El tracto genital, una "reserva” para el virus de la hepatitis C

hepatitis-c-andalucia El virus  de la hepatitis C (VHC) parece estar compartimentado en el tracto genital de las mujeres coinfectadas con VIH, y puede replicarse de forma independiente, según un estudio realizado en Estados Unidos y Polonia y publicado en la edición del 1 de noviembre de la revista Journal of Infectious Diseases, ya disponible en versión digital. Este estudio, que también descubrió que el VIH interactúa con el VHC en el tracto genital, puede ayudar a explicar por qué tiene lugar la transmisión madre a hijo del VHC en una proporción comparativamente mayor en mujeres coinfectadas que en mujeres que sólo tienen el VHC, y sugiere que el riesgo de transmisión sexual del VHC de mujeres a hombres puede verse incrementado en mujeres coinfectadas.

A pesar de que cada vez hay más indicios que sugieren que la transmisión del VHC de mujer a hombre y de madre a hijo está aumentando, se sabe poco sobre excreción de VHC en la vagina y cuello del útero de las mujeres con VIH. Por consiguiente, los investigadores de la Universidad de California (Los Angeles-EE UU), la Clínica Mayo en Scottsdale (Arizona-EE UU) y la Academia Médica en Varsovia (Polonia), trataron de examinar los factores que están relacionados con la excreción genital así como examinar la composición de cuasiespecies del VHC en un grupo de mujeres coinfectadas por el VHC y el VIH.

Emprendieron un estudio transversal con 71 mujeres que fue anidado dentro del Estudio Interagencias del VIH en Mujeres (WIHS, en sus siglas en inglés), un estudio prospectivo y multicéntrico que ha examinado el impacto de la infección por VIH en mujeres desde 1993.

Este estudio incluyó a 58 de las 113 mujeres coinfectadas por VHC y VIH incluidas en el WIHS en la zona de Los Ángeles, así como trece de las 23 mujeres infectadas sólo con el VHC. El VHC fue medido en el tracto genital mediante lavado cervicovaginal (LCV). Este es un método de "limpieza" de la cavidad vaginal para realizar pruebas en el fluido obtenido a fin de determinar la carga viral del VHC en las secreciones del tracto genital de la mujer.

La mayoría (65,5%) de las mujeres coinfectadas tenía 35 años o más, un 40% era de raza negra, un 31% de origen hispano, y un 15% de raza blanca, y un 79% tenía un historial de uso de drogas inyectables. Setenta pacientes habían recibido la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) en los seis meses previos, pero los investigadores no han suministrado más información sobre el tipo de TARGA o la terapia anti-VHC, si hubo alguna, recibida por las mujeres.

El ARN del VHC (carga viral, con un límite de detección de 600 copias/ml en plasma) fue detectado en plasma del 67% (39/58) de las mujeres coinfectadas, frente al 46% (6/13) de las mujeres infectadas sólo por el VHC. Las mujeres coinfectadas también tenían cargas virales de VHC en plasma más altas que las mujeres infectadas sólo por el VHC.

El ARN del VHC (carga viral, con límite de detección de 60 copias/ml en el LCV) fue detectado en el fluido del LCV en el 31% (18/58) de las mujeres coinfectadas, a pesar de que los investigadores apuntaron que las cargas virales fueron relativamente bajas (mediana de 1.500 copias/ml; rango: desde indetectable a 4.000 copias/ml), 16 de las 58 mujeres tuvieron cargas virales del VHC en el LCV por debajo de 800 copias/ml. La única diferencia significativa entre las mujeres coinfectadas con y sin excreción detectable de VHC fue que las mujeres con excreción de VHC tuvieron cargas virales de VHC en plasma más altas (p=0,04). Ninguna de las mujeres infectadas sólo por el VHC tuvo carga viral de VHC en el LCV detectable (p=0,03).

El análisis univariable mostró que no había correlación entre la carga viral del VHC en el fluido del LCV y la carga viral del VIH en plasma, el número de glóbulos blancos en el fluido del LCV o la terapia anti-VIH. Sin embargo, sí hubo posibles relaciones entre la presencia de la carga viral del VHC en el fluido del LCV y el recuento de células CD4, la presencia de carga viral del VHC en plasma, la presencia de carga viral del VIH en el fluido del LCV y la contaminación de la sangre.

Sin embargo, en el análisis multivariable ajustado para la carga viral del VHC en plasma, carga viral del VIH en el LCV, carga viral del VIH en plasma y recuento de células CD4, el único factor de predicción estadísticamente significativo de la excreción en el fluido del LCV fue la presencia de carga viral del VHC en plasma (CP [cociente de probabilidad], 16,81; IC 95%: 1,53-185,31) y la presencia de carga viral del VIH en el fluido LCV (CP 19,87; IC 95%: 1,70-231,65).

Nueve mujeres (seis mujeres coinfectadas y tres mujeres infectadas sólo por el VHC) fueron seleccionadas de manera aleatoria para unas intensas evaluaciones moleculares a fin de valorar si la compartimentación del VHC conducía a una diversidad genética entre el VHC en sangre y genital. La carga viral del VHC fue detectada por un método RT-PCR altamente sensible tanto en plasma como en fluido LCV en cinco mujeres (tres mujeres coinfectadas y dos mujeres infectadas sólo por el VHC). En las tres mujeres coinfectadas, el VHC del LCV contenía secuencias únicas que no fueron observadas en el VHC obtenido de su plasma o en células mononucleares de sangre periférica (CMSP.) Esto sugiere, dicen los autores del estudio, "que puede existir un reservorio local del VHC en la zona genital y que ésta puede ser la fuente de infección en aquellos casos en que se sospecha que hubo una transmisión por vía sexual, una posibilidad aún más respaldada por el análisis de cuasiespecies del VHC aisladas del plasma, CMSP y fluido LCV".

Éste es el primer estudio que muestra que el VHC está compartimentado en el tracto genital de las mujeres coinfectadas por el VHC y el VIH. Además, es el primero que sugiere la posibilidad de que el VHC se replica en el tracto genital de forma independiente en el plasma. "Estos descubrimientos tienen implicaciones importantes, tanto en la transmisión sexual como perinatal del VHC", comentan los autores del estudio, añadiendo que "el aumento de la transmisión madre a hijo y sexual del VHC en mujeres coinfectadas por el VHC y el VIH-1 hace que sea urgente el estudiar y entender las dinámicas del VHC en este subgrupo de pacientes".

Añaden que "nuestro estudio también sugiere que, entre las mujeres infectadas por VIH-1 que tienen viremia del VHC, hay una asociación entre la excreción de ambos virus y que el control local de ambos virus puede verse perjudicado en aquellas mujeres en las que se produce la excreción. Esto puede explicar la mayor tasa de transmisión perinatal del VHC a los recién nacidos con VIH-1 y la observación de que la transmisión sexual puede verse aumentada en pacientes coinfectados".

Actualmente, no está claro exactamente cómo pueden interactuar el VIH y el VHC en el tracto genital para producir una mayor excreción. Los autores sugieren dos explicaciones plausibles: La primera es que el VIH y el VHC pueden infectar las mismas células, lo que provocaría una mayor renovación del VHC y la segunda que existan disfunciones locales del sistema inmunológico que permitan replicarse a ambos virus.

Los autores concluyen que "hemos descubierto que el ARN del VHC puede detectarse en casi el 30% de las mujeres coinfectadas por el VHC y el VIH-1 y que existe diversidad viral entre el VHC local y el VHC del plasma en mujeres coinfectadas por VHC y VIH-1. Nuestros descubrimientos pueden explicar la comparativamente mayor tasa de transmisión vertical del VHC en mujeres coinfectadas por el VIH-1 de la que se da cuenta en varios estudios. La relación entre el VIH-1 y la excreción del VHC es enigmática y sugiere una interacción local única entre estos dos virus en el tracto genital".

Referencia: Nowicki MJ et al. Presence of hepatitis C virus (HCV) RNA in the genital tracts of HCV/HIV-1-coinfected women. JID 192: 1557-1565, 2005.
Edwin J. Bernard
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
Nota original

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