Evaluación en la urgencia del transplante hepático

Hallan un marcador que permite evaluar la urgencia de un trasplante
Ayuda a precisar la gravedad de los pacientes que necesitan un hígado de reemplazo

En los Estados Unidos no se conocía
Ahora, un consenso lo incluye para mejorar la efectividad del sistema de asignación de órganos
Aumenta un 10% la expectativa de vida

Especialistas en trasplante de hígado demostraron que conocer el nivel de sodio en la sangre de los pacientes con enfermedad hepática crónica permite predecir el riesgo de mortalidad, lo que mejorará la asignación de prioridad en la lista de espera para obtener un órgano. Así, un estudio de rutina se convierte en un indicador efectivo de sobrevida, que, en personas con cirrosis y en lista de espera para recibir un hígado, aumentó en un 10% la expectativa de vida.

Este hallazgo, que se publicará mañana en la edición on line de la revista Liver Transplantation, fue realizado por un grupo de investigadores de la Unidad de Hígado de la Fundación Favaloro, dirigido por el doctor Andrés Ruf y financiado por la Fundación para la Docencia e Investigación de las Enfermedades del Hígado.

"Son estos pequeños cambios diagnósticos los que pueden salvar muchas vidas", señala el doctor Ruf, que a los 35 años logró hallar con su equipo un biomarcador que mejora la efectividad de un modelo vigente desde 2002 en los Estados Unidos y considerado, hasta ahora, el indicador más objetivo en el mundo para medir el riesgo de muerte en pacientes que necesitan un trasplante.

El Incucai comenzará a aplicarlo a mitad de año en los 288 pacientes en lista de espera en el país. "Es importante por la simplicidad que introduce en la categorización de los pacientes, a la vez que elimina la subjetividad de los especialistas en la valoración de los parámetros clínicos", explica el doctor Carlos Alberto Soratti, presidente del Incucai.

A diferencia del sistema vigente en el país, que ordena a los pacientes según tres niveles (emergencia, urgencia y electivos), este Modelo para Enfermedad Hepática Terminal (MELD, por sus siglas en inglés) utiliza una ecuación matemática a partir de tres indicadores en la sangre que valoran la salud del hígado: la bilirrubina (un componente de la bilis que produce el hígado), el tiempo de coagulación (los factores de coagulación, las proteínas, se metabolizan en el hígado) y la creatinina, que alerta sobre la insuficiencia renal, lo que agrava la enfermedad hepática.

Cuanto más alto es el resultado, mayor es el riesgo de muerte. Tanto el MELD como el PELD, que es el modelo pediátrico, demostraron una efectividad de casi el 90% en la reducción de muertes.

Falla solucionada

Sin embargo, el modelo utilizado desde 2002 por el Sistema Unificado para la Donación y el Trasplante de Organos de los Estados Unidos demostró que no siempre permite valorar la gravedad del caso de manera adecuada. Y es justamente esta "falla" la que el equipo de la Fundación Favaloro mejoró al incluir el nivel de sodio en el cálculo del MELD. "Lo que hicimos fue investigar la utilidad de un análisis distinto, el de un electrolito que se mide en la sangre, el sodio, sobre el que hay evidencias dispersas en la literatura científica", explica el doctor Federico Villamil, que participó en el estudio, es director médico de la Unidad de Hígado y preside la Sociedad Argentina de Trasplante.

Los investigadores calcularon el valor MELD de 262 pacientes con cirrosis y en lista de espera entre junio de 1995 y enero de 2003 de la manera tradicional. Luego, agregaron el sodio.

Al sumar este último biomarcador, el grupo observó un aumento del 10% en la precisión del riesgo de mortalidad a corto plazo. Además, hallaron una relación directa entre la mortalidad dentro de los tres meses y un bajo nivel de sodio en la sangre o hiponatremia: el 63% de los que habían muerto tenían un nivel de sodio por debajo de lo considerado normal (130 mEq/L).

"El estudio demuestra que la hiponatremia es un predictor excelente de la evolución de los pacientes con cirrosis avanzada, a la vez que aumenta significativamente la efectividad del MELD para predecir la mortalidad en la lista de espera", señala el trabajo, elegido para su publicación por la Asociación Estadounidense para el Estudio de Enfermedades Hepáticas y de la Sociedad Internacional de Trasplante de Hígado.

Según los autores, la disfunción hepática era mayor entre los pacientes con hiponatremia (un indicador de la insuficiencia renal) que entre los pacientes con un nivel de sodio normal. Esto, para el doctor Ruf, convierte al sodio en "un marcador más preciso y temprano de muerte" que la creatinina.

"El estudio demuestra que la elevada eficacia pronóstica del MELD puede incrementarse aún más con la incorporación del sodio. Los responsables de las políticas de distribución de órganos en los EE.UU. están tan convencidos de su trascendencia que han decidido solicitar el sodio a todo paciente que ingresa en la lista de espera de hígado", según un escrito del doctor Richard Freeman, profesor de cirugía de la División de Trasplantes del Centro Médico Tufts.

Fuente : Fabiola Czubaj- LA NACION

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