24 enfermos renales se contagian de hepatitis B en Hospital Obrero de Bolivia

Los expertos señalan que el contagio se debió a falta de medidas de bioseguridad. La hepatitis B se transmite en la sangre. El Director de la Caja Nacional de Salud admite el contagio masivo y anunció una investigación.

Tatiana Castro

Veinticuatro pacientes con enfermedades renales terminales se contagiaron con hepatitis B en la Sala de Hemodiálisis del Hospital Obrero de la Caja Nacional de Salud (CNS) al someterse a las sesiones que los mantiene vivos.
En un principio surgió un caso aislado, pero según el paciente y representante de los enfermos renales de la CNS, Félix Rocha, hasta ahora son 24 personas que deben combatir contra una nueva enfermedad de gravedad, habiéndose detectado el último caso hace dos semanas.
Los pacientes expresaron su temor porque el número de contagiados se ha incrementado rápidamente y temen una mayor transmisión y perder la posibilidad de someterse a un transplante renal.
Félix Rocha señaló que los responsables de la CNS no informaron sobre el origen del problema a pesar de haberse solicitado explicaciones porque "no se puede jugar con la salud de la población" y más con un grupo de pacientes que sufren un alto deterioro de su salud. Sólo tienen dos alternativas de sobrevivencia: beneficiarse con un transplante renal o recibir cuatro horas de sesiones de hemodiálisis, tres veces por semana por el resto de su vida.
El director de la CNS, Nelson Vega, confirmó las denuncias de los pacientes renales. Dijo que desde octubre se presentaron casos de hepatitis B en la Sala de Hemodiálisis. Explicó que es el Comité de Infecciones Hospitalarias que asumió la investigación del problema y emprendió medidas que recomiendan los protocolos internacionales y nacionales.
La primera medida asumida fue habilitar una nueva sala para atender a pacientes con hepatitis B y evitar el contagio con los demás enfermos que sesionan regularmente.
La sala habilitada recientemente acoge a los 24 pacientes y cuenta con tres máquinas de hemodiálisis, en la puerta de acceso se puede leer la advertencia: "prohibido el ingreso" y al interior el personal de salud trabaja usando barbijos y guantes.

Medidas
Nelson Vega señaló que se extreman medidas de bioseguridad para dar continuidad a las sesiones de hemodiálisis que permite que los pacientes con enfermedades renales terminales puedan continuar viviendo. Las acciones de prevención también contempla el control sanitario de los ambientes de la unidad y de las máquinas de diálisis a través de exámenes de serología y controles de laboratorio constantes para detectar nuevos casos a tiempo y aislarlos.
La transmisión de la hepatitis B, según Vega es a través de la sangre, a diferencia de las otras hepatitis que es por vía aérea y en la Unidad de Hemodiálisis el riesgo es mayor porque las máquinas trabajan con la sangre de los pacientes. Vega lamentó que "a pesar de los cuidados se haya presentado la enfermedad".
La hipótesis de que el contagio haya sido a través de un paciente enfermo en la Unidad de Hemodiálisis es clara, aunque Vega explicó que el origen de la enfermedad se encuentra en etapa de investigación y enfatizó que se están realizando procedimientos para detectar las causas sin descuidar las medidas de protección para evitar la propagación de la hepatitis a otros pacientes, implementando medidas de aislamiento entre los positivos y los negativos.
El proceso es controlado aunque existe dificultad porque el tiempo de evolución de la enfermedad es largo, puede permanecer durante meses y presentarse después.
La autoridad informó que existen dificultades en la Unidad de Hemodiálisis para dar atención a los pacientes renales porque se destinaron tres máquinas para el uso exclusivo de los contagiados con la peligrosa enfermedad.

La Opinión - Bolivia - diciembre 2009 - Nota completa

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