocerse casos y elaborarse medidas de prevención. Por ejemplo, el uso del material descartable, que llega a mediados del ’80. Entonces, todo lo que pasó antes fue por desconocimiento de la humanidad.

-¿Qué los llevó a ustedes a abocarse al estudio de este virus específico?
-Como médicos asistenciales lo primero que nos llamó la atención fue que nosotros tenemos un centro muy grande de patologías donde se ven enfermos de muchos lugares y de diversas patologías. Pero una proporción muy grande de esos enfermos tiene infección por hepatitis C. Y las personas que consultan de esta región también, en una proporción muy grande, lo hacen por hepatitis C. Y esto nos llamó la atención por eso hicimos el estudio en 25 de Mayo.

-¿Cuándo aparecen los casos de los jugadores de fútbol?
-Eso que expliqué anteriormente fue el escenario principal, pero después aparecieron casos de jugadores que se enteraron que tenía el virus porque fueron a donar sangre y ahí se dieron cuenta. Hubo un primer caso que me consultó a mi y a partir de ese caso aparecieron 4 pacientes más que habían jugado al fútbol entre 1972 y el 1982. Norberto Cavagna fue el primer paciente que yo atendí de Junín, pero él tenia una enfermedad muy avanzada y no se pudo hacer nada.

-¿Qué tipo de enfermedad es?
-Esta es una enfermedad de progresión muy lenta. Las personas que se infectan con este virus, para tener una enfermedad hepática seria, tardan entre 30 y 35 años. Hay circunstancias en que puede ir más rápido pero lo habitual es que sea lenta. La otra cosa importante es que la enfermedad tiene poca o nula manifestación clínica o bioquímica, entonces es imposible darse cuenta.

-¿Y de qué manera entonces uno se puede enterar?
-Siendo conscientes de que es un virus que puede haber ingresado en nuestro organismo hace mucho tiempo, que una sola vez que uno tuvo la exposición de riesgo pudo haber bastado para infectarse y que no tener ninguna manifestación clínica no quiere decir que no tengas nada, al contrario.

-¿Tiene tratamiento?
-Claro, y esto es importante resaltarlo. Porque las personas que se tratan a tiempo logran mejorar paulatinamente para sacarse de encima el virus. Lo que pasa es que si el tratamiento se hace en los estadios finales de la enfermedad el único recurso que puede quedar es el trasplante hepático. Tampoco hay vacunas, así que lo podemos prevenir con educación como estrategia sanitaria.
Dentro de este contexto, nosotros queremos demostrar que los deportes de contacto por el roce en sí y también por el no uso de material descartable, había posibilidades de contagiarse ya sea por infiltración o por el uso de sustancias que se creían beneficiosas. Eran practicas que se hacían comúnmente en los vestuarios con las ollitas donde se hervían las jeringas de vidrio y se inyectaban unos a otros y seguramente se contagiaban.

-¿Cuál es hoy la principal causa de contagio?
-Durante muchos años hubo un gran bosque constituido por árboles que eran las trasfusiones y el consumo de drogas. Hoy la trasfusión es segura prácticamente en el 100 por ciento de los casos, y también se han elaborado políticas para el control de la drogadicción. Entonces empiezan a verse con más claridad otras causas: la transmisión de madre a hijo, todo lo que ocurre en los hospitales al recibir practicas invasivas con instrumental no debidamente esterilizado, el incumplimiento de las normas de bioseguridad, etc. Y nosotros queremos demostrar que las prácticas de deportes de contacto es un factor de riesgo y que las personas debieran controlarse.

-¿Cuáles son los estudios a los cuáles habría que someterse?
-Es importante saber que los análisis comunes no sirven para detectar esta enfermedad. Lo que hay que hacer es una serología buscando un anticuerpo que fabrica el organismo en contra del virus de la hepatitis. Para lo único que sirve ese anticuerpo es para saber que uno estuvo en contacto con el virus. Después hay que hacer otros estudios para saber si el virus está presente, a pesar de tener el anticuerpo, porque en esta circunstancia no es protector como ocurre en otras infecciones que está el anticuerpo y el virus no está, aquí casi siempre están los dos.
La persona que tiene el virus tiene que realizarse otros tipos de estudios que son más complejos para determinar si se tiene que tratar o no.
Se ha demostrado que el virus modifica la calidad de vida de las personas afectadas. El virus en sí mismo tiene algún factor sobre el sistema nervioso pero además se hace muy difícil para los infectados la convivencia en su medio familiar y laboral, y aparecen trastornos psicopersonales y psicosociales.

La Verdad Online - 22 octubre 2020 - nota completa

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